Capítulo 17

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Saludos queridos lectores, ha sido un tiempo desde la última actualización, pero al fin después de esta pausa es momento de regresar a la historia. Espero les agrade el capítulo. ¡Bienvenidos de nuevo!

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Después de que Hannibal saliera de la habitación, Will al fin se puso de pie, la somnolencia se había apoderado de él, pero no quería dormir, ¿qué sucedería si volvía a caminar dormido? Al menos en casa de Hannibal estaría bajo el cuidado de un médico y su amigo. No, definitivamente no causaría más molestias. Se duchó rápidamente alcanzando al doctor en la cocina. Olía a tocino y Will no pudo evitar pensar en una hamburguesa, algo que seguramente el doctor desaprobaría.

—¿Necesitas ayuda?— preguntó.

—Vendrían bien un par de manos, puedes triturar las especias en este mortero— le indicó el doctor. Graham se acercó hasta la base de preparación a su lado— pon dentro los pétalos de rosa, la pimienta, la sal y la salvia.

—¿Sólo debo molerlo?

—Mientras saco el lomo de cerdo del horno. Espero que la carne te apetezca.

—Mucho.

Hannibal le bridó una mirada de aprobación mientras el agente molía las hierbas que sazonarían el trozo de carne. Era satisfactorio tenerlo compartiendo la cocina. Se acercó al horno para obtener una humeante charola con un apetecible corte magro.

—¿La señorita Lass ha logrado encontrar más pistas médicas sobre el destripador?— cuestionó el psiquiatra con total tranquilidad mientras barnizaba el lomo con mantequilla y mostaza.

—No que yo sepa, al parecer sigue haciendo una búsqueda por su cuenta.

—Ya veo, es una chica inteligente. Y Jack parece confiar bastante en su juicio— le miró de reojo.

—Sin duda.

—¿La consideras capaz de mantener la confianza que Jack ha depositado en ella?

—¿A caso intentas ponerme en contra de Jack por una estudiante?—preguntó mientras terminaba de integrar las especias— ya está.

—De ninguna manera Will, espárcelo aquí sobre la plancha, la idea de relegarte un poco de trabajo me parece adecuado para tu salud— el psiquiatra tomó el lomo y lo escarchó con las especias dándole la apariencia de un tronco mientras Will lo observaba— Recuerda que la cita con el neurólogo es mañana, por supuesto iré también, no estás sólo Will. Cualquiera que sea el resultado puedes contar conmigo.

El joven asintió. Hannibal tomó un cuchillo grande y cortó generosos trozos del lomo, colocó tres en cada plato, sobre un espejo de puré de papas, esparció ralladura de tallo de brócoli previamente marinado con vinagre de vino blanco, una salsa reducida de vino tinto y verduras salpicó sobre la carne y el puré con un brillante color escarlata, por último, le pidió a Will colocara el tocino crocante y dejara caer unos cuantos pétalos de rosa triturados por sus propias manos sobre el plato. Al final cada emplatado parecía una pequeña escena de un bosque otoñal, con sus amarillos, verdes pálidos, cafés y rojos violáceos.

—Un vino rojo...

—¿Podría ser una cerveza?— preguntó Will apretando los labios con simpatía, Hannibal pensó que si Will ponía más esfuerzo en pedir lo que quería, sería difícil no cumplir sus caprichos, aunque hasta el momento parecía no darse cuenta de esa fuerza de convencimiento que posee.

—Por supuesto, por suerte para ti, tengo una reserva especial. Por lo regular Alana es aficionada a ella.

—¿Alana?, no la creería aficionada a la cerveza.

EternidadWhere stories live. Discover now