Profesoras.

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Lauren cantaba en voz baja la canción que sonaba en la radio de su coche, mientras tecleaba en su móvil: "Estoy en la puerta". Guardó su teléfono y esperó unos pocos minutos cuando vio a Camila salir de su casa, ocasionándole una sonrisa.

–Buenos días, Laur.– Saludó alegremente la latina, entrando al coche.

–Buenos días, cariño.– Lauren la besó suavemente en los labios, ocasionando un cosquilleo tanto en Camila como en ella misma. Se separaron con una sonrisa.– No entiendo cómo eres tan alegre a primera hora de la mañana.

–Es fácil sonreír si estás frente a mí.

–Oh dios, eres tan dulce.– Lauren sonrió, y Camila besó su sonrisa.– Debemos...- Camila la interrumpió con sus labios nuevamente.- ir o...- Otra vez.- llegaremos tarde.- Y una vez más.- Mi amor, en serio.

Camila ignoró sus palabras, y besó a Lauren profundamente, en un beso cargado de amor.

Lauren no podría jamás resistirse a la pequeña latina, por lo que le devolvió el beso, acariciando una de sus mejillas, mientras Camila acariciaba su nuca con sus manos.

–Podríamos decir que estamos enfermas.– Dijo Camila entre besos, logrando la risa de Lauren sobre sus labios.

–Debo tomar un examen hoy, y ya "enfermamos" a la vez hace dos semanas, mi amor.

Camila rió, y se acomodó en el asiento tras besar nuevamente los labios de su novia.

–Que conste que me dejas con las ganas.

Lauren rió nuevamente, y se apresuró a conducir hasta el instituto donde ambas trabajaban.

Se bajaron del coche cada una con sus carpetas, y entraron dirigiéndose a sus respectivas clases del día tras registrar su ingreso.

Lauren daba su clase de Política y Ciudadanía en uno de los cursos mayores cuando Michael, uno de los preceptores, golpeó la puerta.

–Adelante.

El hombre entró, y luego de saludarla le comunicó que habría un acto estudiantil, por lo que debería bajar al salón de usos múltiples con su curso.

Rápidamente todos los alumnos formaron y ella los guió hacia los asientos que ocuparían, dirigiéndose a un lado de las sillas donde estaban los demás profesores, entre ellos Camila, que sonrió al verla.

–¿Qué tal tu día? – preguntó cortés, ya que nadie sabía que eran pareja, y Camila sonrió.

–Bien, aunque sigo con las ganas de esta mañana. –respondió en español, bajando el tono de voz.

Lauren sonrió, negando ante el descaro de la latina.

Espera a llegar a mi casa.

-Diablos, y tú que me hablas en español. ¿No quieres ir al baño?- Lauren rió.

-¿Sabes que por aquí cerca está la profesora de español de unos setenta años? Creo que puede entendernos.

Camila rió, pero ambas hicieron silencio ante el comienzo del acto.

Luego de una hora y media, cuando el acto finalizó y con él, el día laboral/escolar, Lauren y Camila se dirigieron al coche de la ojiverde.

–¡Por fin! Qué día más largo.

Lauren rió ante la expresión de la morena, y comenzó a conducir hasta su departamento.

OneShots CamrenWhere stories live. Discover now