juntos

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Llegaron al hotel en silencio, no querían hablar con nadie, se sentían avergonzados y pensaban que todo se había terminado. Grande fue la sorpresa cuando no pudieron ni acercarse a la entrada del lujoso edificio debido a la cantidad de fanáticos que se habían agrupado ahí con carteles en los cuales les brindaban su apoyo incondicional. Los fans gritaron a todo pulmón cuando vieron la limosina que trasladaba a los donceles, los cinco se miraron incrédulos, les parecía irreal que los apoyaran luego de esas desafortunadas revelaciones. Sai no aguanto más y saco medio cuerpo por el techo del coche, los gritos se hicieron más fuertes y el azabache no pudo evitar sonreír y saludar.

- Ven aquí – tiro de Naruto para que subiera y viera lo mismo que él. Nuevamente las exclamaciones de sus seguidores al ver al rubio, Naru sonrió ampliamente a las personas que ahí estaban.

- Tienen que Salir dattebayo – dijo a sus amigos – vengan, vengan – Sasori fue el primero en salir y tuvo la misma reacción que sus amigos, sintió un gran confort al escuchar a los fans y no pudo evitar sonreír y saludarlos.

- Sal Dei, están muy felices de vernos – el rubio negó, estaba con los ojos cerrados lamentándose su mala suerte – que salgas te digo – el pelirrojo les hizo señas a sus amigos y entre Sai y Naru lo empujaron para ponerlo de pie y que sacara la cabeza. La brisa fresca lo golpeo de frente y el grito de los chicos reunidos le hizo sentir mariposas en el estomago, sonrió con lagrimas en los ojos, a lo mejor alguien si podría quererlo después de saber su pasado, saludo a su público con una hermosa sonrisa y luego regreso para que Shino saliera, pero el pelinegro no quería, se veía muy afectado y nadie quiso forzarlo a salir.

Tuvieron que meterse por la puerta trasera y fue muy difícil porque hasta ahí habían llegado los fans.

- ¿Estás bien? – Itachi apenas vio a su novio y lo atrapo en sus brazos, Naruto se sintió completo y a salvo.

- Estoy bien – dijo sincero, en los brazos de Itachi sus problemas desaparecían, el mayor le beso la coronilla y miro al grupo

- ¿Ustedes como están? – los demás asintieron- quiero que sepan que voy a demandar a esa mujer y al canal, esas fueron declaraciones muy fuera de lugar.

- Sería mejor dejarlo así, Itachi – comento Dei sin mirarlo – así no siguen escarbando más.

- Ya escarbaron todo lo que podían – la voz de Madara estremeció al rubio – estamos planeando como aclarar todo, pero lo que hicieron no es ético, así que vamos a hundirlos.

- Madara – hablo Sasori apenado – lamento no haberte comentado sobre mis problemas con las drogas – miro al piso.

- Ya lo sabía – respondió el mayor y el pelirrojo lo observo sorprendido – lo sé todo de ustedes, antes de hacer que firmen el contrato los eh investigado a fondo – observo a Deidara de reojo que se había puesto pálido – su pasado no me interesa, se que son buenos chicos y que tuvieron una vida difícil, y como dijo Shino, lo importante es que salieron adelante – abrazo al pelinegro por los hombros que seguía en su mundo – por cierto pequeño, bien hecho – lo felicito – ahora vayan a comer algo y a descansar, mañana decidiremos como manejar esto – los cinco asintieron – Dei me gustaría hablar contigo.

- Ahora necesito estar solo – respondió el rubio sin mirarlo y se retiro a paso rápido.

- Yo voy con el – dijo Sasori y siguió el paso.

- Sai – Madara lo llamo – Hidan te espera en tu habitación, está un poco alterado hablando de destrozar a la entrevistadora, da un poco de miedo, ve a calmarlo – el azabache asintió – y otra cosa más Subaku no Gaara llamó, quiere que te comuniques con él – Sai abrió los ojos de la impresión – yo entiendo si no quieres hacerlo, pero se escuchaba bastante desesperado por hablar contigo.

El Pecado de ser DoncelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora