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Gracias a que la oscuridad no era total, sobre el techo se dibujaban las líneas divisorias de una ventana medio abierta, que dejaba entrar el aire cálido de una noche californiana, llena en su totalidad de palmeras y la brisa salada de un mar a lo lejos. Laurie terminó de suspirar por quinta vez en lo que llevaba avanzado el anochecer, segura de que ya habían pasado de las dos de la mañana. No podía consolar el sueño a pesar de lo atontada que se sentía por su acostumbrado coctel de píldoras, el cual incluía cierta dosis de un fármaco para dormir. A veces el dolor era tan insoportable que habría sido imposible caer dormida de no ser por un pedazo de pastilla azul.

Descubrió que todo lo que sentía por Michael era más fuerte que cualquier tranquilizante, aunque no estuviera muy segura de sí su cerebro creaba reacciones difíciles de controlar por una pastilla. Idiotizada por completo al volver a pensar en el que ahora era una especie de pareja, Laurie esbozó una leve sonrisa sin acordarse siquiera del dolor. Cuando hubo vuelto al edificio un par de horas antes, Claire estaba sentada en el pasillo, a un costado de su puerta con marcas de zapatos que obviamente ella había hecho. Laurie nunca le había preguntado el porqué de su extraña costumbre, de sentarse afuera, en el pasillo y pasarse ahí leyendo toda la tarde o anocheceres enteros. Cuando le vio, Claire se pasó una mano por el pelo y después se levantó con la sonrisa más grande que uno pudiera notar alguna vez.

—¡Laurie! No te he visto en dos días, ¿dónde estabas?, me gusta tu vestido.

Dijo Claire rápidamente. Asombrosamente nunca se le enredaban las palabras.

—La boda de una amiga, ya sabes. Esas cosas.

Laurie le sonrió, y después se giró para poder abrir la puerta con las llaves tintineando suavemente. Claire se colocó a su lado, con una mirada que no podía describirse fácilmente.

—¿Tu mejor amigo? Del que me hablaste, ¿estaba ahí?, ¿qué te dijo?

Para Laurie, las cosas no eran fáciles de olvidar. Todavía percibía en su interior ese sentimiento de quebrantamiento, aunque Michael había dicho que todo estaba bien. Y luego estaba la otra parte, la que decía claramente que ya no eran sólo mejores amigos.

—Él no... no es un amigo nada más —Laurie torpemente encontró la llave—. Estamos saliendo, oficialmente.

—¡¿Qué?! —Claire casi gritoneó y volvió a hablar después de cubrirse la boca con las manos— ¡Eso es genial!, ¡No puedo creerlo!, ¿puedo conocerlo?

Laurie se detuvo cuando escuchó la llave abrir el pestillo por dentro. La puerta se deslizó, abriéndose, y ella sólo se quedó pasmada pensando en todo lo que había ocurrido, en especial en el beso.

—Probablemente sí. Buenas noches Claire.

Dijo, y cuando su extraña y acosadora compañera se despidió, Laurie se adentró en la oscuridad de su departamento, mirando las leves siluetas que se dibujaban en las paredes y en el techo. Así, soñolienta, se fue a la cama después de una ducha, con el vestido y el aroma de Michael impregnado en él. Sintiéndose estúpida, cerró los ojos cuando terminó el último suspiro. Cayó dormida sin darse cuenta de ello. Pronto volvió a ser de mañana y entonces regresó al trabajo con unas peculiares ojeras. Ese día no dolió el pecho, aunque probablemente la enfermedad esperaba el momento perfecto para desplomarse. Y, tal vez, morir.




Fue un día extraño. Tanto trabajo acumulado para la última semana no le había dado tiempo de pensar en lo que estaba pasando, como por ejemplo que Michael no había llamado ni siquiera una vez en el transcurso. Era viernes, y el día había decidido ponerse nublado, como si alguien hubiese fumado todo el inventario de cigarrillos. El mar soplaba, y la sinfonía de los grillos al anochecer quiso cantar también. Laurie emprendió camino desde su trabajo hasta el departamento, con la mochila tras sus espaldas golpeándole suavemente la espina dorsal. Saludó a Claire cuando llegó hasta su piso con una leve sonrisa de extrañeza por su descubrimiento, y la chica de cabellos cobre se puso de pie rápidamente como si efectivamente estuviese esperándole toda la tarde.

entelequia × [Michael Jackson]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin