"En la Preparatoria Haiden, están los rumores tanto fuera como dentro de este colegio de que existe el "chico cupido"; el consejero del amor, es tan conocido, pero aún así, no es popular en la escuela.
Da consejos de amor que funcionan a la perfecci...
Cuando salí de la casa para ir al instituto jamás creí sentir tanto frío. Dios, estamos apenas en septiembre y ya hace frío, ¡Quien te entiende madre naturaleza!. Como sea, entré de nuevo a la casa y busque un suéter no tan abrigador.
Cuando lo encontré, me lo puse y volví a salir. Comencé a caminar hacia la escuela. No quedaba tan lejos el instituto pero a veces amanecía con ganas de faltar a la escuela; no podía hacerlo, sino mi perfil de buen estudiante se mancharía. Era el primero en todas las clases pero el segundo es Luhan, siempre lo fue.
Pero eso no hace que me sienta mal. El tampoco falta, y eso me gusta también de el. Al entrar al instituto me caí pero nadie lo vio, ya que todos estaban muy concentrados en ver entrar a los hermanos Kim. Bufe y me levanté con intenciones de seguir caminando, pero aquellos planes desaparecieron al sentir como otro chico se tiraba en mi.
¡Ay por favor!
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Me levanté otra vez, pero esta vez con dolor en mi hombro y cuando veo quien me tiro caigo en cuenta de que no se quien es ese chico.
El chico se levanta y se comienza a disculpar haciendo una reverencia de noventa grados.
—Lo siento... No me fije, tonto JongDae, tonto, tonto, tonto.—Se golpeó la frente muchas veces mientras se volteaba y se iba sin dejar de decir "Tonto".
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Parpadeó muchas veces hasta que siento como alguien pasa su brazo por mi cuello. Trago saliva al escuchar su risa y me sonrojó por la vergüenza que siento al tener muchas miradas en mi. Me comenzó a arrastrar.
—Si que eres torpe como tu hermano dijo.—Su risa era hermosa y yo sólo me sonroje más.—Que tierno eres.—Parezco un tomate, llegamos al salón y el me suelta para mi suerte, pero cuando voy a caminar hacia mi asiento el me sostiene desde la capucha de mi suéter.—Alto ahí.
—¿A-ah?—Lo volteo a ver y Luhan esta más sonriente de lo normal.
—Tu... ¿Conoces al chico cupido?—Parpadee dos veces y sonríe y solté una risa muy exagerada.
