capítulo 11: visitas inesperadas

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Bree

Mire a los ojos a Chris, frunciendo el ceño.

-no entiendo porque te quieres ir si yo no te pedí que lo hicieras-mencioné y ella se encogió de hombros.

-No se, Tom ya está en casa y siento que salgo sobrando-mencionó ella, mirandome a los ojos.

Negué con la cabeza, claro que no salía sobrando, su presencia me daba tranquilidad, me gustaba hablar con ella, escuchar sus concejos...

-Claro que no-le sonrei-voy a subirle el desayuno a mi hombre...

Chris soltó una risita y yo le concedi una mirada preocupada a los huevos revueltos que le había preparado a Tom. Siendo justa conmigo misma, la cocina no era lo mío, nunca lo había sido y cuando vivía con las chicas era bastante fanática de la comida basura cuando Christine no cocinaba... así que los sensuales huevos revueltos no lucían apetitosos del todo y el olor me había provocado arcadas mientras los cocinaba.

-Espero que sepan mejor de lo que se ven-murmuró Chris y yo la mire con una ceja alzada.

Salí de la cocina, llevando sobre una charola el desayuno de Tom. El médico me había dado más libertad de movimiento, aunque no debía de hacer esfuerzos de ningún tipo y necesitaba un entorno tranquilo.

Comencé a subir lentamente la escalera, andando por la segunda planta hasta la puerta de nuestra habitación, la cual estaba entreabierta, permitiendo que la voz de Tom saliera, llenando mis oídos.

-...claro, cuando quieras puedes venir a visitarme, no creo que haya ningún problema-frunci el ceño-bien, hasta pronto entonces.

Alce una ceja, para entrar en la habitación, viendo como Tom dejaba su teléfono celular sobre la mesita de noche.

-te traje el desayuno-deposite la charola sobre la mesita de noche, al lado de su celular- ¿con quien hablabas?-cuestione, mirándolo de soslayo.

Me Di cuenta de que mi pregunta lo había incómodado... Joder, ¿me perdía de algo?

-Uh...-el dudó frunciendo los labios-pasa que conocí a una chica en el hospital-un hueco de incomodidad se formó en mi estómago-y nos hicimos amigos.

Apreté los puños, sintiéndome molesta, ¿en que momento había tenido tiempo de conocer gente? ¡Había estado en una cama todo ese tiempo! No se podía ni siquiera levantar sólo para ir al baño.

-ya veo...-murmure, deseando regresar con Christine a la planta baja- ¿necesitas ayuda con la comida?

Tom fruncio el ceño, mirándome con tanta atención que debía de ser obvio mi enfado.

- ¿que sucede?-demandó y yo negué con la cabeza, sin mirarlo

-no ayudas a mis problemas de confianza haciendo amigas por todas partes-mencioné y él chasco la lengua.

-Mirame-ordenó y lo Obedeci a regañadientes-grabate bien lo que voy a decir...-espere, mientras el sondeaba dentro de mis pupilas con sus ojos-tienes que confiar en mi Bree-asenti, sintiendo como se me aflojaban las lágrimas-te amo Aubree McLaren y eso no lo va a cambiar nada, ¿entendido?

...

Christine había salido con algunos amigos que tenía siglos sin ver, por lo que Tom y yo disfrutábamos de la tarde, solos en casa, viendo "orgullo y prejuicio ", aunque algo me decía que si mi novio hubiese estado sano habría salido huyendo, no le gustaba ver programas ni películas cursis conmigo.

-quizás podríamos ordenar comida rapida-Tom sugirió.

Recoste mi cabeza con cuidado en su hombro, disfrutando de su olor y del calor de su ser, él me rodeó los hombros, atrayendome todavía más cerca.

- ¿no quieres que cocine algo?-Tom soltó un gemido bajo y yo me aleje, temiendo haberle lastimado las costillas.

- ¿porque te alejas?-protestó, mientras me atraia de nueva cuenta hacia si.

- ¿No te lastime?-quise saber, mirandolo de soslayo y él negó con la cabeza.

Había llamado a su peluquera para que le trenzara el cabello de nuevo, por lo estaba flamantemente peinado otra vez, aunque la Barba y el bigote seguían intactos, me gustaban.

-Para nada-él sonrió-me siento mejor con cada segundo que paso a tu lado y estoy ansioso de que me den de alta para...

El sonido del timbre de la puerta principal le impidió terminar su frase. Frunci los labios, no esperábamos a nadie y loa guardias de seguridad no nos habían dicho de que alguien quisiera entrar...

- ¿quien será?-me puse de pie, calzandome las pantuflas.

Camine hacia la puerta principal, abriéndola y quedándome estática, ¿que jodidos estaba pasando?

Ahí, mirandome con un par de grises ojos, la mujer que me había abierto la puerta de la habitación de Tom en el hospital.

-Hola, ¿se encuentra Tom en casa?-cuestionó con una voz más melosa que la miel.

Tarde unos instantes en reaccionar, tratando de mantener a la bestia de los celos controlada.

- ¿quien demonios te dejó entrar a mi propiedad?-cuestione, en un murmullo cargado de enfado.

La tipa abrió los ojos con una inocencia que no me trague.

-uh, ¿quizás Tom?-ella alzó una ceja de una manera tal que me sentí estúpida-no me conoces pero él y yo somos amigos, me llamó Elisa Sievers-la tipa me ofreció su mano y yo la miré como si tuviera tarántulas saliendole de la piel- ¿Aubree verdad?

- ¿Bree?-aparté la mirada de la tal Elisa- ¿sucede algo?-Tom cuestionó, desde el hueco de la entrada de la sala de estar, con el ceño fruncido.

-Una tal Elisa quiere verte-mencioné, con el sabor a bilis en la boca- ¿la conoces?

La expresión de él se suavizó y asintió con la cabeza.

-Es la amiga de la que te hablé-mencionó, medio sonriendo-déjala entrar.

Abrí de par en par la puerta, ella entró en la casa, directamente en dirección a donde Tom se encontraba. Yo me quedé ahí, apretando ambas manos mientras una total desconocida para mi abrazaba y le besaba las mejillas a mi novio.

Ashes of heavenWhere stories live. Discover now