Capitulo 23. Ke huli (Parte II)

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Halawa Correctional Facility

Como parte de todo procedimiento, Diane era escoltada con esposas hasta su celda en la correccional de Halawa, en donde estaría por algún tiempo hasta que se pruebe que no estuvo involucrada en la desaparición del arma. Justo antes de entrar en su celda el Coronel Watson junto a otro joven, vestido al igual que él se dirigieron a ella.

—Diane, hago todo lo está en mis manos para que salgas de acá lo más pronto posible –dice el Coronel.

—No se preocupe señor, sé que lo hace.

—A menos que se declare culpable y el estado decida reducirle la pena –interviene el joven que venía con el Coronel, este último le da una mirada fulminante mientras Diane solo lo ve de arriba abajo y no puede evitar pregunta en forma despectiva ¿quién es él?

— ¿Quién te ordeno hablar Max Steel? –espeto.

—No te preocupes por él, es nada. Lo estoy entrenando, ya no puedo confiar en nadie y sé que este pequeño insecto me idolatra así que lo usare a mi favor –responde el Coronel.

—Mmm... me imagino ¿Qué saben de...? Ya sabe.

—Nada aun –responde de nuevo el joven-, estamos en su búsqueda. Si sabe lo que le conviene se declarara culpable, sino su equipo también se verá involucrado, ya todo el departamento de estado y de defensa sabe sobre ustedes, no le gustaría perder otro equipo o ¿sí?

El coronel se quedó frio ante lo que el joven decía, conocía la historia pero sobre todo conocía el temperamento de Diane, sabía que explotaría al oír eso. Diane actuó a su manera y se zafó de los guardias y le empujo a la pared de enfrente y lo presionó con su ante brazo, a pesar de ser un hombre y con un cuerpo bien formado, este estaba siendo asfixiado por Diane.

—Sabes que... Asfíxialo –dice el Coronel—lo merece por idiota.

—Lo... la...mento –pudo decir el chico.

Al verlo ya pálido Diane lo soltó. Los guardias intentaron quitárselo pero el Coronel los persuadió para que la dejaran que lo asfixiara.

—Teniente Comandante Diane Brighton para ti, te faltan años de experiencia, misiones y sobre todo pelotas para tutearme o hablarme de esa manera, y si lo haces de nuevo despídete de dos cosas, de la vida o de tu carrera lo más probable es que te quite la primera, insolente. ¿Juro que si vuelves a ponerle frente a mí, te vas a quedar sin aprendiz? –se dirige a James.

—Por su bien, ya nos vamos. Cuídate ahí adentro Diane, ya Dan está hablando para que te coloquen en un celda de máxima seguridad, para tu protección.

—Gracias señor.

Cuartel General Five-0

—Me pregunta siempre será ¿Por qué nada puede ser normal cuando se trata de ustedes dos? Se suponía que solo iba a ser la distracción pero, no. Ahora está en la cárcel, en donde no va durar ni cinco minutos, hay cientos de nuestros enemigos ahí y cuando sepan que es una Five-0 la asesinaran sin pensarlo.

—Gracias Danny, que haríamos sin tu dosis de optimismo –dice Kono.

—Lo que no entiendo –interviene Steve—, es porque no nos dijo nada de eso, le pedí que no actuara sola.

—Conoces a Diane –dice Chin—, Si parte del trato era que todos debíamos responsabilizarnos por la pérdida del arma, ella no iba a permitirlo, así que prefirió asumir la responsabilidad ella.

—Watson sabía en que la estaba metiendo, y aun así no lo pensó. Ni siquiera se lo dijo a Dan, el no tenía ni idea de que esto resultaría de esta manera, ahora ella está en la cárcel, el arma está perdida y Dan esta que explota con nosotros y para más tiene al departamento de defensa y de Estado pidiéndole respuesta, respuesta que no puede dar porque no sabía de la realidad del caso.

Hawaii Five-0Where stories live. Discover now