V E I N T I S I E T E

1.3K 117 5
                                    

"Hasta en lo más profundo del dolor existe ese alguien que te ayudará a salir... "

Aby

Trague saliva y negué una y otra vez a sus palabras. No podía confiarme, por más que lo deseara, no podía creerlo. Mi cabeza era un maldito desastre, no podía estar tranquila sin que esta pensase millones de cosas horribles con respecto a mi o a todo lo que me rodeaba.

—No puedes... No puedes amar a este desastre. —Hablé con la mirada en el suelo.

—Si puedo Aby, puedo y lo hago. Maldición, lo hago con todo mi ser amor. —se acercó a mí y me tomó del mentón para verlo a sus ojos. —Abigail eres la persona que ha roto mis límites, jamás creí enamorarme de alguien tan joven como tú, me has hecho sentir tan incorrecto al sentir cosas por ti, me has cautivado Aby. Y no me arrepiento amor, en verdad lo agradezco. Desearía tanto que estuvieras en mi cuerpo tan solo por unos segundos y pudieras verte de la manera en que yo te veo. —me tomó de las mejillas y junto nuestras frentes. —Te amo tanto Aby, me vuelves loco en verdad, cada vez que te veo solo me repito lo afortunado que soy de tener a una joven tan hermosa a mi lado. Joder, tu sonrisa me hace sentir que he ganado la lotería. Y es que si la vida es una lotería, un maldito juego al azar, yo me he sacado el mejor premio al conocerte.

—Niall... —no podía evitar llorar, sus palabras se oían tan profundas, mis oídos parecían bendecidos. ¿Cómo un hombre como él se encontraba allí, conmigo, diciéndole aquellas cosas a alguien tan insulsa y destruida como yo?

Si de algo estaba segura, es que algo en mi maldita vida había hecho bien para merecer aquel tesoro que tenía entre mis manos. Aquel hombre que tanto amaba y que tan solo sus palabras me hacían más fuerte para poder combatir conmigo misma.

—¿Por qué te odias amor? Solo dímelo, quiero ayudarte.

— ¿Cómo amarme Niall? ¿Cómo amar este maldito cuerpo? Toda mi vida he sido diferente a todos los demás. Mi salud ha sido una completa mierda, ha separado a mi familia. ¿Cómo amarme? No sabes lo que es sentirse diferente en una sociedad donde todo es una guerra por encajar. No sabes lo que es encerrarse en el verano para cubrir tu cuerpo de los demás para evitar aquellos comentarios. "Estás subida de peso, deberías hacer más ejercicio gordita. " "Seguro si se tira a la piscina sacara hasta la última gota de agua" duele demasiado oírlos, o incluso sentir aquellas miradas fijas en ti, en tu cuerpo, como si fueses algo extraño, algo distinto. ¿Cómo puedo amar al cuerpo que me ha privado de tantas cosas? No sabes lo que se siente que te inviten a una fiesta y que todos te digan que eres una aburrida por no poder beber o fumar, o experimentar algo en tu adolescencia. O peor aún es tener a todos pendientes de ti, preocupados porque no te mueras en frente de ellos por hacer algo tan simple como el ejercicio. —Lo mire a los ojos recordando nuestro primer entrenamiento y muchos más que ya había vivido en mi vida. —¿Cómo puedo amarme Niall? ¿Cómo puedo hacerlo? Cada vez que me veo en el espejo, solo veo todas esas cosas que me atormentan, veo sus burlas escritas en mí, veo a las vendedoras diciéndome que nunca hay de mi talla y comentando que no es una tienda para gente como yo. Veo a mis compañeros llamándome aburrida, gorda, fea. Veo mi miedo de jamás poder ser lo suficientemente atractiva para ti y que te alejes de mí, veo mis miedos, veo todas mis inseguridades en un solo cuerpo y me siento como la peor mierda que existe.

Él estaba frente a mí, apretando sus labios, sin saber que decirme.

