El Pecado de ser Doncel

Encuentro con el pasado

La banda más famosa del momento compuesta por cinco hermosos y carismáticos donceles había empezado su gira mundial visitando las ciudades más importantes del mundo ganando fanáticos en cada show o entrevista que daban, el mundo estaba a sus pies, incluso aquellos que una vez estuvieron en contra de los donceles por considerarlos "fenómenos de la naturaleza" reconocían que no tenían nada de diferente con el resto del mundo. Claro que había una que otra mente estrecha que pensaba que para lo único que un doncel servía era para procrear y ser un esclavo sexual, pero eran minorías ya que los donceles tenían los mismos derechos que cualquier ser humano y la justicia penaba a quien osaba esclavizar a alguno de ellos.

La banda por su parte se encargaba de colaborar con organizaciones para mujeres y donceles victimas del maltrato, la prostitución y la esclavitud. El tiempo de los chicos se repartían entre ensayos, conciertos, entrevistas, grabaciones, obras de caridad y su vida personal, y los cinco se encontraban viviendo un momento de pura felicidad después de mucho sufrimiento la vida les sonreía dejándoles saber que el karma existe.

En los meses que duro la gira mundial la amistad entre los miembros se volvió inquebrantable, así como las relaciones amorosas de tres de ellos, Itachi y Naruto parecía que Vivian en una luna de miel, el azabache cada vez que podía se montaba a un avión y aparecía en donde su rubio novio estuviera, Madara había dejado a su asistente Shikamaru a cargo de la oficina en Los Ángeles y viajaba con el grupo siempre, salvo que se lo necesitara con suma urgencia en Estado Unidos, él y Deidara estaban más juntos que nunca, aunque el rubio aún se mostraba un poco arisco para formalizar la relación pero no había duda de que estaban enamorados.

La relación de Hidan y Sai estaba consolidada a pesar de los continuos acosos de Gaara al doncel, el abogado confiaba ciegamente en su novio, a pesar de que Sai aún tenía fuertes sentimientos por el pelirrojo no había vuelto a caer en sus redes porque tenía muy en claro que la vida al lado de su novio peliblanco era feliz y el era una persona demasiado inteligente como para dejar de lado todo el cariño, la seguridad y felicidad que Hidan le brindaba para irse con Gaara que de a poco iba saliendo de su corazón dejándole más espacio a Hidan.

Pain por su parte no había desistido en conquistar a Sasori que de a poco le hacía caso, eran amigos y hablaban por teléfono, mensajes, correos y una que otra visita sorpresa del varón al lugar donde el doncel estuviera, Pain se había dado cuenta que le gustaba mucho Sasori pero de tanto tratarlo había comenzado a surgir un sentimiento de amistad hacia él, igual caso para el pelirrojo, entre ambos había surgido una bonita amistad y ninguno de los dos sabía si valía la pena arriesgarla involucrándose en una relación amorosa. Shino por su parte seguía siendo callado con todo el mundo pero con Sasori y Naruto compartía una estrecha relación, si bien el doncel aún no se abría totalmente sentía que podía confiar en sus amigos plenamente.

Tsunade se había autoproclamado la "madrina" de la banda y los seguía por todos lados divirtiéndolos con sus ocurrencias y apenándolos en otras oportunidades, llevaba una extraña relación con los dos Uchiha pero los tres se respetaban y se trataban cordialmente aunque si alguna vez podían molestar al otro lo hacían, principalmente Madara y Tsunade que de vez en cuando iniciaban una batalla de bromas pesadas que concluía cuando Naruto o Deidara pegaban un grito. Y así luego de un año de su lanzamiento y de varios meses viajando de aquí para allá, llegaron a Japón, país de origen de todos ellos que por diversos motivos habían tenido que abandonar, al principio de la gira existió el llamado de un "productor" que tenía intenciones de llevarlos a Konoha, pero solo recibió un rotundo "NO" por parte del representante de los chicos, por nada del mundo se arriesgaría a entrar en territorios de su "adorada" familia, esta situación había perjudicado los planes de cierto pelinegro desquiciado, porque una cosa era secuestrar al rubio en sus terrenos y otra distinta en una ciudad como Tokio, iba a tener que esforzarse y trabajar más y solo tenía dos días pues los donceles arribarían a la ciudad, darían una entrevista, el show y de vuelta a casa.