—Claro que sí, Emma también. —Al ver la sonrisa en el rostro de Martina, se contagió.— ¿Qué estás planeando?

—¿No es obvio? —Con la mirada se entendieron.

—¡Bendito sea el día que te mudaste a este edificio! —Exclamó Jennifer y ambas chocaron las palmas.— Vos y yo, querida chica, vamos a ser grandes amigas.

En cuanto llegó a la 10th Avenue y 22nd Street sonrió. Le encantaba la zona y supo que ir a trabajar ahí sería un placer. Después de una corta reunión con la Sra. Williams y de que ella la presentara con los demás trabajadores, se sentó en su escritorio y comenzó con las tareas que le habían sido asignadas. No había hablado mucho con ninguno de sus compañeros pero cada vez que pasaban cerca podía sentir que la miraban con curiosidad.

Cuando llegó la hora del almuerzo agarró su abrigo y su cartera, pero se quedó parada en la entrada del piso que ocupaba la editorial. No había revisado su teléfono en toda la mañana y tenía varios mensajes. Lo primero que leyó fue la respuesta de Nick a su mensaje agradeciéndole las flores. Después le contestó a su mamá, Lucas, Gastón, sus amigas de Argentina, Danielle y Joe. Tenía que admitir que tener un mensaje de él la sorprendió.

—Mirá como se hace la estrella por ser novia del famoso. —Escuchó que una de las mujeres que trabajaba con ella le comentó a su amiga al pasar por su costado para esperar el ascensor.

—¿Quién se cree que es? Ella es la nueva, la que debería acercarse a sociabilizar. —Respondió la otra falsa rubia mientras entraban al ascensor.

Martina había decidido no mirarlas, pero cuando se fueron cerró los ojos y sostuvo su celular con tanta fuerza que sus nudillos comenzaron a tornarse blancos.

—Hey, chica, no las escuches. —Le dijo una voz masculina con su mano apoyada en el hombro de ella.

—Austin tiene razón, son las dos chicas más idiotas que hay en este lugar. —La argentina les sonrió.— Martina, ¿no? —Asintió.— Él es Austin, yo soy Carol.

—Es un placer. —Les extendió la mano a modo de saludo.

—Estamos yendo a comer a un lugar acá a dos cuadras, ¿venís?

Durante el almuerzo les contó un poco de su vida, cómo empezó en el periodismo en Argentina, el momento que se fue a vivir a esa ciudad y, sin poder evitarlo, cómo conoció a Nick. Al instante se dio cuenta de que a ninguno de los dos les importaba la fama de su novio porque ni siquiera escuchaban ese tipo de música. Austin era fanático del rock pesado, aunque por su estilo no lo aparentaba, y a Carol la música que más le gustaba era el raggae y la música bohemia. A Martina le encantó la onda algo hippie y la energía positiva de esa mujer.

—No escuches nada de lo que digan las rubias, Martina. Estoy seguro que lo dicen de envidia por tu novio y porque Mónica dejó de ser la favorita de la Sra. Williams.

—¿Qué decís, Austin?

—Él tiene razón. La Sra. Williams nunca presentó a nadie con tantos halagos como a vos, ni siquiera a ella que es su nuera. —Martina sintió sus mejillas coloradas.— ¿En serio no la conoces?

—Les juro que no, Carol. La vi solamente la vez que vine a la entrevista de trabajo y hoy.

—Entonces debe ser cierto todo lo que dijo de vos y tu trabajo.

El día siguiente pasó sin muchos acontecimientos. Cada tanto Martina escuchaba algunos comentarios ofensivos hacia ella de parte de las teñidas. Así las llamaban a modo de burla sus dos nuevos amigos durante los almuerzos y ella se unió al apodo. El primer día la habían afectado esas opiniones, pero Nick le dijo que las ignore, que era lo mejor que podía hacer. Él tenía razón, así que ni siquiera les contestaba las pocas veces que sus palabras hacia ella no eran agresivas.

Hold on (Nick Jonas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora