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Sales de entre los arbustos y decides ver qué es lo que ha ahuyentado a los ciervos. Eres un Guardia Celeste, debes proteger estos bosques. Te dejas guiar por tu oído y los leves chasquidos de ramas quemándose, que cada vez se hacen más débiles según tu apreciación. A medida que te vas acercando al lugar, das pasos más cautelosos... Una serie de ramas repletas de hojas impiden tu visión del lugar de donde provienen los sonidos; las apartas con las manos y observas una hoguera frente a ti, o lo que queda de ella, pues el fuego está medio extinguido. Miras hacia los lados esperando encontrar el creador de esa fogata pero no ves a nadie. Avanzas un par de pasos y escudriñas el suelo en busca de algún rastro... No hay nada. Con tu bota izquierda pisas las cenizas para asegurarte de que el fuego no reviva, y te vas.

Sea lo que sea que hiciera la hoguera, ya se ha ido. Aunque puede andar cerca, será mejor tener cuidado por si es algún enemigo.

Continúa en pág. 5.

-Borrador-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora