Capítulo 9

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Un capítulo más largo de lo normal (5369 palabras sin contar estas notitas), pero espero lo disfruten y no se aburran ahre.

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Mi hermana está completamente arrepentida de haber repetido el año, recuerdo que había llorado a mares cuando le dijeron la noticia y estuvo muy decaída por una semana; ¿pero qué esperaba? Empezó a hablarle mal a los profesores, sus calificaciones bajaron, llegaba tarde a clases y ya perdí la cuenta de cuántas veces fue a detención; la chica de catorce años que aspiraba a una buena universidad y a ser la mejor de la escuela había desaparecido en esa etapa de rebeldía.

Fallon corre de un lugar a otro en busca de su cepillo para el cabello, el cual, parece un nido de pájaros. Quedan veinte minutos para que toque la primera campana y poder entrar a clases. Ella olvidó por completo poner su alarma para levantarse temprano e ir a la escuela, lo cual es raro, ella nunca olvida eso desde que empezó el año escolar.

Cansada de ver a mi hermana correr por todos lados, alcanzo un bolsillo de la mochila en mis hombros sacando mi cepillo para el cabello.

—¡¿Por qué no me lo diste antes?! —grita desesperada mientras quita el objeto de mis manos y empieza a arreglar la maraña que tiene como cabello.

Mi hermana a tomado muy en serio lo de mejorar este año, es muy minuciosa con cada clase y se asegura de no faltar a ninguna, incluso las tardanzas, no quiere ninguna de ellas.

—Se me olvidó que lo tenía en mi mochila. —Rasco mi nuca y le regalo una inocente sonrisa—. No te alteres, Fallon, vivimos cerca, llegamos en menos de cinco minutos.

Ajusto mi mochila en mi hombro, me levanto del sofá y me dirijo a la puerta.

»Te espero en el auto.

Saco mi llavero donde se encuentran las llaves de mi coche, la casa y el mando que controla el accionar de las puertas del auto.

El mando que vino con el auto es de color negro y contiene dos botones, uno con la imagen de un candado cerrado y el otro de uno abierto. Al presionar el segundo, hace que el auto haga ese pequeño sonido informando que las puertas se han desbloqueado. Abro la puerta de los asientos traseros y dejo mi mochila, luego abro la puerta del piloto y me siento a esperar hasta que mi hermana este lista.

Diez minutos han pasado y Fallon aún no sale de casa. ¿Debería ir a buscarla? No, no debe tardar en venir.

Me dio algo de hambre, creo que puse algunos dulces en la guantera. Me estiro hacia ella y busco. Papeles del auto, licencia de conducir, más papeles y... encontré la pequeña bolsa de Skittles.

Cuando quiero volver a mi postura normal, accidentalmente se me cae la bolsa de dulces, me estiro a cogerla y veo un celular. ¿Celular? Definitivamente no es mío, el mío está dentro de mi mochila, recuerdo perfectamente meterlo después de haber desayunado. Me estiro a cogerlo y me reincorporo, doy vuelta y vuelta al aparato y me doy cuenta que es de mi hermano, supongo que se le debe haber caído después de la pequeña discusión que tuvimos.

Tal vez lo que voy a hacer ahora sea invadir su privacidad, pero tengo que descubrir quién es el causante de su rareza estos últimos días, el o la proveniente de las llamadas.

La puerta de los asientos traseros se abre dejando ver a mi hermana muy apurada. Mientras ella deja su mochila junto a la mía trato de buscar dónde esconder el celular, lo único que se me ocurre fue ponerlo detrás de mí, de forma que mi espalda está aplastando el aparato contra el respaldo del asiento.

La Curiosidad Mató a SummerWhere stories live. Discover now