"CAPITULO 42"

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—Tendremos suerte —Vanessa me dio un fuerte abrazo—. Te sacaremos de esto, lo juro.

Subió al caballo y siguió a Sebastian. Nos quedamos en la entrada viendo como desaparecían en el camino.

—Lo harán Alex —Dëni me tomó de la mano—. Sé que lo harán, ahora tenemos que ir a dormir.

Les di un último vistazo pero ya no estaban, así que Dëni y yo entramos.

...

—¿Puedo pasar?

Eran casi las cinco de la mañana. Cerré el libro que Vanessa me había dado y lo dejé a un lado. Al igual que los demás Nath se veía cansado, creí que estaría durmiendo.

—Ya estás adentro —me sonrió. Amaba esa sonrisa. Me sentía como de quince  años otra vez—. Creí que aún estabas con Eric.

—No —se sentó a mi lado—, fue suficiente por hoy. Todos están exhaustos y se fueron a descansar después de que Vanessa y Sebastian partieron, queda esperar a que regresen.

—Sólo espero que todo salga bien.

Deseaba con todas mis fuerzas que Vanessa tuviera razón y la respuesta que habíamos hallado fuera la correcta.

—Yo también, ella y Sebastian son muy listos.

—Ya lo creo, es la única manera de que se den cuenta de que Adrián creó al monstruo, pero no lo dejaré salir.

—No eres un monstruo —rió ante el comentario—, pero la gente siempre te tendrá miedo, eso no es raro Raven, todos sabíamos desde niños que eras un fenómeno.

Solté sus manos y le di un golpe en el hombro. Era un idiota.

—Imbécil, no era un fenómeno.

—Claro que si lo eras, ese cabello casi naranja, no era normal.

—Lo dice el chico que parecía un fideo y estuvo así hasta los trece años —era divertido recordar esa faceta de Nathan.

—Pero así te gusté —no respondí nada al respecto.

Me miró de manera muy rara y quitó el palillo que sujetaba mi cabello. Tomó un mechón y lo tuvo en sus manos por varios segundos. Me sentía nerviosa. No había dejado mi cabello tan largo como hasta ahora y el hecho de que Nath tuviera uno de mis mechones enredado en su dedo me ponía muy nerviosa. No podía ni reírme.

—Creo que mejor te dejaré descansar —me soltó y se levantó de la cama.

¿Qué había ocurrido? Me miró como si no quisiera estar junto a mí y caminó hacia la entrada. Se quedó ahí un momento y me levanté rápidamente de la cama. Puse una mano en su hombro y observé lo lenta que era su respiración. Sus hombros apenas y se movían.

—No te vayas.

Se giró hacia mí. Tal vez él no quería quedarse. Tal vez debía dejarlo ir.
O no. Me besó. Sus labios se posaron muy despacio en los mios. Me sentía como una idiota pues no sabía ni qué hacer. Lo había besado muchas veces antes incluso estas últimas semanas y ahora estaba ahí, inmóvil, dejando pasar un momento que siempre había deseado.

Poco a poco nos fuimos acoplando y pude darme cuenta de cómo se relajó al darse cuenta de que yo le correspondía.
Sus manos se apartaron de mi rostro y una de ellas se posó en mi nuca y la otra en la espalda. Sentí como me acercaba más a él. No sabía si era lo mejor. Lo de Cedric había sido un momento de debilidad que me salió muy caro. Pero ahora, con Nath, era lo que siempre había deseado y no podía darme el lujo de rechazarlo. Lo quería, y estaba segura de que él me quería a mí. Se separó un momento y me miró. Sus ojos brillaban como nunca los habia visto. Quizas era la emoción o que sé yo. Apenas y podía respirar.

"El Elemento Perdido #2: Agua" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu