NamJoon estaba sin habla. No podía moverse, no podía hacer nada. Se sentía paralizado, demasiado impresionado para reaccionar.

Su cerebro le decía que tenía que hacer algo, pero su cuerpo no respondía, su boca no era capaz de abrirse, su garganta se había secado como el desierto de repente, haciéndole imposible pronunciar sonido alguno.


NamJoon se ponía en el lugar de JiMin y sabía que debía estar sintiéndose horrible. El mismo NamJoon se sentía horrible por toda la situación.

Algo que debía haber sido una conversación privada entre ellos había quedado expuesto en frente de todos, como si fuese algo de lo que burlarse, algo banal... Pero definitivamente no lo era.


— ¿Qué pasa? — preguntó TaeHyung hacia todos, empezando a percatarse que algo marchaba mal por cómo todos estaban reaccionando a sus palabras.— Lo sabíais todos, ¿no? Hasta NamJoon lo sabía...


A cada palabra que decía, NamJoon sentía más ganas de golpear a TaeHyung para hacerlo callar.

¿Qué demonios estaba haciendo ese mocoso? ¿Por qué estaba poniendo en evidencia a su mejor amigo de esa manera?


Demonios.

NamJoon vio cómo la expresión de JiMin se iba volviendo cada vez más y más horrorizada.


JiMin no tenía ni idea de que NamJoon correspondía a sus sentimientos. Ninguno de ellos lo sabía a ciencia cierta excepto YoonGi. Para JiMin todo aquello debía estar siendo la peor de sus pesadillas.

NamJoon casi podía ver cómo todas las inseguridades y miedos de JiMin salían a flote y se apoderaban de él. La palabra «rechazo» estaba escrita en su rostro mientras sus ojos se volvían acuosos con la mirada clavada en NamJoon.


Si JiMin se había limitado a llevar sus Converse en silencio, sin tratar de ir nunca más allá de eso, se debía a su miedo a que NamJoon lo rechazara, y en ese momento, viendo que sus sentimientos habían sido expuestos de la peor de las formas, parecía haber hecho sus peores temores realidad.


Tenía que hacer algo, NamJoon tenía que hacer algo.

Tenía que echarlos a todos de allí e intentar hablar con JiMin, decirle todo para borrar esa expresión aterrorizada de su rostro, impedir que su corazón se rompiera antes de que sus propias inseguridades le hicieran creer lo que no era.

Pero NamJoon estaba bloqueado.

Aquella era lo última forma en que había querido que sucediera. Quería que todo fuera romántico y perfecto. Quería haberlo llevado a al Parque Natural de Ilsan, su lugar predilecto, allá donde se escondía, donde siempre iba cuando quería estar solo. Quería compartir eso con JiMin, quería mostrarle la puesta de sol y susurrarle en la oscuridad que lo quería y que no había nada de lo que tener miedo.

Quería entregarle su corazón en privado y en silencio. Pero de repente, ese sueño se había hecho añicos en un instante, y con cada segundo que pasaba, se hacía peor y peor.


— Qué tonterías dices, TaeHyung... — JiMin sonrió, pero incluso hasta su sonrisa temblaba. Parecía una muñeca de porcelana, tan blanco como la nieve, tan frágil que parecía a punto de romperse — Voy a limpiar éste desastre, RapMon-hyung ha llenado toda la mesa de cola...

Burning slow | MinJoon |Where stories live. Discover now