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Por qué ibas a molestarte en matarlos. Después de todo, ya no podrán moverse como antes y dudas que ataquen de nuevo a nadie. Te acercas para recoger las navajas del suelo, las guardas en tu cinto y bebes un poco de agua. La pelea te ha dejado sediento. De pronto, recuerdas a los animalillos que viste antes en dirección al norte, suelen ir a sitios seguros. Quizá sea buena idea dirigirse hacia allá, después de todo, no te fías de que el camino del manantial esté desierto de maleantes.

Tienes que conservar tu vida, será mejor no arriesgarse.

Continúa en pág. 18.

-Borrador-Where stories live. Discover now