—Coincido en ello, Will es hermoso, cada parte de él— Lecter insinuó con ligereza, la curva en las cejas del Profeta, le dijeron que había acertado sobre uno de sus detonantes así que continuó—el sabor de sus labios es celestial y sus muslos son el paraíso.

—Tú, monstruo, te atreviste a corromperlo, a seducir su alma pura bajo el influjo de tus malsanas pasiones— Matthew sintió en un momento que la sangre le hervía con furia, se acercó a Hannibal mirando su rostro con intensidad entornando hacia él u...

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—Tú, monstruo, te atreviste a corromperlo, a seducir su alma pura bajo el influjo de tus malsanas pasiones— Matthew sintió en un momento que la sangre le hervía con furia, se acercó a Hannibal mirando su rostro con intensidad entornando hacia él unos ojos que expresaban aborrecimiento.

—No, ninguna pasión es malsana, es necesaria para desarrollar el espíritu del hombre, Will comprende sus pasiones, es un hombre fuerte, entusiasta en su curiosidad, ardiente y entregado— continuó Lecter disfrutando de la contracción las facciones del enfermero.

—¿Qué puedes saber tú de él?, no lo ves realmente, sino a través de la lujuria. Lo veo en tus ojos, un fuego maligno que consume todo a su paso, la flama eterna de la muerte, estás hecho de carbón y te consumes poco a poco, pero Will no se quemará, no lo permitiré.

Hannibal sonrió.

—Si estoy hecho de carbón como mencionas, Will es realmente la llama, una hoguera interminable de pasión desenfrenada, un hermoso serafín de risos castaños, no puedes imaginar sus más profundos deseos guardados en su preciosa mente, pero aquellos instantes en los que estamos tan íntimamente unidos puedo ver los claroscuros de su alma, yo lo veo y él puede verme, es algo que tú jamás comprenderás— ante sus palabras los dientes de Matthew rechinaron en señal de ira y frustración, clavó la navaja en la muñeca de Hannibal, rápido y sorpresivo, el doctor contuvo el aire mientras la navaja se deslizaba desde su muñeca hacia el brazo cortando piel, tendones y venas, la sangre se derramó de inmediato impregnando el aire con su aroma— Incluso si muero, Will me llevará dentro de él, en su mente, en su alma, incluso su cuerpo recordará con anhelo — continuó ahora con algunos jadeos sintiendo la sangre fluir fuera de él con cada latido del corazón.

Matthew cortó la otra muñeca, ¡no lo escuches Matt! ¡Es mentira! ¡Es mentira!, de nuevo susurros en torno a ellos que lo hicieron detenerse apenas un segundo, pero continuó cortando las venas en su muñeca derecha y mientras lo hacía, vio al doctor cambiar a esa forma siniestra y grotesca con enormes cuernos, se levantó de inmediato y tiró de la cuerda con fuerza haciendo que el doctor se pusiera de pie tambaleándose al ser izado por el cuello mientras la sangre roja y espesa se derramaba por sus muñecas.

—Acerca el balde y sube en él— dijo el enfermero, Hannibal miró el balde y lo acercó con su propio pie posándolo frente a él—rápido— vociferó Matt y el doctor puso un pie haciendo equilibrio y luego el otro.

Brown ajustó la cuerda en la pared izquierda donde un toallero de metal fue el gancho perfecto para tensar la cuerda, sonrió satisfecho cuando la figura se tambaleó, regresó entonces a ser humana, y hubo carcajadas alrededor que sólo él escucho. Vio correr la sangre en el piso hacia las coladeras, un rio escarlata perfecto como el que imaginó de niño, cuando su madre leyó para él la historia de las plagas de Egipto. Brincó los grandes escalones para ver su creación, delante de él estaba un verdadero cristo sangrante, había temor en ese rostro, dolor y sorpresa. Matt sonrió esta vez estimulado por su trabajo, y su deseo más grande era que Will observara.

EternidadWhere stories live. Discover now