Te necesita

2.1K 223 120
                                    

¡He publicado otra historia de Shawn!

Cherry Lips

—Debes tomar tus medicamentos.—le dijo por enésima vez Aaron. Shawn le ignoró y siguió golpeando su frente contra la pared, sin hacerce daño.—Shawn, por favor...—intentó tocar su hombro pero el castaño se quitó de golpe, evitando cualquier tipo de contacto físico. Aaron dejó en botecito con pastillas a unos centímetros de Shawn y salió de la habitación.

—¿Cómo está?—preguntó deprisa Cameron.

—No quiere sus medicamentos—contó en castaño.—Cameron, esto no puede seguir así, estaba mejorando y ahora está empeorando. Ya va más de dos meses así. La necesita.—admitió.

—Oh, ¿quieres que vaya por ella y la obligue a despertar?—preguntó sacásticamente Cameron, altamente dolido de que su hermana lleve casi tres meses sin despertar del coma. Aparentemente el doctor le había dicho que no había de qué preocuparse pero con ese tiempo dormida ya no quedaba más.—Voy a entrar—avisó y entró en la habitación.

Shawn seguía dándose leves golpes en la frente con la pared.

—Shawn—lo llamó el moreno. Shawn dejó de golpear su frente y giró su cabeza y rió despacio.—Mira, son dulces, ¿no quieres uno?—el castaño lo miró molesto y siguió golpeando su frente.—Vamos Shawn, te gustarán—Cam acercó el botecito al rostro de Shawn, el castaño de un movimiento involuntario golpeó la mano de  Cameron y las pastillas cayeron al suelo.

—Sólo la quiero a ella.—balbuceó Shawn. Cameron suspiró cansado y llamó a los trabajadores, quienes tomaron al castaño por la fuerza y le obligaron a tragarse las pastillas.—¡___ se enterará de esto y los hará pagar!, ¡nadie me toca salvo ella!—gritó Shawn. Los trabajadores salieron después de Cameron.

Su celular vibró en el bolsillo delantero de su pantalón, lo tomó y atendió la llamada.

—Cameron. Tu hermana ha despertado.—escuchó al médico del otro lado de la línea. Sin perder tiempo cortó la llamada y dejó a cargo a Aaron.

*

Subió las escaleras principales del hospital y como si de los minutos más largos de su vida tratasen finalmente llegó a la habitación de su hermana.

—___—sonrió Cameron al ver a su hermana ahora con sus hermosos ojos abiertos.

—¿Quién eres tú?—preguntó desconcertada.

Cam frunció su ceño con incredulidad y miró al doctor, esperando una respuesta.

—¿Qué está pasando?—preguntó desesperado. No. Su hermana no podía tener amnesia.

Volvió la mirada a su hermana al oír una carcajada.—Debiste haber visto tu cara.—dijo aún riendo. Cameron la quiso ahorcar con la mirada.

—No seas estúpida ___.—le dijo quejoso. La joven lo miró avergonzada y se disculpó.

Vaya que había sido una broma de mal gusto.

—¿Puede regresar ya a casa?—preguntó Cam. Ambos jóvenes miraron al médico.

—Sólo que le haré unos últimos exámenes y podrá ser dada de alta.—comentó. El moreno asintió.—En una hora aproximadamente estará lista. Venga por ella, yo mismo la llevaré al estacionamiento.—palmeó el hombro de Cameron y salió de la habitación en busca de una enfermera para que le fuera de ayudante en los estudios.

—De verdad lo siento. Sólo quería que las cosas no estuvieran tan tensas.—balbuceó la joven, Cameron suspiró.

—Vendré por ti en una hora.—le informó antes de salir.—Shawn te necesita.—susurró tan bajo que ella no lo pudo oír.

La joven cerró los ojos, había dormido mucho. Desde que se despertó había sentido náuseas, el doctor le había informado que era por la medicación, algunos eran demasiado fuertes para su sistema digestivo, tal vez.

Al poco rato llegó una enfermera, la puso en una silla de ruedas y la llevó a la oficina para hacer los últimos exámenes.

*
—Hola Shawn.—le sonrió Matt, cuando se sentó a su lado en el salón principal.—No me ignores.—amenazó enfadado.

—No estoy de humor, déjame en paz.—habló tajante el castaño.

—Come popó.—gritó molesto el rubio-moreno. Se marchó del lado del castaño y se fue en el ojiazul y el loco de las bandanas.

Shawn pudo sentir la mirada de sus tres únicos amigos en su ser.

Pero lo único que quería era estar solo.

Pero sólo estar solo con ella. Su perfecta compañía. Lo mejor que le pudo haber pasado. Su mente divagó; ¿qué hubiera sido de él si no la hubiese conocido?.

El destino actúa de maneras realmente misteriosas muchas buenas, otras malas. Pero todas tienen un propósito.

Cómo añoraba su ser, su compañía, su voz, sus caricias, sus hermosos ojos... Oh, sus labios.

En su mente se recreó lo sucedido hace unos meses, esa tarde en la que se entregaron en alma y cuerpo. Los dos habían tenido sexo anteriormente con otras personas, pero jamás habían hecho el amor, que es una enorme diferencia. Una diferencia enorme, el sexo es simpleza, la estimulación de ambos cuerpos llenos de lujuria y deseo; pero hacer el amor es cuando dos almas se juntan acompañadas de los cuerpos llenos de deseo, pero deseo de estar juntos, ser uno mismo con esa persona que uno tanto ama, una perfecta combinación de dos personas que se aman sin duda alguna.

Un suspiro se escapó de sus labios, como desearía hacerle el amor ahora mismo, pero, ¿en dónde estaba ella?.

*
*
*
Cameron cerró la puerta del copiloto en cuanto su hermana estuvo dentro. Llevó sus manos a su rostro.

¿Cómo había pasado eso? ¿En serio había sido tan irresponsable?.

—¿Todo en orden?—preguntó Cameron al escuchar a su hermana lanzar un jadeo.

La joven asintió, mintiendo.

No. Nada estaba en orden. Todo estaba hecho un desastre, su cabello, su ropa, su rostro, sus pensamientos, su vida.

-Val🌈

Psicótico|Shawn Mendes©Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum