Capítulo 26

341 9 0
                                    

Reproducir "Un Día sin Sexo" de Mar De Copas

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Lauren y Camila caminaron silenciosamente hasta el auto de la pintora. No podía saberlo con exactitud, pues solo los postes de luz iluminaban al vehículo, pero creyó ver que ya no había abolladuras o desperfectos en la pintura. Lauren no le abrió la puerta; pero, aun así, Camila se deslizó dentro sin reclamar nada. No podía pedirle nada. Estaba destrozada, después de todo y, cuando las personas están así, olvidan abrir las puertas. Le sorprendió ver que el interior del auto estaba completamente limpio, sin restos de pintura ni envoltorios de comida chatarra. Jamás en su vida había visto un auto tan impecable.

Camila: ¿Es un auto nuevo? -Preguntó a Lauren mientras detallaba todo a su alrededor. No era por exagerar, pero ni siquiera recordaba el color de la tapicería del auto. Lauren solo la miró con la sonrisa más falsa jamás vista en el mundo y negó lentamente con su cabeza. La tatuadora asintió lentamente, y de esta forma empezó un viaje silencioso que las llevó al restaurante de siempre. Ya ninguna tenía nada que decir. No se sentaron en la mesa del centro, ni aquella que usaban con Dinah o en esa a los cercanos alrededores... Se sentaron en una mesa en el fondo, allí donde eran completamente invisibles casi hasta para los meseros. Fue sugerencia de Lauren, por cierto, y no parecía querer ocupar ese lugar para hacer cosas "malas".

Lauren: No tolero que me miren. -Soltó con un débil susurro. Y a Camila se le destrozó el ya roto corazón, pues la Lauren que había conocido en el pasado jamás habría dicho algo así. Pidieron la misma comida de siempre, pero no a Jake, pues seguramente su turno había terminado. Lauren ya no comía lentamente ni tragaba cómo si la comida hubiese sido hecha por los mismísimos dioses. Ahora masticaba muy rápido y tragaba de igual forma, y ni siquiera terminó una tercera parte de lo que pidió.

Camila: Come un poco más. -Suplicó, pero Lauren se cruzó de brazos y se negó. No importó cuantas veces más Camila suplicó, Lauren no obedeció. Camila simplemente hizo el resto de su propia comida a un lado, pidió la cuenta y se marchó junto a Lauren.

Lauren: Debiste comerte eso... Te vas a poner mal.

Camila: Tú también.

Lauren: Yo ya no importo. -Camila quiso gritarle en ese mismo instante que a ella si le importaba,... pero no lo hizo.

***

Como Camila había accedido a pasar el resto de la noche con Lauren, ella decidió llevarla a su departamento. Durante el viaje, ambas se permitieron hablar.

Lauren: ¿Han habido otras? -Preguntó suavemente mientras el semáforo estaba en rojo.

Camila: No... -La tatuadora se extrañó que Lauren se viera decepcionada.

La Tatuadora De Libélulas - Versión PeruanaWhere stories live. Discover now