V E I N T I S É I S

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"No es por cómo te veas, es por quien eres..."

Aby

No podía dejar de pensar en la charla que había tenido con Taylor y sus amigas en la mañana. Tenía mucho miedo, sabía que debía estar segura de mi primera vez, e incluso tenía deseos de hacerlo, pero luego mi cabeza comenzaba a pensar en todas las mierdas que podían ocurrir y tan solo me aferraba más al pánico.

Estaba en mi habitación escuchando música mientras tenía mi celular entre mis manos, la lectura me estaba atrapando demasiado.

Sentí unas cálidas manos en mi cintura y me sobresalte. Gire mi vista y vi a Niall sonriéndome.

—Hola princesa. —no pude evitar sonreír ante aquella perfección hecha persona. Aún no podía creer que llevaba siendo mi novio 2 meses, mi primer novio.

—Hola Ni. —Hablé con mis mejillas rojas. El aplastó sus labios contra los míos y le correspondí gustosa su beso. — No te oí llegar. —Hablé quitándome los auriculares y recomponiéndome a su lado.

—Estabas muy concentrada con la lectura al parecer. —Hablo viendo mi celular el cual rápidamente bloquee nerviosa de que viese lo que se trataba. — ¿Qué leías pequeña traviesa?

—Nada interesante. —mentí.

—Claro, era tan poco interesante que por eso no notaste mi llegada. —Habló con notorio sarcasmo. Su sonrisa parecía no querer borrarse de aquellos hermosos labios. —Anda princesa, confía en mí.

—Bu.bueno...—trague saliva y el me arrebató mi celular. — ¡Niall! —chille al ver como lo desbloqueaba y comenzaba a leer.

—Se separó de mí y me miró a los ojos de una manera tan distinta, era una mirada que no lograba descifrar, jamás lo vi de aquella manera y eso me aterraba de cierta forma. "Voy a hacerte el amor." —Mordí mi labio con fuerza al oír como relataba aquella parte que estaba leyendo de aquella historia. Tape mi rostro con mis manos al notar su vista en la mía


—Aby... —Hablo sorprendido, separe mis dedos para poder verlo detrás de mis manos. —pequeña pervertida. —Rio. Aún más apenada tome mi almohadón y le pegue.

—Déjame en paz. —Hablé quitándole el celular de las manos y cubriéndome con mis propios brazos. El reía a carcajadas ante mi vergüenza, la mayor que había sentido en mi vida.

Tomó mis brazos con delicadeza y los separó dejando expuesto mi rostro el cual ardía de vergüenza. Dejó un pequeño beso en mi nariz y me jaló hacia el quedando recostada sobre su pecho.

—Adoro verte ruborizada, ardillita. —dejo un pequeño beso en mi nariz y sonreí. — Te amo Aby. —mi corazón latió con fuerza ante sus palabras. —te amo con todo mi ser. —corrió los cabellos de mi rostro y me tomó de la nuca acercándome a sus labios.

Rápidamente sentí su calidez, sentí aquel calor que me invadía cada vez que sus labios hacían contacto con los míos, podía sentir sus latidos en mi mana la cual estaba apoyada sobre su pecho, casi tan alterados como los míos. Sentía su ternura, su delicadeza, su amor.

Sus labios y los míos no parecían querer alejarse, el beso parecía no tener fin alguno. Sentí su otra mano bajar por mi espalda y viajar hasta mi cintura.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando comenzó a levantar mi remera lentamente, sus manos hicieron contacto con mi piel y no pude evitar jadear, rompiendo aquel beso el cual había sido perfecto.

Mordí mi labio apenada y aterrada. El llevó su mano a mi mentón y me hizo mirarlo a los ojos. Aquel azul tan fuerte, tan sincero y honesto, podía notar un brillo muy especial en sus ojos y como parecían más oscuros de lo normal.

