Capitulo.3 Mea Makamae

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Hawaii parecía ser una sucursal del cielo, o eso pensaba ella mientras manejaba. La autopista principal Kamehameha era su camino, el destino final Kahala; aunque Diane paso la mayor parte de su vida alrededor del mundo en misiones o en un barco, L.A siempre fue hogar, desde que comenzó hacer su vida ahí, no quiso irse a ningún otro lugar, y si su vida no hubiese cambiado tan drásticamente, estaría ahora ahí, y ahí hubiese terminado sus últimos días de vida.

Unos minutos después ya estaba en Kahala West, una urbanización privada con grandes casas, la mayoría de ella eran las casas vacacionales de políticos y estrellas de cine, grandes jardines y lujo por doquier. Diane estaciono su auto y al bajar de este la esperaba un hombre alto, moreno y con traje negro que tenía una pequeña "B" en la solapa, ella le saludo cordialmente y ambos se dirigieron al interior de la casa, la pasar la puerta dos personas más estaban esperándola.

Una gran estancia con muebles de cuero, decoración en colores cálidos, y enfrente de la entrada una escalera que daba a la segunda planta de la casa; del lado derecho una enorme pared de cristal donde se divisaba el mar y un hermoso jardín, algo que sin duda atrajo inmediatamente a Diane, a su izquierda un salón de dos grandes puertas donde se encontraba un estudio y una biblioteca con cientos y cientos de libros; y para cerrar con broche de oro a un lado de este la puerta que da a la piscina y a una cancha de tenis, era una de las más grandes de esa urbanización.

—Es un gusto volver a verla Sra. Brighton... Lo lamento ¿prefiere que le llame Comandante? –dijo con timidez una señora de unos 50 años que llevaba un traje igual que los hombres pero de color rosa palo y en su solapa también había una "B".

—Ay no, por favor, llámame Diane solo Diane, la Sra. Brighton era mi madre y Comandante solo deben llamarme los cadetes de la marina y los criminales. –Contesto ella caminando a las escaleras – ¿Cuál es su nombre?

—Bien... Kalani, mi nombre es Kalani –asintió ella subiendo a su lado en las escaleras y detrás de ellos el moreno alto y otro señor de la misma edad de la Sra. Kalani –, la verdad no estábamos preparados para recibirla, hace tanto que nadie de la familia viene acá.

—Bueno, eso porque la familia Brighton ya casi esta extinta –replico Diane.

Los cuatro caminaron por los pasillos y durante el recorrido se veía el resto de la casa, el bar, un gran jacuzzi, otro estudio y en el pasillo siguiente las habitaciones, Diane decidió mirarlas una por una; mientras Prescott amablemente abría las puertas para ella y recorrían las habitaciones.

—No se preocupen por mí de verdad, no voy a exigir nada del otro mundo, solo necesito un lugar donde dormir y ya. Con mi trabajo es poco probable que este aquí durante el día, así que, no se preocupen por nada.

—Perfecto Srta. –Interviene el señor blanco–, soy Andrew, el encargado de la cocina, supongo que entonces no tendrá un menú especial o algo así.

—No, Andrew, de hecho quiero pedirles, que dejen de comportarse como empleados, es decir, para serles honesta, yo no requiero de sus servicios, pero no están despedidos así que tranquilos, simplemente si quieren se mantienen en la casa como siempre y ya. No tengo problema con ello.

— ¿Tampoco necesitara un chofer? –Dice el moreno– Soy Prescott, el chofer de la familia desde hace 22 años.

—Woaow –¬dijo ella al entrar a la última habitación del recorrido–.La verdad, no. Manejo mi propio auto. ¿Quién les puso esas "B" en su uniforme?

—La Sra. Brighton, su madre desde luego –respondió Prescott.

—Mamá siempre tan excéntrica –Agrego Diane con una melancólica sonrisa–. Pues les informo que a pesar de lo mucho que mi madre se esforzó en sus uniformes, ya no van a necesitarlos, son parte de esta casa, alguien como yo. Creo que es esta –dijo abriendo las puertas del balcón de la habitación.

Hawaii Five-0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora