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Me aliso el cabello y me maquillo menos que de costumbre. Saco del armario una chaqueta y antes de salir, me miro al espejo. Paso las manos por el vestido corto gris que tengo puesto. La verdad es que la tela es bastante cómoda, y se adapta a mi cuerpo como si fuera un guante. Hace un tiempo no me lo ponía, los vestidos han dejado de ser lo mío.

De repente, no es el vestido en lo que pienso. Sólo me imagino que a él le hubiera encantado, y seguro estaría soltando uno que otro comentario sobre cómo me luce. Detesto que todo lo que hago me recuerda a él, pero a veces es inevitable. Me echo un ultimo vistazo y suelto un suspiro. Siempre es igual.

Salgo del cuarto y me encuentro con Margo en el sillón de mi departamento. Mira la pantalla de su movil y ríe a la vez.

—¿Qué miras? —pregunto con una sonrisa falsa en el rostro.

Desde hace un año tengo que usar caretas de felicidad falsa para evitar explicaciones. Todo ha sido un poco difícil desde que mi vida dio un giro de 350 grados. Todavía estoy en la lucha de adaptación. E intento cambiar, trabajar conmigo misma todos los errores del pasado. Bueno... estoy en eso.

—Wow... —exclama en cuanto me ve. —te luce bien ese vestido.

—Gracias —le sonrío y bajo la mirada para ver las curvas de mi cuerpo. No las muestro tanto como solía hacerlo en la preparatoria y ahora diría que me siento un poco incomoda.

—Pareciera que tienes 17 —ríe y no evito hacerlo también.

—Eso es un gran cumplido... —asiento divertida. —pero por desgracia no.

Se ríe y se levanta del sillón para caminar hasta la puerta de forma apresurada.

—¿Nos vamos? —pregunta.

—Vamos —me acerco a ella al mismo tiempo que me coloco la chaqueta, sólo para sentirme un poco más segura y no mostrar tanto.

Después de bajar siete pisos, entramos al estacionamiento y subimos a mi auto. Es uno muy sencillo color blanco, pero me ha funcionado como ningún otro estos últimos meses. Mi departamento es bastante cómodo, no es lo más lujoso pero es lo que he podido conseguir.

Desde que me fui de casa no he mantenido mucha comunicación con mi madre. Nunca fuimos muy allegadas, y ahora mucho menos. Ninguna de las dos hace un esfuerzo por reconstruir la relación, y he tenido que ganarme la vida yo sola, sin su ayuda.

—¿Te ha llamado mamá? —le pregunto al mismo tiempo que retrocedo para salir del estacionamiento.

—Sólo ha dicho que llegue antes de la cena —alza los hombros y me mira con una mueca.

Se supone que hoy pasaríamos una tarde de hermanas, pero hasta ahora, nada ha sido muy emocionante.

15 minutos después de conducir y escuchar la música favorita a todo volumen de Margo, me estaciono finalmente en un centro comercial para bajar por un helado y quizás hacer algunas compras.

No me permito muchos lujos, pero esta es una situación especial. Mi salario es bueno, tal vez todo lo que necesito, pero no abuso de eso. Es el salario normal para una becaria universitaria. La verdad requiere de gran esfuerzo trabajar y estudiar al mismo tiempo.

No quiero volver a ser la Leah que dependía del dinero de su madre. Simplemente no quiero volver a ser esa persona, porque en la actualidad el castigo ya ha sido suficiente.

Margo y yo caminamos en dirección a varias tiendas y compramos algunas cosas. Eran pocas las veces que mi madre le permitía pasar el tiempo conmigo, así que tenía que aprovechar estas oportunidades.

I still wait for you | 2 | Grayson Dolan (terminada)Where stories live. Discover now