Volvió sus labios a los míos y lo seguí, seguí su beso, seguí su juego. Poco a poco aquel beso comenzó a ser más intenso, mi fuerte, hasta que lo sentí, sentí su lengua abriéndose pasó a mi boca, haciendo contacto con la mía.

Temblé al sentís como su lengua parecía bailar con la mía, no sabía cómo moverme, no sabía qué hacer. Estaba asustada.

Mis manos se aferraron a su remera cuando separó sus labios de los míos y comenzó a descender sus besos por mi rostro hasta detenerse y quedarse en mi cuello.

Cerré mis ojos al sentir nuevamente sus manos acariciar mi piel. ¿Acaso era el momento? ¿Acaso estaba lista? ¿Acaso solo eran besos normales?

No pude evitar jadear al sentir sus dientes rosando mi piel. El me miró a los ojos por unos segundos, inspeccionando mi rostro. Sus manos estaban levantando mi remera cada vez más.

Trague saliva nerviosa, estaba demasiado tensa. Apreté mis labios y mis ojos se llenaron de lágrimas, no estaba lista, no quería que viera aquel horrible cuerpo, no quería ser rechazada en un momento así, no quería que supiese que aún luchaba contra mi peor enemigo, yo misma.

—Aby... —Su voz sonó más ronca de lo normal, pero sus manos rápidamente se apartaron de mi cuerpo y me tomó de las mejillas. —Amor...

—No puedo... —solloce. —Lo siento. —me aleje de sus manos y me levante con rapidez para encerrarme en el baño.

— ¡Aby! ¡Amor! —Sus golpes contra la puerta solo aumentaban mi dolor.

«Mírate, él quería hacerlo y tú solo corres como una cobarde.»

«Será que mejor empieces a juntar animales, porque morirás sola y virgen»

«Al menos lo de tuviste a tiempo antes de que tu grasa lo asustara.»

—Aby, amor abre la puerta... Lo siento amor, no quise... Aby por favor...

—Vete... —Hablé entre sollozos. —Soy fea.

—Amor... —sentí como su voz se encontraba del otro lado de la puerta a la misma altura. —Aby perdóname, no lo haremos si aún no estás lista. Fui un idiota, lo siento. Me... Me dejé llevar.

Me levante del suelo y tomé la perilla de la puerta, la abrí y lo miré entre mis propias lágrimas.

— ¿No lo entiendes? Jamás podremos hacerlo. ¡No mientras sea esta maldita bola de grasa! —Hablé con rabia en mis palabras.

—No digas eso Aby. —me tomo entre sus brazos y lo empuje alejándolo de mí. — ¿Eso es lo que te importa? ¿Qué vea tu cuerpo tal y cómo es?

—No lo entiendes Niall...

—No Aby, no entiendo cómo es que aún no logras quererte. ¿Qué debo hacer para que te ames Aby? Quiero ayudarte amor...

— ¡Nadie puede ayudarme! Ni siquiera yo misma tengo el valor ni la fuerza para ayúdame... Me odio... Me odio con cada fibra de mí ser.

— ¿Y por qué te odias Aby? ¿Por lo que digan los demás? ¿Te odias por lo que la sociedad pueda pensar de ti?

— ¡NO! ¡ME ODIO PORQUE JAMAS PODRÉ SER COMO ELLAS! —Hablé exaltada. —Jamás podré ser como Taylor o Jazmín... Jamás podré ser una chica que esté a tu altura...

— ¿Y quién dijo que tu no estas a mi altura Aby? —Hablo tranquilo, podía ver la tristeza misma reflejada en sus ojos.

— Solo mírame, soy un desastre. ¿Quién podría querer a alguien como yo?

—Yo lo hago... Yo te amo y no es por como luzcas, si no por quien eres Aby. Te amo por la joven que eres y no me interesa que apariencia tengas, te amaré de igual manera...

idi-fCs:

Teenage Problems © |njh|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora