—Ellas también son mi familia —replicó Damon—. Tu hija trato de matarte, así que sugiero que te tranquilices.

—¿Le dijiste a Katrina? —pregunté mientras me ponía de pie— ¿Todos ellos lo saben?

—Alex... —Lena trató de sentarme de nuevo, pero no lo haría.

—Tú —señalé a Cedric—, te atreviste a culparme por la muerte de mi bebé, diciendo que mi poder se las cobró con eso, pero te equivocaste.

—¿Cariño de qué hablas?

—¡Así que por eso rompió el compromiso! —Lena empujó a Cedric— ¡Sabía que le habías hecho algo, maldito!

Robert la detuvo antes de que se decidiera a golpear a su hermano. Cada quien se daba cuenta de la pequeña historia.

—¡Él es el asesino aquí! —señalé a Adrián— ¡Diles a todos cómo le ordenaste a Henrietta envenenarme, ¡cómo planeaste todo eso para matar a mi bebé!

—¿Qué?

Cedric miró a Adrián como si no fuera el hombre que conocía de toda la vida. Aquel a quién llamaba tío todo el tiempo y era su mayor ejemplo a seguir.

—Alexia ya basta —Katrina me miró muy seria.

Mi querida madre no iba a creerme tan fácil. Y mis dos testigos ya se habían largado.

—¡Estoy diciendo la verdad! —saqué la bolsita con el polvo— Él hizo que Henrietta le pusiera eso a mí té y logró que mi bebé muriera.

Se la lancé a Lena para que pudiera verla. Abrió la bolsa y olió lo que había en ella. La soltó de inmediato.

—Es, no, no puede ser —ella si sabía lo que era—, pero, esto, esto no es bueno, para nadie...

No pudo terminar la frase. Así como yo no podía terminar de asimilar que Adrián ordenara eso. Quería que lo negara al menos una vez y lo quemaría igual que un pollo.

—¿Es verdad lo que ella dice? —Katrina tomó a Adrián del brazo, pero no le tomó mucha importancia.

—Lo hice para salvarte —comenzó a decir—. Lo hice para salvarte a ti y esa criatura del infierno que los absorbería si el trato se cumplía.

—¿De qué trato hablas?

Vaya. Por fin Cedric habló. Creí que se quedaría callado para siempre. Pero salió de su momento de shock.

—¡Deja de mentir maldita sea! —le grité— Deja de mentir y empieza a ser responsable de tus malditos actos. Me odias y esta fue tu mejor estrategia para hacerme sentir como basura.

—¡Escúchame Alexia! —me tomó por los hombros— Era lo mejor. Cuando naciste, tuve que hacer algo y lo hice porque estabas muriendo. La vida no llegó a ti por completo, tu alma se quedó en la mitad del camino, fue como un ataque, y sólo ella, sólo Solara estuvo dispuesta a ayudarme.

—¡Hiciste qué! —gritó Lena— ¿Le pediste a uno de los dioses el lazo de luz, un regalo de vida?

—¿Cómo pudiste hacerle eso a mi niña? —Katrina parecía no creerlo— Dijiste que solo era un don, una bendición Adrián, ¡no un maldito lazo de luz!

—¡Suéltame! —lo empujé— ¿De qué están hablando?

—Es por eso que te quieren —dijo Cedric, parecía entenderlo—. Eres más poderosa que cualquiera de nosotros incluso, el lazo de luz te dio habilidades que ningún otro podrá tener jamás.

—¿Pero por qué intentar matarla entonces? —preguntó Robert— Los Zerkjis deberían quererla de su lado, ¿cierto?

—No —dijo Lena—. No, es un poder que ni ellos sabrían manejar y es mejor exterminarlo que tratar de entenderlo.

"El Elemento Perdido #2: Agua" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Where stories live. Discover now