Otra entrega

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Llevaban ya varios minutos timbrando, el ensordecedor sonido de la alarma era insoportable, pero por nada del mundo quería salir de su cama. Lástima que la insistente persona era más perseverante que su pereza, logrando al final sacarlo de su cama con todo y sabana arropando su pequeño cuerpo, lo cual a todas luces era un crimen, eran apenas las 8 de una fría mañana de sábado. Abrió la puerta con la cara adormilada, los ojos hinchados y llenos de lagañas.


-Buenos días Jimin- Saludo de forma tímida un lindo omega canino de suave cabello castaño y una sonrisa amigable de gruesos labios, Jimin no pudo evitar corresponderle a esa sonrisa, por muy enojado que estuviera –Permiso, ¿Yoongi ya está listo?- Pregunto mientras entraba cortésmente al hogar de los Park-Min.


-Buenos días Mark, para nada, es más sigue durmiendo- El Husky arrugo el entrecejo, por eso llegaba media hora antes, ese gato perezoso no era madrugador. Jimin río, el mejor amigo de su hermano era todo lo contrario al gato gruñón -¡Yoongi!, ¡Mark está aquí!- Grito para despertar a su hermano, pronto en el piso de arriba se escuchó actividad, pasos desganados pero al menos ya estaba despierto.


-¡Ya voy!- Contesto con la voz ronca por acabar de levantarse.


-Siempre lo mismo- Murmuro divertido el omega, acomodándose en el sofá, esperando al impuntual Alfa. Jimin decidió prender el televisor de la sala antes de retirarse al baño, debía lavarse la cara.


Su rutina de aseo era quisquillosa, odiaba el agua como todos los gatos por ello en su casa no habían regaderas o tinas, solo una gran olla que se calentaba para almacenar agua tibia y aromatizada con hierbas, de esta forma solo tenían que sumergir una toalla para poder pasarla por todo su cuerpo, eso era todo, claro cuando estaban muy sucios si tenían que sumergirse en el agua, lo que era horrible, procuraba mantenerse limpio por eso.


Pero hoy no le tocaba baño, así que solo enjuago su cara y fue por su desayuno, quería ver caricaturas toda la mañana, ya en la tarde buscaría alguna película, trataría de no pensar insistentemente en Jungkook. Agarro la tortilla que hacía su mami todas las mañanas, está estaba llena de pollo, carne y pescado, por supuesto crudos, el adoraba ese sabor. Para finalizar su comida se sirvió un gran plato de leche tibia, con todo listo volvió a la sala y se instaló en el mueble más grande, enrollándose en su gran sabana como un gran burrito para empezar a morder la fría carne.


Por petición de Mark estaban viendo las noticias, sinceramente no le gustaban, solo presentaban cosas relacionadas con los roces de poder que tenían los poblados salvajes con la civilización, además justo hoy hablaban de nuevas epidemias que se registraban en una raza especifica que amenazaba con acabarlas, este era el caso de los tigres árticos. Era triste, a él no le gustaría que una epidemia atacara a los gatos, le dolería mucho perder a su familia, hasta a su hermano gruñón y grosero.


-Hueles eso- Mark le indico, como perro esté tenía un olfato mucho más sensible que el suyo.


-¿Qué?- Alzo su pequeña nariz para captar algo fuera de lo normal.


-Apesta a lobo- Arrugo su nariz –Extraño, este sector es felino.


-¿Lobo?- La emoción burbujeo con la posibilidad que ya se estaba imaginando -¡Sí!- Pudo captarlo, era el olor a bosque tan natural y único de Jungkook. Pronto por la ventana pudo ver una figura alta, acercándose a la entrada, su gran amor estaba visitándolo en su casa y él estaba en piyama, apestaba a su aroma natural por su falta de baño, no podía abrirle luciendo y oliendo así, pero nada lo haría ignorar el llamado de su Alfa –Yo abro- Salió disparado en dirección a la entrada, sin darle oportunidad siquiera de tocar a Jungkook, pues la puerta ya estaba abierta para él.

CRUSH Asperger[1] /Kookmin (Omegaverse)Where stories live. Discover now