S I E T E

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Maratón 1/2
"Tu peor enemigo será el espejo..."

Aby


Me movía de un lado al otro frente al espejo.

—No se me ve tan mal, es decir, es ajustado pero... Tal vez me quede bien. —Sonreí de lado mirándome mientras sostenía el vestido rojo sobre mi cuerpo.

Suspiré y lo deje a un lado, aquella noche saldríamos a cenar a un restaurante todos juntos y debíamos ir de forma elegante.

Tenía sed por lo que salí de mi habitación camino a la cocina, estaba por bajar las escaleras cuando me topé con Taylor.

— ¡Oh! ¡Aby! —me miró de pies a cabeza. —Creí que ya estabas lista.

—No...Yo...estaba por buscar agua para terminar de prepararme. —Sonreí de lado y la mire de pies a cabeza. —Guau... Te... Te vez... Increíble. —Y vaya que era cierto.

Su cuerpo era resaltado a la perfección por aquel vestido, el vestido azul que había visto en la tienda aquella tarde.

—Oh, muchas gracias. —Me sonrió y comenzó a modelar aquel bello vestido en su cuerpo perfecto. —Debo terminar de maquillarme, no quiero verme mal. —Rio y yo asentí. —Bien, te dejo. —Volvió a entrar a la habitación y yo suspire.

La sed se me había ido tan rápido, arrastré mis pies a la habitación y cerré la puerta. Tomé mi vestido y me miré al espejo.

Mis lágrimas comenzaban a acumularse y sin previo aviso comenzaron a empapar mis mejillas.

Dolía, dolía demasiado ver lo que más odiaba, mi cuerpo en aquel espejo.

"—Dios, este vestido es perfecto Yael. —Mire a Yael con el precioso vestido azul en mis manos.

—Te quedará increíble amiga. Ve y pruébatelo, seguro te verás genial. —Yo sonreí e ingrese al cambiador con tanta ilusión.

El vestido llegó hasta la mitad de mi cintura y el cierre de su espalda no subía más. Los brazos comenzaban a apretarme y el sudor me invadió. Dejé de luchar y me miré al espejo.

¿Cómo esperas que te entre? No eres Taylor, no eres una modelo, no eres nada Aby...

Suspiré, rendida ante mi reflejo y me quite el vestido, cuando abrí el cambiador la sonrisa de Yael desapareció poco a poco.

— ¿Qué sucede Aby?

—No... No es mi talla. —Intente soñar tranquila.

—Pero no te preocupes, seguro y tienen de tu talla. —Me intento animar. —Ven. —Tomo el vestido y se acercó a la vendedora. —Disculpe, este le queda pequeño, ¿tendrá una talla más?

—Es para... —la vendedora se dio la vuelta y me vio de pies a cabeza. —Oh, lo lamento, no tenemos tallas más grandes, este es el talle más grande de todos en este modelo. —trae saliva y suspire.

—Está bien, gracias. —Yael dejo el vestido y yo salí rápidamente de aquel lugar. — ¡Hey! No te desanimes. Hay muchas tiendas aquí.

—No es la primera vez Yael, ya lo he vivido. —Comencé a caminar desanimada hacia la salida del centro."

Me senté sobre la cama y me abrace a mí misma en llanto.

¿Cómo puedo esperar que me amen, si ni siquiera yo me puedo amar?

(...)

Salí de mi habitación vistiendo unos jeans negros y una blusa rosada, y arriba tenía una chaqueta que hiciera juego. Mi maquillaje era nulo, tan solo un poco de rímel y brillo labial.

Bajé las escaleras y me topé con todos listos. Tanto Clarissa como Taylor llevaban vestidos ajustados que resaltaban sus cuerpos de modelos, y yo tan solo parecía otro varón más.

—Mi pequeña. —mi padre me tomó de las manos y beso mi frente. —Luces muy linda.

—Gracias papá... Tú luces muy guapo. —Le sonreí levemente.

—Te ves bien Aby. —Mire a Taylor quien me sonreía. —Si no sabes maquillarte me hubieses dicho, puedo ayudarte.

—Gracias Taylor, pero no soy de mucho maquillaje. —ella se encogió de hombros y me sonrió amable.

— ¿Te molestaría tomarme una foto?—Yo negué y ella me dio su celular.

Ella poso contra la pared y poso como una modelo, se veía tan bien, incluso la cámara la amaba.

Mi inseguridad era cada vez mayor y el solo hecho de tener frente a mí lo que nunca podría ser solo me dañaba más.

—Bien todo el mundo, vamos. —habló mi padre y todos comenzamos a salir de la casa.

Cuando llegamos al restaurante nos guiaron a nuestra mesa. Tomamos el menú y comenzamos a verlo, había muchos nombres de muchas marcas.

—Buenas noches, soy Charlie, su mozo en esta cena ¿Qué van a pedir? —baje el menú y lo vi, era un joven atractivo, aparentaba unos 3 años más que yo.

—Tráiganos 4 platos de espaguetis por favor y un buen vino. —Entregamos el menú y Taylor alzo la mano.

—Los Míos sin salsa por favor. —El mozo la miro y era más que evidente que pareció gustarle.

—Claro, enseguida... Enseguida se los traigo. —torpemente se fue con una sonrisa.

—Debo cuidarme si quiero verme bien. —Habló Taylor con una sonrisa.

No lo sentí como si fuese un ataque hacia mí, pero si me dolió, y es que mi inseguridad era tan grande.

—Y dime Aby ¿Cómo te va en el instituto? —Mire a Clarissa quien me sonreía con amabilidad.

—Yo... Bien, hice una amiga y... Me gusta el lugar. —Sonreí levemente.

—Eso es genial, Ahora que regresamos Taylor podrá volver así que se harán compañía. Aunque vayan a cursos distintos.

—Sí, pero no lo tomes a mal Aby, ambos cursos siempre han tenido cierta rivalidad. —habló Taylor y yo asentí. —Pero es solo de algunas personas.

—Siempre sucede, en mi antiguo colegio era igual, aunque para las fiestas todos se unían.

—Oh si, aquí también pasa. ¿Cómo era tu vida allí Aby?

—Pues... Muy linda. —Hablé recordando mi pasado. —Los fines de semana me encontraba con mis amigas o salía con mi familia a pasear al parque. Eran... Momentos increíbles en especial los domingos, cuando por la noche, hacíamos una cena especial...—Las lágrimas comenzaban a amenazarme, pero no podía llorar, no allí.

—Oh, suena muy lindo. —yo asentí.

Vaya que lo era. Eran momentos tan lindos, tan especiales. Y ahora solo eran parte del recuerdo...

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Teenage Problems © |njh|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora