Capítulo 16

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¡Hola hola mis queridos lectores!, espero que tengan un agradable inicio de semana y que hayan disfrutado del capítulo 15. Hoy quiero que su semana sea muy muy buena por lo que al fin sale a la luz el capítulo 16 (con lemmon). Así que conviertan su lunes en ¡Lunes de Hannigram! y disfruten. Un beso y un abrazo enorme. 

Espero mejorar un poco tu semana mi querida DanyaRoseLove <3

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3:25 am Baltimore Maryland

Los ojos verdes de Matt se dirigieron al reloj de pared, el segundero giraba haciendo un sonido hueco, estaba descompasado con el tic tac del reloj de Chilton por apenas perceptibles milésimas de segundo, aun así a Matt le molestaba. Esa noche estaba de guardia, parecía que la jornada sería tranquila hasta que Frederick llamó podo después de las dos, se le asignó de última hora el traslado y resguardo de un paciente por lo que todo el personal debía estar alerta para la recepción del individuo a quien detenían bajo la acusación de homicidio en segundo grado.

A las 3:00 am Chilton había acudido al psiquiátrico, vestido un poco más informal pero cuidando detalladamente su aspecto, sin embargo, para Matthew no pasó desapercibido ese semblante preocupado y pensativo. Matt no indagó, siguió las indicaciones al pie de la letra y dio instrucciones a los otros enfermeros en turno para habilitar una de las celdas del sótano. Y ahora estaban ahí, de pie en medio de la sala principal esperando el traslado.

—¿Está todo listo Brown?— le preguntó de repente con las manos a los costados como una figura plástica de un soldado, sin siquiera dirigirle una mirada.

—De acuerdo a sus disposiciones doctor— respondió. Y Frederick soltó la respiración pesadamente.

Matthew miró el reloj en la mano de Chilton, el ruido comenzaba a serle demasiado molesto, llevaba casi veinticuatro horas sin dormir y el cansancio comenzaba a apoderarse de su cuerpo. El viaje nocturno y sus actividades en Filadelfia habían sido extenuantes. Pero planificar todo era un desgaste necesario, de lo contrario Will podría cansarse rápidamente de su jueguito de las escondidas. Había cubierto sus huellas, y había dejado sólo las pistas precisas. Su mente vagó hacia la iglesia en Pensilvania, el entorno decadente de aquellas ruinas debían ser un recinto especial para su precioso ángel, estaba tan ansioso por saber hasta dónde Will había podido verlo. Si tan sólo pudiera acercarse un poco más...

—Está aquí— mencionó Frederick llamando su atención y las puertas eléctricas se abrieron.

Cuatro policías custodiaban a un hombre caucásico de baja estatura y cabello castaño. Sus ojos azules desprendían un brillo de inteligencia y malicia, enmarcados por unas cejas delineadas, observaba con desdén las instalaciones y sobre todo al doctor Chilton. Sus manos y pies estaban encadenados, eso no parecía molestarle pues caminaba con seguridad. Vestía una camisa azul cielo, pantalones negros y zapatos lustrosos, todo el conjunto corrompido por manchas de sangre que comenzaba a secarse dejando una apariencia marrón oscuro. Su barba castaña también estaba manchada y el aire alrededor se llenó de ese peculiar rezumo metálico de la sangre.

—Soy el doctor Frederick Chilton, el Estado me ha pedido que me haga cargo de usted, hasta que el proceso judicial sea llevado a cabo. Aquí gozará de una terapia que proporcionará evidencia jurídica.

—Gozaré de una terapia...mmm— musitó, su voz era suave y su tranquilidad ante la situación era alarmante— no creo que una lobotomía sea causa de gozo Dr. Chilton.

—Está en la mejor institución del oeste del país señor Guideon, debe darle las gracias a su abogado.

—Doctor Guideon si no le molesta.

EternidadWhere stories live. Discover now