— Te amo Han Sang Hyuk — murmuró Hongbin minutos antes de que el sueño se hiciera presente en su cuerpo, dejando a Hyuk volando en las nubes porque esa era la primera vez que le decía esas sencillas, pero fuertes palabras que significaban tanto.

— Yo también te amo Hongbin...






Uno de sus recuerdos más felices a lado de Hyuk se reprodujo en la mente de Hongbin mientras veía la alegría con la que su madre recibía a Hyo Jin, y la trataba tal cual como si fuera una hija más. Todo a su alrededor parecía estar bien, menos él, que sabía perfectamente que debía de mantener su engaño lo más que pudiera.

Ya que ser invisible para Hongbin fue más difícil de lo que en un principio pensó, específicamente porque para él, ser invisible significaba estar expuesto ante todos mostrando su mejor actuación, aquella en la que pretendía ser el más feliz de la vida yendo prácticamente a todas partes, de la mano de Hyo Jin.

Si cuando estaba con Hyuk procuraba asistir a una que otra gala solo por compromiso, después de que el menor lo dejara, comenzó a asistir a cuanta celebración era invitado e incluso a las que no, con tal de exponer y pretender que su relación con Hyo Jin estaba en su mejor momento. Con lo cual, todo lo que propicio fue que fuera aún más asediado por los reporteros y los paparazzi que querían obtener la mejor nota o fotografía de la pareja del momento.

—... ¡Mmm! De verdad que no me creo que esto lo haya hecho usted... — comentó Hyo Jin llevándose otro bocado a los labios — Están deliciosos.

— Me alegro tanto que te gusten mis pepinillos salados... — le respondió la señora Joo Mi al verla comer su segunda porción de los mismos — Aquí al único que le gustaban era a mi Sang Woo y por él fue que los aprendí a hacer, después cuando quedé embarazada fueron la fascinación de mi Kendy, de niño era prácticamente todo lo que comía.

— ¿En serio? Pues es muy afortunado de tenerla como madre, la mía se divorcio y se fue a vivir a Japón con su nuevo esposo cuando yo tenía 15 años, así que prácticamente la veo una o dos veces al año y eso si tengo suerte — comentó con pesar.

— ¡Dios! No sé cómo puedes comer eso — intervino con cara de asco Hongbin, quien al parecer odiaba los penillos encurtidos.

— ¿No te gustan? Pero si están riquísimos — alegó Hyo Jin.

— Bueno, al parecer había olvidado que a mi Binie nunca le gustaron — corrigió la señora Lee haciendo que Hyo Jin y ella rieran, al ver la cara con la que Hongbin miraba el dichoso frasco de pepinillos encurtidos.

La relación de Hongbin con Hyo Jin aún se mantenía como una buena amistad, y ya que en casa de su madre era bien recibida la llevaba muy a menudo a la misma, compartiendo momentos como esos en los que de nuevo el actor podía sentir la punzada en su corazón ser latente, sobre todo al pensar que en vez de Hyo Jin le hubiera encantado que fuera Hyuk quien los compartiera.

— Quieren dejar de burlarse de mi o...

El sonido del teléfono de Hongbin hizo que las risas se vieran interrumpidas junto a la culminación de su frase, entonces respondió rápidamente al ver el número de su manager en la pantalla del mismo. Se levantó de su lugar al lado de Hyo Jin y mientras caminaba rumbo a la cocina de su madre, saludó a su hermano Jae Hwan con un asentimiento de cabeza, quien acababa de llegar a la casa para la cena.

— ¡Pepinillos encurtidos! — gritó Jae Hwan al ver lo que Hyo Jin comía como botana.

La señora Joo Mi volvió a reír con más dicha, al ver a su hijo mayor pelearse por el bote de penillos encurtidos con Hyo Jin quien al parecer no quería soltarlos. Desde su recaída en el hospital, tanto Hongbin como Jae Hwan comenzaron a pasar mucho más tiempo junto a ella, lo que la hacía sentirse realmente satisfecha y muy dichosa.

Así mientras Hongbin atendía la llamada de su manager, Ken saludó a su madre y a Hyo Jin de forma animada y después tomó asiento al lado de la primera en la terraza de la casa. Para ese tipo de reuniones era lo más habitual, ya que el tiempo pintaba bastante agradable para ello y hacia que todos aprovecharan la luz solar de forma menos invasiva.

— ¿Qué tal el trabajo Kendy? — preguntó Hyo Jin una vez que el asunto con la comida paso a segundo término.

— Papeleo y más papeleo, justo ahora estoy defendiendo a un señor que engañaron para que firmara un derecho de posesión — respondió con cierto pesar.

— ¿En serio? Qué triste.

— Lo sé, pero es parte del oficio, porque si no existieran ese tipo de situaciones yo no tendría trabajo que hacer, además por desgracias muchas personas se aprovechan de los demás para sacar algo de ventaja.

— En eso tienes toda la razón...

— Disculpen si los interrumpo, pero ya nos tenemos que ir... — comentó entrando en escena Hongbin de nuevo — olvide que tenía una junta con la producción hoy, y Choi está vuelto loco por darme una nueva asignación.

— Pero la cena aún no está lista hijo — dijo con preocupación su madre.

— Lo siento mamá, pero si no voy a esa junta Choi va a matarme.

— Supongo que me voy a quedar con las ganas de probar ese estofado — dijo con algo de tristeza Hyo Jin.

— Porque no te vas y yo llevo a Hyo Jin después a su casa... — intervino Jae Hwan al verla levantarse de su lugar — No se me hace muy justo que te la lleves sin cenar.

Hongbin volteó a verla brevemente antes de responder a su hermano mayor.

— ¿Seguro? ¿No te importa?

— Yo no tengo ningún problema — comentó Jae Hwan encogiéndose de hombros y guiñándole un ojo a su cuñada.

Hyo Jin sonrió y volvió a sentarse de nuevo en su lugar agradeciendo internamente aquel detalle de Ken. Entonces Hongbin se despidió de su madre con un abrazo, prometiendo que la volvería a visitar pronto. Así una vez que le dijo a Hyo Jin que la llamaría después, caminó hasta la salida de la casa para subir a su auto y conducir de regreso a la ciudad.

Hacia semanas que Hongbin no se sentía bien al menos mientras se encontraba rodeado de su familia, sobre todo porque aun le hacia falta Hyuk a su lado, pero ambos habían tomado la decisión de seguir adelante con sus vidas pese a que ninguno de los dos estaba seguro al cien porciento de si eso era lo correcto.

Cuando llegó a la agencia subió rápidamente hasta el octavo piso, lugar en donde lo esperaban parte del reparto de actores y asistentes que participaría en su nueva película. Un par de rostros conocidos lo saludaron, pero la sorpresa se la llevó al ver a Hyuk junto a Sung Jae, ambos sentados uno al lado del otro en el extremo izquierdo de la sala sonriendo, totalmente enfrascados en una conversación que él no pudo escuchar.

Por lo feliz y alegre que se notaba Hyuk al lado de Sung Jae, Hongbin se arrepintió de haberse perdido la cena en casa de su madre.

«Tan rápido te olvidaste de mi» — dijo en su interior en el momento en que la mirada de Hyuk por fin hizo contacto con la de él.

Invisible [HyukBin]Where stories live. Discover now