"En la Preparatoria Haiden, están los rumores tanto fuera como dentro de este colegio de que existe el "chico cupido"; el consejero del amor, es tan conocido, pero aún así, no es popular en la escuela.
Da consejos de amor que funcionan a la perfecci...
No más llegamos a Francia y habia mucha gente, no lo entiendo. Ósea, de que hay gente porque es un aereopuerto si entiendo pero... que la gente me esté tomando fotos a cada rato, flashes por todos lados y chicas preguntándome cosas.
Esto es muy raro, ni siquiera pude ir al baño en el avión.
Siguiendo con mi relato; Yoora nos llevó con dos guardias y un hombre raro –sigo sin saber su nombre– hacia una camioneta donde el hombre le entregó las llaves de esta y le dijo "Llévalo al hotel y de paso avísale a los estilistas que lleguen en dos horas". Mi hermana linda y querida nos arrastró a la camioneta, donde ya estaban nuestras cosas y solo condujo.
Ahora, voy en el asiento de atrás, escuchando atentamente lo que vamos a hacer aquí en Francia y otras cosas que solo me dejaron más confundido de lo que ya estoy. Hyung solo decía Aja, a todo lo que decía y Yoora solo suspiraba y murmuraba cosas.
—Chanyeol, deja tu teléfono y préstame más atención.—Volteo unos segundos yoora a verlo mientras conducía y este solo negó.
—Intento ganarle a Yixing en este juego, ¡Nadie detendrá mi meta de superarlo!—Alzó el puño izquierdo –ya que sostenía su celular con la mano derecha– y siguió jugando, sacando la lengua en modo de concentración. Rodé los ojos y vi cómo Yoora le pedía lo mismo, una y otra vez. De repente comenzaron a zarandearse de un lado a otro, con el teléfono en sus manos y logrando que el auto se moviera un poco.
¡Esto da miedo!¡No quiero morir siendo tan joven! Todavía no he echo todas las cosas en mi listo secreta, como... Ser novio oficial de luhan, imitar a Chen y KyungSoo peleando, hacerle una broma a Soo, ¿que más? ¡Ah, si! Llegar a la Universidad y convertirme en un buen editor, golpear a Baekhyun... ¡NO PUEDO MORIR!
¡Ni siquiera he podido llegar a tener relaciones con Luhan!
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—¡Dame ese teléfono!
—¡Suéltalo estupida, ya voy a ganar!
—¡Dame ese teléfono orejon del demonio!¡Presta atención joder!
—¡Oblígame!—Se siguieron jaloneando y gritándose de cosas; Yoora con una mano sostenía el teléfono y con la otra intentaba no perder el equilibro con el auto... mientras tanto yo –la razón por la que hicimos este viaje– estaba sujetándose de su asiento, rezándole a todos los dioses y al dichoso profesor Siwon –Quién nos obligó a decirle 'Dios griego'– que me protegiera y no nos matará. ¡¿Que esos dos idiotas no piensan en su hermano menor?!
