40

10 1 0
                                    

Vuelves por el camino entre árboles hasta la cabaña de madera. <<¿Qué pasará con ella ahora que no la habita nadie?>>, te preguntas. Probablemente quede presa de los animales del campo y del deterioro. O tal vez sea refugio para algún otro ser de este bosque.

Cuando llegas a la cabaña, lo primero que haces es aplicarte algunas hojas curativas en tus heridas. Has recibido bastantes cortes, pero con ese fantástico tratamiento, sanarán en unas horas.  También recoges tu saco y guardas un par de manzanas en él, junto con la carne reseca.
Evalúas si llevarte algún arma más, pero con el hacha que tienes en tu cinto es más que suficiente. Si acaso, ya visitarás al herrero de la ciudad.

Miras por última vez la casita y justo antes de irte se te ocurre tomar un poco de aceite de berol. Es el que usó el mestizo para tu masaje, que se obtiene de la planta berol, así que coges un pequeño frasco y también lo echas a tu saco. (Tienes: manzanas, trozo de carne seco, aceite berol;  hacha)

Ahora sí, debes reemprender el viaje.

Continúa en pág. 41.

-Borrador-Where stories live. Discover now