92

5K 521 185
                                    

Con la mochila al hombro, la capucha del abrigo puesta y sosteniendo con mucha fuerza el ramo de orquídeas blancas que Park Jimin le había dado, Min YoonGi salió del edificio de su facultad corriendo con los nervios a flor de piel, recorriendo bajo la lluvia las instalaciones universitarias, mirando de un lado al otro en busca del moreno, mas solo lograba ver paraguas de distintos colores moviéndose de un lado a otro a través del campus y personas que corrían desesperadas en busca de un refugio para no mojarse.

Se maldijo a sí mismo mientras corría por ser tan testarudo y no utilizar sus gafas para ver de lejos pues aquello le estaba dificultando aún más el encontrar a Jimin. Veía todo borroso y se encontraba jodidamente frustrado pues las había dejado en casa. Ni siquiera podía llamarle al teléfono ya que Jimin no tenía línea francesa, había intentado escribirle al WhatsApp, pero los mensajes no llegaban. Optó por abandonar el campus e irle a buscar por la ciudad. Quizás el moreno había conseguido refugio en algún café, bar o restaurante cercano. Talvez había regresado al hotel. Solo debía seguir buscando.

¿Dónde estás, Park?

Se fijó en cada establecimiento cercano al campus, recorrió paradas de autobús y algunas estaciones del metro sin ningún resultado. Cansado, frustrado y empapado, Min YoonGi decidió abordar un taxi y regresar al hotel a pesar de las palabras dichas por Jimin. Al llegar al vestíbulo, se acercó a recepción y preguntó por Park Jimin, la recepcionista que amablemente le había atendido desde su primer día en el hotel le informó que había visto al señor Park abandonar el hotel a eso de las once y que no le había visto regresar. YoonGi agradeció a la señorita y se encaminó hacia los elevadores para ir a su habitación. Al llegar al piso 21, sacó la tarjeta del sistema de bloqueo de la puerta y la insertó en ranura de la cerradura, abriéndose esta al instante. Le recibió una habitación oscura, vacía y silenciosa.

-¿Jimin?- llamó en voz alta, aún de pie en la entrada con la puerta cerrada tras él. Como era de esperarse, no obtuvo respuesta. El tipo no había vuelto aún y aquello no hacía más que preocuparle.

Exhalando el aire que había estado conteniendo, el pelinegro encendió las luces, dejó su mochila encharcada al pie de la puerta, caminó hacia la cocina dejando el ramo de orquídeas sobre la mesa del desayunador y bebió agua del grifo en un vaso de vidrio que sacó de la alacena. Suspirando, dejó la cocina y se dirigió al cuarto de baño, despojándose de todas sus prendas mojadas hasta quedar desnudo. Se miró al espejo por un tiempo, observando sus ojos hinchados y nariz roja que se acentuaban en su piel más pálida de lo normal. Su vista se posó en la pequeña marca casi morada al lado derecho en la base del cuello, secuela de la última vez que tuvo sexo con Jimin en la madrugada del día anterior. La observó por largo rato, en su mente la voz de Jimin susurró Mío.

Suyo.

¿Lo era?

¿Realmente lo era?

Cerró los ojos con fuerza, acariciando el puente de su nariz. ¿En qué momento había perdido el rumbo de sus acciones? ¿En qué momento dejó de preocuparse por las consecuencias de sus actos?

-No quiero perderte.- sollozó en un murmullo apenas audible- No quería que esto ocurriera.

Secando sus lágrimas con el dorso de la mano, el pelinegro se acercó a la bañera llenandola con agua tibia. Luego de agregar un poco de jabón líquido se metió en ella, sumergiendo su cuerpo por completo, conteniendo la respiración por algun tiempo hasta que sus pulmones clamaron por oxígeno y con desesperación sacó la cabeza del agua dando una brusca bocanada de aire. Le tardó un poco normalizar la respiración. Llevandose una mano a la frente, recostando la nuca al borde del respaldar y cerrando los ojos con fuerza, YoonGi se permitió dar un suspiro y se trasladó a un lugar diferente. Un lugar que a veces visitaba cuando se sentía solo y deseaba sentirse amado.

For Money... [JimSu] [YoonMin] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora