El embarazo de NamJoon || JinNam

El futuro por delante

«Y aprendí que no era necesario sufrir, cuando el futuro era tan brillante para nosotros.»

—Matias A.

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Ya habían pasado casi seis meses desde que Seung Hyun había nacido. NamJoon había ido al gimnasio durante dos meses de esos seis para bajar de peso y recuperar la figura que el embarazo se había llevado, la única diferencia en su nuevamente delgado cuerpo era que sus caderas se habían vuelto un poco más anchas y lo hacían ver un poco más sexy de lo que ya era según palabras de SeokJin.

Nuevamente habían regresado a hacer música y habían sacado recientemente el MV de su canción titulada "Dope" y que en cuestión de segundos de haber sacado el vídeo habían alcanzado las 100,000K reproducciones. NamJoon no podían estar más agradecidos por todo ello que respectaba al apoyo de sus fans.

Estaban igual planeando una colaboración musical con Ji Yong junto a TaeHyung para que la gente agarrara la confianza de la proximidad del grupo en el tiempo que seguía en adelante debido a la gran cercanía entre GDragon y V.

Eran esos días en los que NamJoon agradecía todo el sufrimiento que vivió, porque todo aquello afianzó su relación con SeokJin, con su familia y con sus amigos de la banda. Todo había mejorado pese a que antes todo eran llantos y sufrimientos, inconformidades y preocupaciones. Todo había valido la pena.

Todo volvía a su curso normal, ellos ensayando para sus conciertos próximos, pero eso no quería decir que NamJoon descuidara el cuidar a su hijo quien ya estaba grandote para el poco tiempo que llevaba de nacido. Un niño tan curioso y gritón de cabellos negros al cual le encantaba gatear por la sala de ensayos o por los pisos alfombrados de la sala de estar donde NamJoon lo tomaba de sus bracitos intentando que se mantuviera de pie aún si siempre terminaba chillando para que su mami lo cargara.

Un pequeño que amaba estar en los brazos de su tío Taehyung y dormía con su tío Suga cada que podía. No soltaba los juguetes del Oso Ryan pertenecientes a quien era su madre y aunque a NamJoon le dolía ver como sus peluches coleccionables terminaban bañados en saliva no tenía el corazón para apartarlos de las manos de su pequeño. Claro que, no solo él sacrificaba sus peluches pues al parecer Seung Hyung había desarrollado una afición por los peluches coloridos de Mario Bros perteneciente a su rubio padre.

No sólo el grupo estaba encantado con la existencia de aquel bebé chillón, sus abuelos igual y sus tíos. Cuando iban a visitarlos no lo querían soltar y el pequeño era de esos bebés a los cuales les encantaba ser mimados a más no poder.

Se sentía tan afortunado de poder ver como habían cambiado las cosas para bien, notar como el pasado siempre era una enseñanza y un impulso para mejorar en el futuro. Porque se estanca quien quiere y sobrevive la persona que busca ayudar, no deja que lo hunda la oscuridad. Para NamJoon siempre estaba en su mente la idea de que en todo momento la luz existiría para vencer a la oscuridad y las ganas de sobresalir existirían junto al amor de sus seres queridos, por ello no quería cegarse a ello jamás.

Y por eso, justo en esos momentos era feliz al ver como Kim SeokJin colocaba el anillo en su dedo anular con suavidad frente a sus amigos quienes aplaudían alegres de que por fin  celebraran su boda después de tanto. Sus amigos, su familia, sus compañeros de trabajo, su jefe y sobretodo su hijo, sonreían.

Las lágrimas descendieron por sus mejillas al momento de dar el sí a la pregunta que lo ataría para siempre al amor de su vida. Entonces el beso llegó, SeokJin tomó por la cintura a su chico especial y lo besó con lentitud, dejando que sus almas se fundieran por completo, siendo el destino quien sellara el pacto de amor que ellos se habían hecho desde ese momento y para toda la vida.