— No puedo hacer esto... — murmuró JiMin, ofuscado, dirigiéndose a NamJoon con amargura en su voz — Tengo ganas de llorar en este momento ¿sabes?


NamJoon, algo herido por aquel ataque, lo observo mientras el menor se ponía de cuclillas y escuchaba la música con los ojos cerrados. Su expresión tensa y agotada, el sudor goteando por su pelo y su cuello, la arruga en su ceño, la crispación en sus siempre sonrientes labios, y la tensión e incomodidad que se había generado entre ellos desde hacía un buen rato eran señales luminosas que indicaban a NamJoon que debía actuar.

Si dejaba las cosas así, más pronto que tarde iban a empezar a discutir, y las discusiones nunca eran buenas. Hacer enfadar a JiMin nunca era bueno.

NamJoon llevaba el suficiente tiempo siendo el líder de Bangtan como para saber exactamente cuando era necesaria una charla de motivación.


Mientras JiMin se aislaba intentando recuperar el temple escuchando la canción que debían coreografiar, NamJoon se acercó arrastrando los pies al equipo de grabación.


— Hey — los saludó con fingido ánimo, una rígida sonrisa en su cara mientras se rascaba la nuca con clara incomodidad — Sé que no debería pedíroslo, pero me gustaría que dejarais de grabar durante un rato...


La chica de producción frunció el ceño, pero el cámara y el asistente de sonido bajaron sus herramientas de inmediato.


— Ese no era el acuerdo... — lo regañó la encargada de producción — Estamos grabando un reallity show. Se supone que debemos filmaros en todo momento.


— Lo sé, pero necesito hablar un momento a solas con mi compañero. Realmente necesitamos hablar.


La mujer seguía mirándolo a los ojos, no parecía dispuesta a ceder, pero NamJoon vio el ligero cambio en su rostro mientras se mantenía en silencio, pensando.


— Hagamos un trato — ofreció la productora — Nos alejamos y os damos privacidad, grabamos video desde la distancia pero no tomaremos audio. Si el director pregunta, le diré que el micro se desconectó y tardamos un rato en darnos cuenta. A cambio, debes invitarnos a café después.


— Tenemos trato — aceptó NamJoon, estrechando la mano de la mujer con una gran sonrisa.


NamJoon regresó al trote junto a JiMin, que parecía no haberse dado cuenta de aquel breve intercambio con el equipo de grabación. NamJoon se alegraba que el director hubiese encontrado más interesante al equipo de Jin y J-Hope, pues de haber estado con ellos, no les habría permitido aquella pequeña trampa que había propuesto NamJoon.


NamJoon se sentó junto a JiMin, en la escalinata que precedía a aquel museo de Walt Disney, frente al que habían decidido practicar. JiMin no lo había notado, o no había querido notarlo, pero no le quedó más remedio que prestar atención a NamJoon cuando el mayor pasó la mano por su espalda para hacer que lo mirara.

JiMin abrió los ojos y lo miró con sorpresa, como si acabase de despertarlo de un sueño profundo y placentero. NamJoon sonrió para tranquilizando, frotando su espalda de arriba abajo hasta que su mano se posó en la nuca del menor, dándole un apretón amistoso y una ligera caricia en el cabello corto de la parte posterior de su cabeza.

Burning slow | MinJoon |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora