Capítulo 15

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Hola mis benévolos lectores, espero que se encuentren de maravilla, como debería ser cada semana es viernes de Eternity, tenemos al fin nuevo capítulo, uno lleno de emoción creo yo, me ha gustado ir experimentando con ésta historia. Bueno sin más preámbulos lean, que al final del capítulo les tengo unas notitas. 

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En menos de treinta minutos Will se encontró con Beverly Katz en Riverside, dónde ella recababa algunos datos. Vio su auto aparcado fuera de un establecimiento comercial, estacionó su auto con la intención de llamarla, en ese instante ella salía del lugar, ella le dedicó una ligera sonrisa, Will bajó y se acercó. La lluvia había dejado de caer, y el frío se sentía con mayor intensidad, junto con la sensación de humedad gélida.

—Hola Will.

—Hola, ¿tomaremos un vuelo a Chicago?

—No creo que sea necesario, encontré al proveedor de papel, en éste mismo lugar, al parecer hizo un envío a Filadelfia. Coincide con la tierra encontrada en la oreja. Es posible que el cuerpo se encuentre en un espacio abierto.

—A juzgar por su primera presentación, lo hará. Ya perdió el temor a mostrarse, se alejó de Chesapeake, pero no pretende detenerse.

—¿Crees que le teme al Destripador?

—No, no le teme, lo detesta. Lo ve como algo impuro, podrido. Persiguen cosas diferentes.

—Hay cinco parques nacionales alrededor del centro de Filadelfia— dijo ella.

Will le extendió la mano para que le mostrara el expediente que llevaba consigo. Beverly se lo entregó de inmediato. Él repasó de nuevo las fotografías de la oreja y la carta. El monstruo en el final de la epístola parecía mirarlo con sus ojos vacíos.

—Persigue lo sagrado, es posible que sea un lugar cercano a una iglesia.

—Eso lo reduce un poco— dijo ella irónicamente— Llamaré a Jack, nos adelantaremos. ¿Llevas tu arma?

—No va a ser necesario.

—Nunca se sabe— finalizó y ambos subieron a su respectivo auto.

Will encendió el motor y la siguió por la autopista. El sol ya había caído para cuando continuaron por la carretera. "...a diferencia de los infieles quienes son ciegos ante el bien, no hablan el bien y no escuchan el bien", las palabras en la carta se quedaron en su mente, Will sentía que lo había escuchado en algún lugar, pero no atinaba a recordar. Tomó su teléfono y lo puso en altavoz, el número aparecía primero en la lista de sus llamadas frecuentes.

En Baltimore Hannibal se encontraba en camino a Wolf Trap, para cumplir con el encargo de su paciente, cuando su teléfono comenzó a sonar, la pantalla mostró el nombre de Will Graham y no dudó en contestar a través del altavoz, con un toque en el botón adyacente al volante.

EternidadWhere stories live. Discover now