El primer día de Shawn

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Lamento la tardanza, una que es estudiosa :v

Al día siguiente, Shawn abrió poco a poco los ojos. Ya había amanecido.

Bufó - Por un momento creí que sí había sido un sueño - suspiró sumamente molesto al ver la habitación blanca, comenzó a forcejear. - Malditas esposas - murmuró por lo bajo, Shawn.

En ese momento se abrió la puerta de metal. - Buenos días, Shawn - sonrió su psiquiatra, ___. 

- ¿Me puedes quitar esto? - preguntó Shawn, fastidiado. La chica asintió y se acercó a él y desató su muñeca derecha. - Puedo con las demás, gracias - entonó frío. 

- Bien, hoy será tu primer día aquí, espero que no tengas problemas con los pacientes, tu cita es a las 12:30 horas, Cameron te buscará y te llevará conmigo, en lo que resta puedes convivir con los demás - sonrió ___ y sin esperar respuesta de Shawn, salió por la puerta.

Shawn suspiró, no quería convivir con gente en ese estado mental, en cierta parte le daba un poco de miedo, dado que algunos de ellos podrían ser psicópatas.

Se levantó de la cama y miró su atuendo, eran unos pantalones de pijama viejos color blanco, aunque se veían percudidos, y una playera de manga corta del mismo color e igual de percudida. Buscó unos tenis o algo que se le pareciera, pero sólo había unas pantuflas viejas, pero limpias, color negro, se las colocó y salió por la puerta. 

Al poner atención el lugar no se veía tan mal como se lo imaginaba, tenía habitaciones al lado de la de él, eran muchas y todas tenían la puerta abierta, no había nadie en ellas. 

Sin tomar más importancia siguió caminando, cuando comenzó a escuchar una voz masculina, seguida después de una risa poco peculiar, que provenía de una habitación. 

Se acercó a aquella habitación, con inseguridad y logró ver a un chico de cabello negro, hasta los hombros, estaba el la esquina de la habitación con la cabeza gacha, mientras hablaba consigo mismo y jugaba con su cabello.

- ¿Por qué dices eso?, claro que no - el chico rió despacio - Claro que sí, cállate - se contestó él mismo haciendo un cambio en su voz, sonando más firme y gruesa.

- ¿Te encuentras bien? - el chico pelinegro gritó al escuchar la voz de Shawn. - Lo siento no quería asustarte - se disculpó Shawn.

- Shh... - el pelinegro alzó la cabeza y puso su dedo índice en sus labios, Shawn logró ver sus grandes ojos azules como el mar - Nos puede oír - susurró aquel chico, para después reír.    

- ¿Quién? - susurró Shawn.

- Sky - susurró el pelinegro. 

- ¿Sky? - cuestionó Shawn. 

- Skylynn - murmuró más bajo el pelinegro, rápidamente se levantó del suelo y salió corriendo, mientras gritaba cosas sin sentido.

Shawn se rascó la nuca.

Demente, pensó, mientras seguía caminando. 

Dobló a la izquierda y entró en su salón grande, allí se encontraban los demás pacientes. Muchos caminaban dando círculos, unos reían sin parar, otros dormían, otros jugaban y otros hablaban consigo mismos. 

Shawn logró ver un sillón, pero al extremo de ese sillón había otro chico, delgado, bronceado y cabello castaño. Se acercó tímidamente y se sentó en el otro extremo. Aquel chico castaño de dejaba de moverse de atrás hacia adelante, mientras tenía algo entre sus manos de color amarillo.

- Mis bandanas, mis bandanas, mis bandanas - no dejaba de repetir aquel chico, mientras se mecía y sostenía contra su pecho aquella cosa que estaba en sus manos. Shawn se acercó un poco a él, asomó un poco su cabeza para ver qué tenía aquel chico en sus manos, pero comenzó a gritar - ¡Auxilio, me quiere robar mi bandana!, ¡Aléjate simio! - gritó aquel chico, se levantó y corrió hacia una esquina del angosto salón, mientras le hablaba a su bandana. - No te preocupes, no nos separarán, no dejaré que nada te pase - le dijo el chico a la bandana. 

No pertenezco aquí, pensó de nuevo Shawn. 

Shawn logró reconocer al chico pelinegro de hace unos minutos en ese gran salón, ahora estaba sentado en una silla, mientras se mordía las uñas. Se veía menos demente que hace unos minutos, así que Shawn decidió acercarse a él.

- Hola - saludó Shawn. 

El pelinegro pegó un brinco - Hola - lo saludó de vuelta. 

Shawn se sentó en una silla al frente de él. - Soy Shawn Mendes - se presentó. 

- Soy Nash, Nash Grier - se presentó el pelinegro. Shawn le sonrió, pero Nash seguía comiéndose las uñas, mirando a todos lados. Suspiró aliviado - Se ha ido - se relajó Nash. 

- ¿Quién? - dudó Shawn. 

- Skylynn, siempre me atormenta y me dice que haga cosas malas - murmuró Nash, bajito, como si tuviera miedo a que lo escucharan. 

- ¿Quién es ella? - preguntó Shawn. 

- No lo sé, de repente comenzó a acecharme en las noches, me molestaba y me obligaba a hacer cosas, les dije a mis padres y llamaron al joven Cameron, para que fuera por mí y me trajera aquí - comentó Nash, mirando a todos lados. 

Continuará....

-Las quiere ValeBMTH  

Psicótico|Shawn Mendes©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora