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Jimin

Nuestra primera cena juntos como familia fue un tanto silenciosa. YoonGi apenas probó bocado de su trozo de pizza y se mantuvo cabizbajo todo el rato. Intenté sacar algún tema de conversación, pero YoonGi apenas y musitaba vagas respuestas.

El pequeño Hoon pareció darse cuenta de que no era un buen momento. Mientras estabamos juntos, el siempre hablaba. Sin embargo esta vez estuvo callado todo el tiempo. Cuando terminamos de cenar, Hoon me preguntó si podía jugar con él un rato con sus carritos de juguete. No podía negarme a su carita inocente, así que le acompañé en su nueva habitación y jugué con él durante unas dos horas.

Antes de irme con Hoon vi a YoonGi dirigirse hacia el balcón. Llevaba una lata cerveza en la mano. Quise ir y hablar con él, pero recién habíamos discutido y pensé que lo mejor era darle espacio.

Casi un cuarto de hora antes de las diez de la noche, Hoon se talló los ojos y dió un sonoro bostezo, sinónimo de que estaba a punto de caer dormido.

-Hoon, ya debes acostarte a dormir.- le dije con cariño.

Estábamos sentados en el suelo jugando con su pequeña pista de carreras.

-No quiero dormir.- Hoon hizo un lindo puchero y siguió deslizando su carrito negro sobre la pista.

-Anda, párate que ya es hora de que te pongas el pijama y te duermas.- dije, levantándome del suelo y extendiéndole una de mis manos para ayudarle a pararse del suelo.

-Está bien.- bufó mi cuñado haciéndome caso.

Le ayudé a pararse y a cambiarse el pijama. Luego se acostó en la cama y lo arropé con su sábana del Capitán América.

-Que descanses, Hoon.- le sonreí antes de apagar la luz y salir de su cuarto.

-¿Jimin?- Hoon me llamó antes de que cerrara la puerta por completo.

-¿Qué pasa, Hoon?- asomé mi cabeza.

-¿Estás bravo con Suga?- su vocesita sonó preocupada en la oscuridad.

-No estoy bravo con YoonGi. No te preocupes por eso, ¿si?

-De acuerdo...- dijo, no muy convencido.- Hasta mañana, Jimin. Te quiero mucho.

Me quedé en silencio al oir su última frase. Era la primera vez que Hoon me expresaba afecto. Sentí algo en mi estómago revolverse y mis ojos amenazaron con nublarse. Ésta era mi vida ahora, y estaba siéndo amenazada con derrumbarse cuando apenas empezaba a ser construida.

-También te quiero mucho, Hoon. Dulces sueños.- dije, y cerré la puerta.

Ahora, parado en medio del pasillo de las habitaciones, cerré los ojos, respirando hondo. Pasándo mis manos por mi cabello hacia atrás hasta llegar a mi nuca. Exhalé lentamente y abrí mis párpados, encontrándome con YoonGi parado en la entrada del pasillo.

¿Estuvo ahí todo el tiempo?

Tenía los brazos cruzados y un hombro recostado contra la pared. En su boca, un cigarrillo a medio consumir.

-Odio cuando fumas.- me quejé en voz baja - Te estás matando lentamente.

YoonGi rodó sus ojos, dándole una última calada a su cigarrillo y lo escupió al suelo. Entonces lo pisó para apagarlo y caminó hacia mí. Una vez estuvimos frente a frente, YoonGi me miró de forma retadora y sopló despacio hacia mi rostro, ahogándome con el humo del cigarrillo que había estado reteniéndo. Comencé a toser como loco. Sentía que dejaba de respirar. Segundos después cuando el humo se dicipó y mi respiración volvió a estabilizarse, sin pensarlo le dí a YoonGi una cachetada.

-¿Eres idiota o qué? ¡Soy alérgico a la nicotina, animal!- grité enfadado.

YoonGi retrocedió unos cuantos pasos, llevándo una de sus manos hacia su mejilla ahora enrojecida por la bofetada que le propiné. Sus labios temblaban y su mirada permanecía fija en algún punto del suelo.

-No lo sabía.- susurró con voz entrecortada y les juro me sentí imbécil porque era cierto. Yo jamás se lo había dicho.

Lo usual era que cuando YoonGi fumaba, que era en pocas ocaciones cuando se sentía triste o había tenido un mal día, lo hacía sin mi presencia. Aunque yo siempre me enteraba de que lo había hecho por que el olor a tabaco quedaba impregnado en su ropa y lo regañaba, recordándole todos los efectos negativos que el cigarrillo causaba en su cuerpo.

Apenado, caminé hacia él y lo abrazé, depositando un beso en su frente.

-Lo siento, pequeño.

-De verdad no lo sabía...- Él estaba a punto de llorar.

-Fue una reacción.- intenté explicarme- Yo jamás, YoonGi. Jamás actuaría con violencia hacia ti.-suspiré- Perdóname, mi amor.

-No sé que hacer, Park...- sentí sus brazos apresar mi torso y su cabeza ladearse, acomodándose en mi hombro.- No quiero que esto afecte nuestra relación.

-YoonGi, jamás volverá a ocurrir. Yo...

-No hablo de esto, Park.- me interrumpió, y supe a que se refería.

Y por supuesto, yo tampoco sabía como enfrentar el hecho de que pronto tendríamos que separarnos.

* * *

Aún en la penumbra, el anillo que porto en el dedo anular de mi mano derecha brilla como una estrella en el firmamento. Tengo el codo apoyado sobre el colchón de la cama y mi mano gira de un lado al otro por los aires, dándome una magnífica vista de cómo dicho anillo luce alrededor mi dedo.

El corazón de YoonGi. Aquello que juré proteger con mi vida. Aquello que ahora me pertenece y debo cuidar a toda costa.

-¿Qué supone que debo hacer?- susurré para mí mismo.

Con mucho cuidado, sin despertar a mi novio quien yacía dormido a mi lado, retiré su brazo de alrededor de mi abdomen y lo dejé caer sobre la cama. Silencioso me levanté y salí de la habitación, yendo a la cocina a prepararme algo de té de manzanilla para relajarme.

Minutos después estaba sentado en el sofá de la sala sosteniéndo una taza humeante en las manos.
Ya estaba desapareciendo la tensión en mí cuando mi mente decidió que era bueno recordar las palabras que YoonGi me dijo entre sollozos ésta mañana.

"En un mes viajo a Francia, Park. Se supone que sería en cuatro meses, pero hace dos días me llamaron de la universidad diciéndo que la fecha del viaje había sido adelantada. Ni siquiera me dijeron el motivo, sólo que en un mes debo partir. Lo siento tanto, Park. Lamento haberte ocultado algo tan importante durante todo este tiempo. Debí habertelo dicho. Por favor, Jimin. No me odies. Es que... Antes de conocerte ya tenía planes para mi futuro."

Mi pecho comenzó a doler y enseguida otro recuerdo invadió mi mente. Uno que había dejado pasar por completo. Uno que involucraba a mi padre.

" -¿Sabías que ese Min YoonGi habla cuatro idiomas?- preguntó, de lo más tranquilo.

No respondí.

-Coreano, español, inglés y francés.- informó el viejo.- También es buen alumno en la universidad, de hecho, es el mejor de su clase. Muy creativo y buen dibujante. ¿Sabías que está becado? ¿Sabías que el otro año volará a Francia a culminar sus estudios ? ¡Quién lo diría! Según me cuentan mis contactos, una vez que el muchacho se gradúe tendrá un puesto asegurado en Stocolm&Co. Una de las mejores firmas de arquitectos del país."

Ahora todo empezaba a tomar forma.

For Money... [JimSu] [YoonMin] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora