34. Mosquita muerta

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— Sé adónde se dirigirá —anuncié, buscando las llaves de mi auto en mi chaqueta.

Payton, Scott y Stiles me miraron confundidos, pero aceptaron creerme porque ya tuve razón con lo de Jennifer siendo el Darach. Siempre había estado frente a nuestros ojos y tuvo a todos bajo su hechizo. Sin embargo, no fue lo suficiente como para engañarme a mí. En especial desde que comenzó a meterse en mi vida e intentó asesinarme la noche del motel. Yo estaba en medio de su camino.

Fue exactamente ese pensamiento el que me dijo hacia dónde ella iría. Me quiso fuera del camino en el motel y, de paso, intentó de tener a Derek alrededor de su dedo. No entendía la razón exacta, pero él siempre fue un punto clave en todo esto. Yo estaba en su camino porque ella quería tenerlo a él.

— ¿Cómo? —preguntó Payton.

— Va tras Derek. Es obvio —respondí y me detuve al percatarme de que ninguno de los tres me perseguían—. Oh, por Dios. ¿Van a protestar ahora? ¿Tengo que recordarles que yo tuve razón respecto a la verdadera identidad del Darach?

Los tres se miraron entre ellos, como si tuviesen una discusión silenciada que solo podían hablar con sus ojos. Mordí el interior de mi mejilla para descargar la furia que se había acumulado en mi sistema. ¡Estábamos perdiendo tiempo! Primero se llevó al padre de Stiles, lo único que él tiene en el mundo, y luego se dirigirá a intentar de lavarle el cerebro a Derek. ¿Realmente vamos a darnos el lujo de darnos nuestro tiempo cuando estábamos contra el reloj?

— Scarlett tiene razón —admitió Stiles—. Ella siempre nos dijo que era la señorita Blake y nunca le creímos. Tal vez si no la hubiéramos ignorado mi papá seguiría...—su voz se quebró un poco y limpió sus lágrimas con su camisa.

Miré a Scott y a mi prima, los cuales seguían más incrédulos.

— ¿Recuerdan cuando en el motel intenté de quitarme la vida? Hablé con Deaton y él me confirmó algo que yo había estado pensando. Nunca fui parte de los sacrificios, sino que solo querían deshacerse de mí porque estaba en medio del camino, de su camino. Justo como Lydia —les confesé—. Por eso es que necesito llegar a Derek antes que ella. Puedo demostrar que ella es la responsable de todo esto.

No supe si fue la desesperación de mi tono lo que los convenció o si realmente mi argumento era lo suficientemente convincente, pero logré mi cometido. Stiles sacó sus llaves y nos dividimos. Scott y Stiles fueron en el Jeep y Payton decidió venir conmigo.

— Tengo que preguntarte algo, Payton —anuncié en medio del camino al loft. Sus ojos cafés se dirigieron a mí y ladeó su cabeza un poco, esperando por mi interrogatorio—. ¿Qué está sucediendo entre tú y Stiles?

Abrió sus labios con un poco de sorpresa y luego los cerró. Repitió el movimiento unas cuantas veces antes de fijar su vista en la carretera mojada por la tormenta que estaba cayendo sobre nosotros.

— No hay nada sucediendo, Scarlett. Te lo juro. Solo quería hablar con él porque...él, bueno, Stiles...

— Tiene sentimientos por mí —la interrumpí—. Lo sé, pero, lo creas o no, no pienso que sean realmente genuinos.

— ¿A qué te refieres? —preguntó.

— Solo creo que está confundido respecto a lo que siente por mí, Payton. Hay cierta diferencia entre el gusto y que te guste la atención que te brinda una persona —expliqué.

Era la verdad. Antes yo solía invertir todo mi tiempo en ayudarlo a él y a Scott. Al mínimo llamado de su parte, respondía al instante. Pasaba más tiempo con él que con cualquier otra persona y fue eso lo que me llevó a ser utilizada en su contra. También lo defendía sin rechistar. Entonces, al toparme con su rechazo, desperté de mi hechizo por él. Comencé a repartir mi tiempo entre él y Derek, y fue cuando empecé a alejarme un poco del trío de fenómenos.

ENEMY FLAMES ▲ TEEN WOLF   ➂Where stories live. Discover now