capítulo 35: una ultima oportunidad (1)

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(Bree)

Cort dormía sobre mi pecho, su tranquila respiración era mi brújula, lo que no me permitía hundirme en la miseria.

Habia pasado un mes desde que nos habíamos separado Tom y yo, nuestro "distanciamiento" habia sido comidilla de los medios de comunicación por unas dos semanas... Después las imágenes de Tom con Elisa saliendo a bares, a discotecas, a cenas, con los chicos o solamente ellos dos se habían robado el show y yo nuevamente quede como la estúpida del cuento.

Mi hijo se removió un poco, sin despertar. Masajee su tibia espalda, feliz por tenerlo ahí, conmigo.

-te amo Cort...-le susurré, besando su despeinada coronilla- no se que seria de mi vida sin ti, mi amor.

Año nuevo y navidad habían pasado sin pena ni gloria para mi, mi madre había ido a pasar conmigo la noche buena y la navidad, además de que Chris y Bill la habían pasado en el departamento también, con nosotros. Habían hecho público que tenían una relación desde un par de meses atrás, cosa que no me sorprendió y que me lleno de alegría por ellos.

Escuche como la puerta del departamento se abría y luego Christine asomó la cabeza a la sala de estar, sacándose un gorro tejido de la cabeza, medio sonriéndome.

- ustedes dos son la imagen más tierna que se puede imaginar la mente más cursi del mundo -Bill entro detrás de ella, regalándome una sonrisa grande, sacándose su abrigo y colocándolo en el perchero- uh, trajimos la cena.

Asentí y tomé con cuidado a Cort, acunándolo contra mi pecho, tratando de no despertarlo, poniéndome de pie con suavidad y andando unos pasos, recostandolo en su moisés, donde siguió durmiendo.

- cada día esta mas grande...-comento Bill, refiriéndose a mi hijo- y cada día se parece mas a ti.

Medio sonreí, Cort se parecía a mi pero también tenía cosas de Tom, estaban ahí, mezclándose con mis facciones, recordándome que lo hicimos entre los dos, cuando nos habíamos amado tanto.

-también se parece a Tom- respondí, con un nudo en la garganta.

Suspiré, deseando no ponerme a llorar enfrente de el y regresé al sofá, sentándome en el borde. Chris había ido a la cocina y Bill me miraba, sin sentarse aun.

- ¿estas bien? -me cuestionó él, tomando asiento a mi lado, aunque guardando una distancia prudente.

Sus ojos, tan parecidos a los de Tom, aunque con una luz distinta, parecían querer entrar en mi alma. Me encogí de hombros.

-estoy todo lo bien que se puede estar en una situación así-le regale la sonrisa mas falsa que tenia en mi arsenal- supongo que no estoy tan bien como Tom pero aquí estoy...-me encogí de hombros de nuevo- viva y respirando, por y para mi hijo.

Bill, quien se había teñido el cabello de un rubio platinado recientemente, chasco la lengua y apartó la mirada de mi.

-él no está tan bien a como lo aparenta- sus ojos marrones barrieron mi rostro- pero no se que le pasa...

Tomé una respiración profunda, sintiéndome tan sola.

- pues Elisa parece hacerle mucho bien-murmuré.

El tío de mi hijo negó con la cabeza, poniéndose de pie cuando Cort comenzó a llorar. Bill alzó al bebé y lo sostuvo en sus brazos, meciendolo.

- no llores bebe-le susurró, sin mirarme- Dios, ¿como lo controlas?

El tono preocupado de Bill me hizo sonreír, ya no le daba miedo cargarlo.

-tiene hambre-me puse de pie, tomando rumbo a la cocina- ahora vuelvo

El sonido del timbre de la puerta me hizo desviarme de mi camino. Me detuve frente a la puerta, ¿quien podría ser? Abrí y me quedé estática en mi sitio.

No lo había visto desde que habíamos discutido, pero ahí estaba, con una media sonrisa llena de dudas en los labios, con un temor en la mirada que para mi era obvio a pesar de que intento ocultarlo. Mi pecho se desinflo y quise cerrar la puerta y volver a mi "tranquilidad", aunque obviamente no iba a hacerlo.

-hola-salude a Tom- ¿sucede algo?

Tom se paso la lengua por los labios, humedeciendolos. Usaba una chaqueta blanco y negro, jeans oscuros y sus rastas en un moño desordenado en la nuca, además de esa barba que había empezado a dejarse, la que le daba un aspecto desordenado y sexy.

- ¿puedo entrar?- pidió, mientras se frotaba la parte trasera del cuello, luciendo nervioso.

Fruncí los labios y me hice a un lado, dejándolo pasar. Tom anduvo directo hasta la sala de estar, donde Cort aun lloraba e intercambio un par de frases con su hermano.

Cerré la puerta y caminé hasta la sala de estar, Tom mecía a nuestro hijo en sus brazos y le hablaba bajito, Bill había desaparecido del mapa...

- te extrañaba, hombrecito-le murmuró Tom a nuestro bebé- te extraño todos los días.

El llanto de Cort Se suavizó hasta detenerse por completo.

-al parecer él también te extraña-mencioné, con el corazón roto, recordando que tenia que ir por un biberón para él- ahora vuelvo.

Ashes of heavenWhere stories live. Discover now