capítulo 28: suave y rompible

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(TOM)

- ¡es tan pequeño!-mencionó Bree, tratando de sostener al bebé, luciendo asombrada y temerosa por igual- ¿lo estoy haciendo bien, Lilian?

Habíamos decidido llamarlo Cort, aunque Bill insistía en llamarlo sándwich y yo había tenido que explicarle a Bree el porque del apodo, cosa que no le gusto mucho.

La enfermera observaba de cerca como mi esposa trataba de hacer que el bebé mamara de su pecho, sin tener mucho exito.

Habían pasado tres semanas desde que nuestro bebe había nacido y en cosa de un par de semanas mas podríamos llevarlo a casa. Cort aumentó casi un kilogramo de peso por lo que lucia mas grande y fuerte, aunque nos daba terror cargarlo.

Bree había sido dada de alta una semana después de haber dado a luz, por lo que íbamos a diario a ver al bebe desde casa.

-lo haces bien Aubree...-la enfermera dudó- aunque quizás tengas una batalla para que el bebé acepte el pecho-miré a Bree y me topé con una máscara de decepción en su rostro- así pasa a veces, no te sientas mal.

Bree suspiró ruidosamente, regresando su atención al bebé, quien se removía en sus brazos, reacio a alimentarse. Suspiré a mi vez, aun no me acostumbraba a actuar con normalidad cuando mi esposa tenia los senos a la vista, era raro que esa parte de su anatomía que siempre había sido de mi uso exclusivo estuviese siendo tocada por un bebé...

- ¿tendré que alimentarlo con formula?-cuestionó Bree, acariciando la mejilla de Cort.

Lilian se encogió de hombros.

- es decisión tuya, también podrías ordeñarte para alimentarlo con tu leche.

- ¿ordenarse?-cuestioné, involucrandome en la conversación, alzando ambas cejas.

La enfermera soltó una risita divertida, negando con la cabeza.

- sacarse la leche...-ella explicó, con suma paciencia

Alcé ambas cejas, había tantas cosas en las que era un jodido ignorante que me sorprendía a mi mismo.

-ah...-observé como Bree le besaba la frente a nuestro hijo, con sumo cuidado.

- ¿quieres cargarlo?-cuestionó mi esposa y yo tragué saliva.

No es que me desagradara la idea de cargarlo, después de todo era mi hijo y lo había amado desde de que supe que venia en camino... Aunque viví engañado siete meses pensando que sería una niña, eso no me hacia amarlo menos. Me daba miedo la fragilidad de su cuerpo, yo no tenia ningún tipo de experiencia con bebes y se Sentía Tan suave y tan, uh, ¿rompible? Si, ese termino había usado Bill la primera y única vez que lo había cargado.

-claro...-tragué saliva y me incliné un poco, Bree se estiró y lo puso en mis brazos.

Sentí que el corazón me iba a salir volando de lo rápido que latía, observé el rostro de mi hijo, quien bizqueo un momento, bostezando y cerrando los párpados, sus ojos seguían siendo grises, aunque había más consistencia en el color. Todas sus facciones eran redondeadas por lo que no sabíamos a quien se parecía, aunque por el color del cabello podría apostar una suma grande de dinero a que luciría como Aubree, cosa que no me desagrado en lo más mínimo.

Vestía un minúsculo conjunto de una sola pieza de color naranja y un gorro a juego que le iba grande, estábamos en pleno julio y el clima no era frío, pero él tenia problemas para mantener estable su temperatura corporal. Tenia las manos más pequeñas que había visto en mi vida y él las apretaba con fuerza formando puños.

- ¿como me veo?-cuestioné a Bree, sin dejar de mirar a Cort.

-como todo un padre...-respondió mi chica, en un murmullo de voz.

Meci con suavidad a mi hijo, mirándolo dormir de manera profunda.

...

- ¿que pasa?-cuestioné a mi Bree, quien iba inusualmente callada.

Nos dirigíamos a casa después de haber visto a nuestro hijo y esos viajes diarios siempre se llenaban de los parloteos felices de mi esposa...

- me siento triste...-susurró ella, mirando por la ventanilla de la Range Rover.

Había tenido que darle un descanso a mi r8, necesitábamos un auto que fuese seguro y que tuviera espacio para poner la silla de Cort.

- ¿por que?-cuestioné, preocupado

Aubree llevaba el cabello recogido en una coleta, además de usar unos jeans, una playera y tennis, se veía cansada, casi no dormía en las noches a causa de la preocupación por nuestro hijo.

- por Cort, Tom-ella susurró- porque no me siento una madre con él en el hospital...-su voz se corto de manera abrupta- ni siquiera podré alimentarlo como yo quería hacerlo.

Tragué saliva, escuchar que la mujer que amaba se Sentía así me dolía y mucho, pero, ¿qué podía yo hacer al respecto? Yo ya tenia mi porción de culpa al saber que quizás la causa de que el parto se adelantará había sido mi fama y los jodidos medios de comunicación metiéndose donde nadie los llamaba, estresandola.

-pero él está bien Bree-respondí, con la mirada al frente de la camioneta, no quería mirarla y verla llorando- en unos días podremos tenerlo en casa y sabremos lo que es no dormir bien por tener un hijo y lo que significa cambiar pañales...

Bree se sorbio la nariz, para terminar riendo, la miré de soslayo y ella medio sonreía, mientras se limpiaba las lagrimas que le mojaban las mejillas.

-tu seras el encargado oficial de cambiarlos...

-no, no, no...-negué con la cabeza, horrorizado con la idea, escuchando como Aubree la pasaba a lo grande, riendo a carcajada limpia- no hablas en serio, ¿verdad?

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Los pañales asustan a cualquiera xD jajajaja

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