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Tanto como había empezado todo con una charla de Suga dándole donde más dolía, parecía que había sido también cosa de YoonGi que las cosas volvieran a su lugar.


NamJoon se sentía de un humor tan bueno que casi no se reconocía a sí mismo. De repente parecía que no hubiera nada que lo molestase, dormía como un bebé, tenía la paciencia de un santo y una ligera sonrisa dibujada constantemente en sus labios.

Ver que JiMin seguía llevando sus Converse religiosamente cada día era suficiente para insuflar nuevas energías positivas en NamJoon.


Y por si fuera poco, las noches de pizza siempre conseguían levantar el ánimo del grupo. No importaba lo cansados o molestos que estuvieran los unos con los otros, una noche en la que todos se saltaban sus dietas y se sentaban alrededor de montañas de pizza grasienta, hablando, riendo, dedicando un tiempo a unir lazos, sólo podía hacerles sentir bien, recordarles que estaban en familia.


A pesar de que los periodos de producción de nuevas canciones eran semanas estresantes y de poco contacto entre ellos, Aquella noche el comedor del dormitorio era un caos de risas y charlas, los siete sentados en el suelo alrededor de la mesa, con porciones de pizza en las manos y refrescos en sus vasos. Siempre eran ruidosos, pero aquello parecía una pequeña fiesta privada sin necesidad de que hubiera un motivo especial para celebrar.


NamJoon tenía a JiMin sentado en frente y no podía apartar los ojos de él.

Cuando habían llegado a casa parecía agotado y molesto, pero ahora reía sin parar, sus mejillas sonrojadas y sus ojos formando medias lunas debido a la perenne sonrisa que se dibujaba en sus labios, mostrando aquel diente torcido que fascinaba a NamJoon como nunca antes ninguna imperfección lo había fascinado.


Aunque una parte de su atención estaba centrada en empaparse de todas y cada una de las expresiones y gestos de JiMin, NamJoon estaba concentrado en poner al día a SeokJin sobre los avances en la producción del álbum. Le estaba hablando de la canción que había escrito exclusivamente para los vocales y que ya casi estaba lista para ser grabada, esta vez con los cuatro vocalistas, pero repentinamente fue interrumpido por las potentes risas de HoSeok, que daba golpes en la mesa incapaz de controlar sus carcajadas, llamando la atención de todos los comensales.


— ¿Qué le pasa? — preguntó NamJoon confuso, queriendo enterarse también de la broma.


— Es que JiMin-hyung casi se cayó en medio de la coreografía en el programa que estuvimos el otro día, pero nadie se dio cuenta — le explicó JungKook al oído, tratando de controlar la risa.


— ¿Eh? ¿Cómo que casi te caíste? — exclamó NamJoon hacia todos, entre divertido y preocupado — ¡Yo no lo vi!


HoSeok se puso en pie y representó la escena para todos, repitiendo el paso de baile y exagerando la forma en la que JiMin casi se había caído en el escenario de forma estrepitosa y ridícula, haciendo que todos estallaran en carcajadas, incluso el propio JiMin.

Era agradable ver a JiMin riéndose de sus propios fallos y errores, y NamJoon sólo podía sentirse orgulloso de él al ver lo mucho que había crecido y madurado.

Aun recordaba al tímido e inseguro JiMin que había conocido, y aun lo era, de eso no había duda, pero era muy dulce ver lo mucho que había evolucionado con el paso del tiempo. Algunos años atrás, comentarios como esos podían haberle hecho sentir mal y hacer que corriera a su habitación a llorar.

Burning slow | MinJoon |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora