31 de oct. 1981

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Remus Lupin esa noche no podía dormir, pese a que estaba muy cansado, ya que sólo habían pasados dos días desde la última luna.

Sus manos temblaban mientras bebía lentamente una taza de chocolate caliente, ni siquiera eso lograba calmarlo, sentía algo dentro de él que lo mantenía intranquilo, un miedo que a cada segundo se incrementaba, tanta fue su preocupación que decidió enviarle una carta al mismísimo Albus Dumbledore.

Pasaron las horas y aún no había respuesta, intentaba calmarse que sólo era producto de la noche de Halloween o sus miedos injustificados, ya pronto lograría conciliar el sueño y al otro día de seguro encontraría la lechuza de Albus, explicando que no ha pasado nada y que la orden sigue manteniendo a Voldemort bajo control.

Dio un respingo cuando sintió fuertes golpes en su puerta, él no esperaba visitas y menos a estas horas, de inmediato tomo su varita y calmó su respiración, esperando que tocaran otra vez.

Moony!!Moony!! – Su corazón revolotea aún más, desde hacía más de un año que nadie lo llamaba así y menos la persona que estaba tras su puerta, no podía ser verdad, quizás sólo era un engaño del señor tenebroso, lo que incrementó mucho más sus miedos, sólo algunos miembros de la orden sabían su actual ubicación.

Lupin, somos nosotros – Escucho las voces de la profesora Mcgonagall, seguida del profesor Dumbledore.

Rápidamente fue a la puerta sin bajar su varita, al abrir sintió un mareo y sus manos comenzaron a temblar sin parar.

Frente a su humilde casa en medio de un apartado bosque al norte de Inglaterra, estaban sus antiguos profesores demacrados y más viejos que nunca, el ministro de magia y en medio de ellos estaba su ex amor, Sirius Orion Black, quien entre sus brazos mantenía apretado un pequeño bulto, estaba pálido y sus ojos estaban rojos, su ropa estaba manchada con sangre y barro.

No hubo palabras y de inmediato los invitó a pasar a su hogar, preparando rápidamente unas tazas de té caliente, nadie hablaba, sólo se lograban sentir la tensión en el aire, no bastó mucho para que Albus rompiera el silencio.

James y Lily Potter han muerto – Remus sintió como su corazón dejaba de latir, practimente se tuvo que afirmar de la mesa más cercana para no caer de rodillas.

Los han asesinado – Sirius escupió las palabras llenas de furia – Moony, Peter los traicionó, esa rata era un mortífago, vendió a sus amigos a Voldemort – en esos momentos Sirius se quebró y comenzó a llorar en silencio.

No puede ser verdad, ¿esto es una broma no?. Ha, claro que no lo es – Remus se pasaba las manos por el cabello absolutamente nervioso, furioso y triste – ¿Alguien podría explicarme qué diablos pasó?

Peter había sido nombrado guardián del secreto más grande de los Potter, su ubicación, bajo el encantamiento Fidelio. Pero nadie sospechaba que él en realidad trabajaba para el señor oscuro, esa noche del 31 de octubre de 1981 reveló toda la información y no bastó mucho para que Lord Voldemort se hiciera presente en el valle de Godric. Sin reparos mató a James, a Lily le ofreció salvarse, pero su amor y dedicación por su hijo fue mucho más fuerte, logrando realizar un sacrificio protector sobre su pequeño Harry.

Sirius sospechó que algo no andaba bien cuando no encontró a Peter en su guarida, de inmediato acudió a la casa de los Potter encontrándose con sus amigos muertos, y en medio al pequeño Harry llorando sin consuelo con una extraña marca en la frente.

Salió furioso del lugar, enfrentándose cara a cara con la rata de Pettigrew, quien de inmediato comenzó una pelea, Sirius por poco se da por perdido, cuando distintos miembros de la orden del Fénix llegaron al lugar, gracias al oportuno aviso de Bathilda Bagshot. Pettigrew fue juzgado de alta traición y de inmediato se le llevó a Azkaban, sentenciando a una vida eterna en aquella cárcel.

Como si fuera nuestro hijo (Wolfstar y Drarry) Where stories live. Discover now