capítulo 9: sorpresa

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Bree

-mi amor...-sonreí ampliamente ante el sonido de la voz de Tom- ¿como se encuentra la mujer más hermosa y más amada del mundo?

Abrí los ojos y me acomode bajo las mantas, mire el reloj sobre la mesita de noche, las 8 am.

-Bien ahora que escuche tu voz-susurre, deseando que estuviese a mi lado-te extrañó tanto...

Tom tomó una gran bocanada de aire al otro lado de la línea.

-Y yo a ti también te extrañó-mencionó él-te tengo una sorpresa...

Me senté en la cama y me recargue en el cabecero, a la espera.

- ¿que sorpresa?-quise saber.

Escuche con claridad como Tom soltaba una risita.

-Si te lo cuento dejaría de ser una sorpresa...-entrecerre los ojos-y feliz San Valentín.

Frunci los labios y concentré mi atención en el sofá que se encontraba a un lado de la puerta, alce ambas cejas de la impresión, ¿pero que mierda...?

- ¿eres el responsable de ese monstruo de felpa?-cuestione, sorprendida.

Ahí, primorosamente colocado sobre el sofá, el oso de peluche más grande que había visto en mi vida entera, de un cálido color marrón claro, con un listón rojo alrededor del cuello.

- ¿te gusta?-cuestionó Tom- quizás cuando nazca nuestra bebé podríamos comprarle uno igual...

Solté una risa nerviosa y me fue imposible no sonreír.

-Es bonito...-respondí- ¿y quien te dijo que es una niña?-acaricie mi esbelto vientre, maravillandome de nuevo ante la idea de que ahí había algo vivo y creciendo-quizás es niño o...-dude-gemelos.

Tom soltó un silbido corto que me hizo sonreír y pensar que quizás a él no le había pasado esa idea por la cabeza.

-Joder, tienes razón-mencionó-quizás sean dos bebés...

-Quizás-Suspire- ¿como te sientes?

La puerta de la habitación se abrió y Chris asomó el rostro. Llevaba el teléfono inalámbrico de la sala de estar y lo señaló con su dedo. Frunci el ceño y ella cubrió el micrófono.

-tu doctor-la animé a acercarse con un movimiento de mi mano y ella se sentó a mi lado en la cama-quiere hablar contigo.

Asenti y regrese mi atención a Tom.

-Tengo una llamada de mi médico amor, dame un minuto.

-Sólo uno...

Tomé una bocanada de aire y coloque el teléfono celular sobre el edredón, esperando que Chris me diera el inalámbrico.

-lo comunicó con la señorita McLaren-anunció Christine, para pasarme el teléfono.

- ¿bueno?-espere, mientras mordía de manera ociosa la uña de mi pulgar.

-Señorita McLaren, buen día-saludó el hombre-la llamó porque me gustaría que viniera al hospital para una revisión y control de su embarazo-exhale, no parecía ser nada raro el motivo de la llamada- ¿quiere que le hagamos una cita para el día de hoy?

Bien, una cita y podría ver a mi Tom.

-Por supuesto-respondí, sintiéndome ligera como el viento.

-Muy bien, la Comunicaré con la recepcionista para tomar sus datos.

Tom

- ¿es completamente seguro que mi hijo deje el hospital?-cuestionó mamá y casi puse los ojos en blanco- ¿no es recomendable que se quedé un tiempo mas?

El médico medio sonrió, debía de ser experto en madres preocupadas y sobreprotectoras.

-claro que si señora Kaulitz-mamá me concedió miradas evaluativas-el paciente esta completamente listo para irse a su casa.

Ganas de ponerme a saltar no me faltaron... claro esta, si no me encontrará sentado en una silla de ruedas, con mi brazo enyesado y puesto en un cabestrillo, con estrictas indicaciones de guardar reposo.

-Ya no soporto estar aqui-mencioné, por lo bajo-no es nada personal doctor.

El médico soltó una risa breve y divertida.

-Lo entiendo, señor Kaulitz-él mencionó-y no piense que se va a deshacerse de mi persona pronto.

Asenti y alguien tocó un par de veces la puerta... mi corazón se aceleró en mi interior, ¿se trataría de Bree? Me había dicho que tenía una cita en el hospital, por lo que decidí esperarla para regresar juntos a casa. Me moría por estar con ella de nuevo.

-Adelante-indiqué.

La puerta se abrió lentamente y Aubree se materializó en el hueco, sus ojos se abrieron grandes cuando debió de darse cuenta lo que estaba pasando.

-Tom...-susurró, andando hacia mi.

La mire a mi antojo, tenía mejor aspecto, sus mejillas lucían llenas de color y la vida había vuelto a sus pupilas. Se detuvo cuando llegó a mi altura, inclinándose y abrazandome con cuidado, la olisque, disfrutando del delirante olor que emanaba de su ser.

-Mi amor-Murmuré, abrazandola con mi brazo sano-te amo.

Bree

No podía dejar de sonreír aunque lo intentará... y no quería intentarlo. Me sentía inmensamente feliz, nos encontrábamos en el interior de una de las camionetas grandes y de cristales tintados que la banda usaba para transportarse, nos dirigiamos a casa.

Miré de soslayo a Tom y no pude evitar burlarme de su expresión de concentración mientras miraba una imagen del ultrasonido que me habían realizado. Se trataba de un sólo bebé que se desarrollaba como era de esperarse, medía aproximadamente 15 milímetros y era más bien una pequeña mancha en el centro de la imagen.

Quizás podía darle su crédito al futuro papá inexperto, era más que obvio que no le hallaba ni pies ni cabeza a la imagen de su bebé de 7 semanas de gestación, pero por lo menos lo estaba intentando.

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