~Un deseo

236 7 6
                                    

Faltaban dos semanas para que yo volviera a mi casa... en verdad no quería nada, al menos había dejado de llorar hace unos días, desde que fui al bosque a meditar he mejorado un poco pero aún así no tengo ganas de nada, Homura y Jyushimatsu estaban preocupados por mi pero siempre les respondía que no era nada.

En verdad odiaba verlos así por mi, yo no valía anularles la felicidad de que esperaran por su hijo, así que pensé que era hora de regresar a mi casa, no quería ver a los hermanos de Jyushimatsu aún, pero pensé que así la pareja ya no tendría que verme triste y así no se preocuparían más.

- ¿Estás segura que quieres irte, hija? - preguntó mi madre angustiada

- Aún te ves triste hija, no creo que sea conveniente que regreses, además, solo faltan dos semanas para que regreses a tu universidad -

- Lo sé padre, pero en verdad quiero volver, no es justo que por mi culpa, Homura y Jyushimatsu no disfruten del embarazo, además, no puedo resolver todo en la vida solo huyendo, ¿no es así? - mis padres me abrazaron

- Está bien hija, tienes razón, espero que estés bien -

- Nos llamas cuando llegues a tu casa -

Empaqué mis cosas y regresé después de unas cuantas horas, tomé el camino largo de regreso a mi casa para tratar de no cruzarme con ninguno de los sextillizos que aún vivían con sus padres, tenía tan pocas ganas de existir que ni la cena quería prepararme, por un instante pensé en ir al puesto de odén de Chibita, pero no era posible, ¿y si los chicos estaban ahí? No es que yo les odiase ni nada parecido, es solo que... aún no me sentía lista del todo como para hablarles como si nada hubiera pasado... desearía tener la fuerza sentimental de Osomatsu como para poder ver a la cara a Ichimatsu y a Karamatsu sin importarme lo que haya dicho, sin importar que me haya dolido aquel rechazo implícito y sonreírles de nuevo, yo no soy así, soy débil, soy distraída llegando a tal punto en el que yo misma ignoro mis sentimientos, y cuando ya no los puedo controlar es cuando me doy cuenta que es lo que siento... me ha pasado dos veces, incluyendo a Kara e Ichi, no llamo demasiado la atención por lo que a mis 21 años solo he tenido a eso de unos tres novios a lo mucho, el primero fue una tortura, a la semana terminamos, el segundo empezó bien pero se convirtió en algo rutinario, es aburrido llegar todos los días y repetir lo mismo una y otra vez, ni siquiera duramos dos meses... y el tercero es el que recuerdo con más cariño, un músico incomprendido y frustrado, solía ser mi amigo, nunca llegó a estar conmigo mientras Oliver, Narumi y Homura estuvieran cerca, él se rodeaba más bien de gente que aparentemente parecen malos, digo, un pequeño grupo de cuatro adictos a las drogas no es gente con la que yo me relacione voluntariamente, pero éste chico en particular tenía amigos así y nunca probó droga alguna, lo conocí porque lo escuché tocar la guitarra en el sótano de la escuela mientras cantaba, se enojó porque no quería ser escuchado mientras practicaba, me reí un poco cuando dijo que él cantaba, alardeé un poco con él sobre mi voz y quedó impresionado, dijo que si triunfaba en su sueño antes que yo, me involucraría en su banda, y yo incluiría una canción de él si yo ganaba... pasamos mucho tiempo juntos, pasaron meses para darme cuenta lo mucho que me gustaba. Un día me invitó a salir, dimos un paseo pequeño porque estaba por anochecer, y me llevó a un parque que había cerca, me miró molesto y... aún recuerdo la conversación

- ¿Y bien? - me detuvo en seco

- ¿De que hablas? -

- Vamos, no resisto más esta pena, ¿qué es lo que sientes por mí, Midori? - me tomó por los hombros y me hacía mirarlo a los ojos

- Y-yo... - titubeé un poco al hablar, en verdad no lo sabía - no lo sé -

- ¿¡Como que no lo sabes!? No eres idiota y yo tampoco, te he comprado regalos, te compuse una canción y cantaste todo lo que yo quería... ¿En verdad no te das cuenta al menos de lo que yo siento? Más obvio no puedo ser -

- Lo lamento, en verdad no sé que es lo que quieres decir ni lo que yo siento por ti... sabes que soy muy mala entendiendo las indirectas -

- Te lo pondré en claro ahora mismo, me desesperas y aún así yo te amo... me gustas mucho Midori-chan, me comprendes y me apoyas más que nadie, ni siquiera mi familia me entiende... yo...- lo interrumpí cuando me fijé en sus manos

- ¿Qué te sucedió? Tus nudillos otra vez están sangrando un poco... ¿Volviste a pelear? -

- No es nada... ¿siquiera estás poniendo atención a lo que te estoy diciendo? -

Suspiré - Claro que si... y... creo que yo también te amo... ambos haremos cosas grandes, yo lo sé... solo hay que ser pacientes, y por favor deja las peleas... sabes que odio verte herido -

- Insisto, no es nada... Midori-chan... no es nada - me abrazó y le correspondí

Días después desapareció sin dejar rastro, no estaba en la pequeña casa donde vivía, y después de unos meses se puso en venta, y fue triste... había sido el mejor novio que tuve... intentaba llamarlo por teléfono pero había sido inútil, la compañía de teléfono decía que el número había sido cancelado, y nunca más supe de ese novio que tuve.

Miraba la noche mientras estaba hambrienta, después mi vista se dirigió al reloj y ya casi era media noche, los chicos a esa hora están en su casa, así que me dispuse a ir a cenar y a saludar a Chibita en su tenderete, no sin antes ver una estrella fugaz en el cielo y pedirle un deseo.

One Girl, Two Matsunos?!Where stories live. Discover now