Mensaje

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Llego a la hora de siempre a su hogar y como de costumbre su hermano mayor lo recibió con una demostración afectuosa innecesaria, apretándolo bajo su brazo mientras desordenaba su cabello, lo soporto hasta que esté se cansó y lo dejo sentarse en su lugar favorito del comedor, al parecer hoy no estaba de humor para molestarlo más de lo necesario.


-¿Cómo te fue en clases?- A la hora acordada le fue servido su plato de carne, era lomo de ternera, la madre de Jungkook solo preparaba ese platillo cuando sabía algo y solo quería que su pequeño y cerrado hijo se lo compartiera. Pero Jungkook no vio conveniente hablar de lo acontecido ese día, no lo creía relevante por mucho que Yugyeom hubiera armado un gran número sobre ello.


-Luego de que salí a la institución educativa faltando 15 minutos para las nueve, todo paso como de costumbre, llegue justo cuando sonó el timbre, entre en el salón 20 para recibir las clases de matemáticas, resolví los 16 ejercicios que eran casos similares al explicado brevemente por el profesor, como terminé primero varios de los amigos de Yugyeom los copiaron, los descubrieron por lo que les asignaron el triple como penitencia para entregar mañana. A las 11 ya estaba de camino a Biología, la profesora esta vez solo puso unos talleres, como la lección era relativamente nueva nadie termino la guía, aunque tenía relación con la célula por lo que la termine pero Yugyeom me advirtió que no lo dijera en voz alta porque solo molestaría a los demás y se enojarían conmigo por lo que los minutos restantes la profesora se puso tan colérica que solo hablo y hablo mal de los jóvenes de hoy en día. Ya al medio día y en el descanso más extenso pasó lo que se podría catalogar como la sucesión de varios sucesos conflictivos de los cuales trate de mantenerme al margen. Pero por la insistencia de quedarte parada a mi lado cuando al punto de las 10 ya estas desplazándote a la cocina, puedo suponer que esperas algo en concreto, ¿Qué te dijeron?- Contrataco, devorando su cena mientras. Pudo escuchar el bufido exasperado de su hermano, esté seguro también esperaba la parte interesante de toda la narración.


-Asi es cariño, me entere que llamaron a la madre de Yugyeom, al parecer se metió en otra pelea, no puedo decir que nos sorprende, este año estaba muy tranquilo.


-Incorrecto, lo que pasó no está calificado como pelea, solo intercambiaron palabras fuertes que a mi criterio, Yugyeom se merecía- El abucheo de su hermano no se hizo esperar, inundando la estancia.


-¿Con respecto a qué?- No quería contestar, pero su madre era igual que Yugyeom, sin secretos aunque él reclamara por privacidad.


-Algo que me implicaba solo a mí, el omega...


-¡¿Omega?!- Chistó ante el grito exagerado tanto de su madre como de su hermano, era lo mismo cada vez que hablaba sobre un omega y aunque era un alivio saber que conocía y entendía la reacción, también ese mismo entendimiento le producía malestar, esa sensación de que era menospreciado.


-Permiso, tengo que hacer la tarea- Se retiró luego de pasar un largo momento en silencio hasta terminar su plato, dispuesto a encerrarse en su cuarto.


-Jungkook...perdón, sabes cómo son las cosas, solo nos preocupas- Pero el lobo no le quiso responder, no sabía cómo hacerles entender a la manada que podía hacer las cosas por sí mismo y eso lo frustraba.


Ya estaba a salvo, encerrado con sus objetos personales, todo bien acomodado y pulcro. Jungkook se dispuso a realizar los trabajos de ese día, claro que tenía que cepillarse los dientes primero, pero no saldría hasta que toda su familia estuviera ocupada viendo alguna mala y repetitiva telenovela de la noche, demasiado concentrados viviendo un melodrama ajeno para seguir metiéndose en su vida.


Al momento de cambiarse de ropa, recordó los trozos de la carta, la manzana de la discordia, sí había hecho un símil muy mediocre pero no encontraba otro objeto de la historia que concordara, tal vez necesitaba leer más. Deposito en su escritorio los maltrechos pedazos, esperando haberlos recogido todos, no quería que el mensaje que contenía estuviera incompleto, el omega dijo que era importante y cuando se la entrego pasó a ser de su propiedad y odiaba cuando destruían sus cosas, más si eran de una alta categoría de importancia.


Pero primero debía terminar sus pendientes, por lo que archivo la carta en uno de sus cuadernos especiales, los denominaban diarios, pero él no contaba exactamente lo que pasaba en sus días, ni lo que pensaba o sentía, escribía como una clase de ayuda para sí, sobre los sentimientos que lograba comprender con ayuda de tercero, de sus amigos, ya que tenía muy pocas personas a quienes consideraba cercanas, por lo que procuraba tener en cuenta sus sentimientos. Apenas conocía al omega de esta tarde, por lo que puso la carta en un cuaderno destinado a las escasas interacciones que había tenido con tan hermosos seres de tan insoportables olores, esté costaba de una pequeña colección de fotografías y regalos hechos por suaves, olorosos y esponjosos omegas, todos con el mismo final, espantados por su manada o se iban por su cuenta porque les molestaba su energía, olor o personalidad. Los malos recuerdos lo molestaron por lo que devolvió el cuaderno al rincón oscuro de su colección para concentrarse en los ejercicios.


La alarma sonó estridente a la hora exacta y como un robot, realizó todas las acciones correspondientes al aseo personal. Pero ese día era diferente, en vez de ocupar su tiempo libre en libros de historia o sus cubos, saco el cuaderno de la noche anterior y con toda la dedicación, como si fuera uno de sus pasatiempos, comenzó a reconstruir el mensaje.


Lo leyó varias veces mientras la armaba, cuando por fin era consistente volvió a leerla esta vez enserio, al principio las únicas palabras que llamaron su atención estaba relacionadas a que el omega quería conocerlo hasta llegar a ser amigos luego su miocardio entro en una desenfrenada pulsación cuando entendió que aquel omega le había dedicado palabras lindas, halagos, ¡a él! A quien nadie calificaba como agradable, ni siquiera su manada.


Nunca imagino la posibilidad que una de esas sensibles personitas quisieran estar cerca suyo y más aquel omega, porque sí que lo recordaba a la perfección, se había puesto muy nervioso cuando esté se sentó a su lado, era simplemente el modelo perfecto para representar a un omega. Poseía una carita redondeada, con rasgos rellenitos donde era fundamental para darle tanto ternura como sensualidad, cabello tan sedoso que a la luz del sol de mediodía se veía tan reluciente como el oro, piel sin imperfección, tersa y de un color acanelado. Un omega así de sublime no debían faltarle amigos o Alfas que le pusieran mucha atención, un omega tan pequeño y adorable no podía estar interesado en ser su amigo, un omega con aquel aroma tan agradable y atrayente a vainilla natural, su sabor favorito, simple y llanamente se cansaría de él a la primera charla.


Seguramente le hablaría sobre historia, porque era de lo único que podía hablar y lo aburriría o diría algo que lo molestaría o lo haría llorar, él era un desastre, era imposible que pudiera tener una relación cercana con el omega, aunque lo quisiera y sí que lo quería.


Pero por medio de cartas, él podría controlarse, escribir como hablaría una persona normal y entonces tal vez y solo mirando las probabilidades de éxito, el omega se convertiría en su amigo. Lo queno visualizo es que se concentraría tanto en las palabras perfectas pararesponderle al omega, que faltaría toda la mañana a sus clases, prendiendo deinmediato las paternales señales de alarma de la manada.


Continuara


CRUSH Asperger[1] /Kookmin (Omegaverse)Where stories live. Discover now