—¿Sabes que es lo peor? Que la gente habla, opina sobre lo que siento, ellos creen que es sencillo superar esos dolores, creen que es una idiotez que me sienta mal por aquellas cosas. Pero nunca se detienen a ver que incluso, hasta ese mínimo detalle, me hunde cada vez más. Que algunas personas somos más débiles que otras, y que lo que para ti puede ser sencillo, para mí puede ser el peor daño del mundo. Soy diferente y no por ello dejo de tener sentimientos.

El no dijo nada, solo me aferro a sus brazos donde lloré, llore con todas mis fuerzas, donde sentí aquel calor que su cuerpo me brindaba, donde me sentí más débil de lo común, me sentí expuesta.

Había sido totalmente sincera con respecto a cómo me sentía, todo lo que tenía dentro de mí había salido a la luz.

—Ven aquí. —susurro contra mí cabello. Me tomo de las manos y me guio a la cama donde me sentó. Se inclinó ante mí y seco mis lágrimas. —Sé que tu salud tiene muchos problemas, pero eso no te hace ver mal Aby, significa que eres una guerrera, luchas por seguir adelante con tu vida. —me sonrió. — ¿alcohol? ¿Cigarro? ¿Drogas? ¿Para qué quieres esas mierdas en tu cuerpo? Son solo para los más vulnerables, los más débiles, y aunque no los vuelve malas personas es mejor mantenerse alejada de esas cosas. No te verás más col solo por consumirlas. Y por último... La forma de tu cuerpo. —trague saliva. —Te dejas guiar mucho por los estereotipos, tú y miles de jóvenes sufren por esas malditas mierdas que no deberían existir. Aby, eres perfecta tal y como eres. ¿Tienes miedo a no ser lo suficientemente atractiva para mí? —rió por lo bajo y me miro a los ojos. —Te diré algo que sé que sonara extraño, pero no puedo evitarlo. —mordió su labio. —me excitas Aby, en verdad me excitas mucho. A veces cuando estas en mi pecho dormida no puedo evitar excitarme, o cuando me besas con tanta intensidad. Joder Aby me calientas, no debería decirlo pero... Creo que mereces saberlo—Hablo entre risas de vergüenza, mis mejillas ardían sin poder creer en aquellas palabras, se oían como una completa locura. —Eres perfecta para mí Aby, no necesitas parecerte a nadie, solo tienes que ser tu misma, amarte tanto como todos te aman. Y si en verdad no crees cuanto te amo y cuanto en verdad amo tu cuerpo, te lo demostraré. —me inclinó hacia atrás dejándome recostada frente a él.

Acercó sus labios a los míos y me beso. Beso mis labios, mi mejilla, mi mentón, mi cuello. Comenzó a descender sus besos por mi torso. Tomó el borde de mi remera y tomé sus manos mirándolo con miedo.

—Confía en mía princesa. —trague saliva y suspire alejando mis manos de las suyas. Confiaba en el por más que mi miedo me pedía a gritos que no lo hiciera.

Apreté mis ojos esperando alguna palabra de su parte y no la recibí. Cuando los abrí lo miré. Levantó mi remera dejando mi vientre expuesto y sonrió, dejó besos por todos los lugares posibles.

Descendió por mis piernas las cuales beso de igual manera ya que había bajado mis pantalones dejando mi ropa interior expuesta. La vergüenza me estaba consumiendo pero sabía que podía confiar en él. Subió nuevamente besándome hasta quedar en mis labios y acomodando mi ropa a su lugar.

— ¿Qué diferencia existe entre verte así y verte desnuda Aby? Ninguna, conozco tu cuerpo, no porque lleves ropas significa que no sé cómo se verá sin ella. Y si me enamoré de ti estando vestida, amor, no por verte desnuda dejaré de amarte. —su sonrisa era tan cálida, parecía suplicar en que creyera aquellas palabras, que luche por mi libertad. —estoy orgulloso de ti, al dejarme exponer tu cuerpo significa que quieres luchar contra tus miedos.

—Ayúdame Niall... Ayúdame por favor... —Él se aferró a mi cuerpo y lo abrace con todas mis fuerzas. —Te necesito... —Hablé en un hilo de voz.

—Te ayudaré amor, lo prometo. No estarás sola en esto, pelearemos juntos.

Teenage Problems © |njh|Where stories live. Discover now