Control

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Como si lo hubieran invocado, Yoongi apareció en escena, bajando con pesadez y mal humor las escaleras, porque odiaba madrugar para recuperar clases un sábado. Por el suave olor que desprendía, se entendía que se había dado un baño y por eso se había demorado. La forma en que arrugo la nariz y siseo molesto, les aviso a los presentes que el Alfa captó que había más de un apestoso perro en el primer piso, el odiaba a los caninos, solo aguantaba a su mejor amigo pues porque, para ser sinceros con todos, el Husky se le pegó como una pulga desde que se vieron por primera vez.


Tenía toda la intención de echar a patadas de su territorio a ese lobo pero vio a su hermanito, le dedicaba una sonrisa tensa en su dirección mientras apretaba lo que parecía una clase de ensayo para entregar. Era consiente de todo lo que Jimin sentía por ese lobo ciego, este debía ser un momento de máxima felicidad para el gatito y él no iba a entrometerse, su hermano ya era grande y si estaba tan decidido no había nada que hacer. Bufó molesto, cambia su destino para dirigirse a la cocina, llevándose toda la incomodidad del ambiente.


-Ah...él es mi hermano mayor, siempre está de mal humor en las mañanas y también el resto del día, bueno...a veces esta de buenas en las tardes- Explico de forma torpe mientras trataba de acomodar un poco el desorden de su cabello.


-No son nada parecidos, ¿son de distintos padres, verdad?- Jimin abrió sus ojos sorprendido y asintió con algo de duda, no es que fuera secreto que los gatos pocas veces formaban familias estables pero su madre sí que lo había intentado y le molestaba cuando señalaban las diferencias entre sus dos camadas, para ella eran totalmente hermanos porque vinieron del mismo vientre, por ello había fucionado sus dos apellidos.


-Sí, ¿quieres pasar o algo de comer?- Le cuestiono, con ganas de que aceptara y compartir más tiempo juntos, aunque su hermano se iría pronto y era obvio que no lo dejaría a solas con un Alfa, seguro lo encerraba y todo para no arriesgarse.


Jungkook no respondió, parecía abstraído de la conversación, había captado el olor de su manada, lo habían seguido, era frustrante pero no lo sorprendía, no confiaban en él y aquello no se sentía bien, porque a ninguno de sus compañeros que eran más estúpidos e ingenuos le hacían eso y eran de su misma edad, es más sin ir más lejos, Jimin era un pequeño e inocente omega y no veía a nadie alrededor del gatito, prohibiéndolo o limitando sus relaciones sociales, ¿entonces por qué a él sí? Iba obediente a todas sus terapias, aplicaba de forma eficiente las reglas sociales que se le habían enseñado; como saludar, tratar de mirar a la cara en una conversación, cambiar la escala de los verbos, para que se oyera más accesible y no tan repelente, es más, cuando decía algún defecto lo compensaba con una virtud, bueno aunque si una persona no tenía ninguno tampoco podía inventar, pero todo eso era insuficiente. Todos sus parientes que se jactaban de su instinto y otras capacidades emocionales, no se daban cuenta de sus avances, de sus pequeñas mejoras, eran a veces tan ciegos como él.


Cerró los ojos, no sabía que hacer o cómo actuar, quería encerrarse en su cuarto y escapar de todo lo que lo estresaba, la situación era tan frustrante que sentía su estómago burbujear de rabia. Mientras sentía la insistente mirada de Jimin sobre él y su dulce voz llamándolo preocupado, pensó en lo que estaban planeando, seguro iban a intimidar al omega apenas él se fuera y eso no le parecía correcto.


Aceptaba que en el pasado cometió errores pero estos le habían enseñado, las personas no siempre lo entendían, ni lo soportaban y las situaciones no siempre las leía adecuadamente, cuando alguien se sentía obligado a estar con él o escucharlo, cuando una situación era desfavorable, no era como antes que pasaba desapercibido a sus ojos y tendía a ignorarlas o actuar de forma errada, ahora conocía y tenía más herramientas, podía hacer asociaciones que lo ayudaban. Normalmente actuaba como el héroe o protagonista de la historia que más se asemejara al suceso que estaba pasando a su alrededor o que contuviera a una persona parecida a la que estaba tratando, era más fácil, hasta divertido.


Analizaba todo meticulosamente, hasta encontrar las pistas adecuadas para situarse, comparaba el sentimiento al que le generaba cuando veía un comercial o una película o cuando leía un libro juvenil, ese aura donde todo parece querer ser correcto estéticamente, agradable al gusto del público, ignorando todo las cuestiones reales o sentimentales, pero cuando razonas, cuando se pone en un contexto real, te das cuenta que es más difícil, que no es posible ser así, que no todo en la vida es hermoso, termina bien y gira entorno a ti, lo sabía, no era el mecanismo más rápido ni con el que alguna veces se sintiera más cómodo, al final se sentía vacío, por que no era su propia voluntad o acciones, solo trataba de ser adecuado, sin profundidad, también tendía a tener una respuesta luego de que todo pasara y recalcaba sus errores en sus diarios, planeando la manera de actuar la próxima vez. Pero aun con todos los contras, aceptaba su ritmo y su forma de ser, por lo cual aceptaría a cualquier persona que tuviera la paciencia de adaptar el propio al suyo y se lo haría saber a su manada.


-No, ya me voy- Soltó de repente, se oía mal humorado, demasiado serio. Aquello sobresaltando al omega, ese tono después de todo ese tiempo en silencio. Jungkook estaba decidido, con paso firme se dispuso a irse –Adiós.


-Espera... ¿te paso mi número?- Jimin dio unos pasos fuera de su hogar, dispuesto a seguirlo.


-No, cuando me llames lo registrare, tengo algo que hacer. Adiós- Repitió sin dejar de caminar, dejando a un muy sorprendido omega, mortificándose, pensando que había hecho o dicho algo que molesto al lobo.


-Está bien... hablamos en la noche... ¡Adiós!...-Tuvo que gritar al final pues ya el lobo estaba en la acera de enfrente.


-¿Ya se fue?- Escucho a su hermano mientras ingresaba de nuevo a su casa.


-Si- Suspiro decepcionado –Me respondió- Su semblante volvió adquirir una brillante sonrisa –Quiere que seamos amigos, tengo una oportunidad- Saltó a los brazos de su hermano quien no le quedo de otra que sostenerlo – ¡Lo logre, soy lo mejor!- Mark miraba divertido aquello, el gatito parecía tan satisfecho, como si hubiera cazado a la rata más gorda y jugosa de toda su vida, pensando en eso, ojala no se le pasara por la cabeza hacerle un regalo como ese al lobo.


-Es triste pensar que esa respuesta tiene más hojas que el planteamiento del problema de nuestra investigación- Comentó con gracia el perro, viendo asombrado el pulcro trabajo.


-Es verdad- Acepto con humor Yoongi –Suerte leyendo todo eso pulga- Bajo con cuidado a su hermano, dispuesto a salir antes de que se le hiciera tarde –Vuelvo al medio día, cuídate y no le abras o respondas a nadie.


-Sí, adiós Yoongi, adiós Mark- Respondió cantarín el pequeño, acomodándose de nuevo, dispuesto a leer lo que le había escrito Jungkook.


Continuara

Este capítulo si me costó escribirlo, pero no estaría tranquila hasta expresar de forma adecuada el razonamiento de Jungkook, es importante para sus futuras acciones.

CRUSH Asperger[1] /Kookmin (Omegaverse)Where stories live. Discover now