Camila conocía el estudio, el cual era aquel lugar con la enorme cama en la cual había posado desnuda. También conocía "el depósito", esa enorme habitación dónde Lauren guardaba instrumentos de trabajo, cuadros viejos y una que otra cosa insignificante... Pero su cuarto era un rincón inexplorado. Aunque la curiosidad la comía viva, Camila no entró hasta que notó que habían pasado más de 20 minutos. Se preguntó si había sucedido algo con su novia, o si ella quería que entrase allí...

Lo primero que notó fue que era la habitación más pequeña del departamento y que, debido a eso, la cama matrimonial de sábanas blancas ocupaba casi todo el lugar. Lo segundo que vió fue la gran cantidad de dibujos y cuadros en las paredes... Todos tenían su rostro. Lo tercero que pudo apreciar fue el pequeño ramo de rosas blancas en medio de la cama. Se acercó a ellas y las tomó entre sus manos... No eran más de 7 rosas, pero aun así, eran las rosas más hermosas del mundo. Y no lo eran porque hubiesen sido cultivadas por el mejor granjero y hubiesen crecido en la mejor tierra, sino porque había amor en ellas.

Lauren: Me dijiste que querías rosas. -Dijo tras su espalda mientras envolvía su cintura con sus brazos.

Camila: Jamás te he pedido un ramo de...

Lauren: Lo hiciste... -Afirmó- Dijiste que era lo mínimo que esperabas para nuestra primera vez... Te las di blancas porque el rojo es para la jugadorazas y no encontré otro color ideal.

Camila: Son bonitas. -Admitió mientras tragaba saliva pesadamente. No era como si no quisiera, pues se sentía increíblemente preparada, pero,... ¿y si a Lauren no le gustaba?

Lauren: También te di algo más:... -Agregó mientras dejaba un dulce beso en su cuello- Mi corazón. -Camila dejó escapar un leve suspiro y dio media vuelta para encontrarse con los ojos de su novia.

Camila: ¿Qué pasa si... no soy buena? Has estado con otros con más experiencia y...

Lauren: No serás una diosa del sexo la primera vez. -Le dijo mientras le recorría los labios con los dedos- Tampoco la segunda o la tercera... Pero yo no quiero tener "solo sexo". Yo quiero hacer el amor contigo, Camz, y eso involucra más cosas que los movimientos de las caderas, gritos, gemidos, sudor y un par de dedos. Involucra confianza, pasión, amor... Jamás hice el amor con nadie, Camz. -Camila sonrió nerviosamente.

Camila: Eso quiere decir que soy algo así como tu primera vez, ¿verdad?

Lauren: Sí,... -Aceptó- incluso me tiemblan las manos. -Confesó con una risita nerviosa. Y fueron estas palabras las que lograron relajarla- Siéntate... -Le dijo, y Camila lo hizo mientras sus piernas temblaban sin saber exactamente cómo manejar la situación- Te amo, Camz. -Le dijo dulcemente antes de depositar un beso increíblemente corto en sus labios. Fue cuando la pintora se alejó algunos pasos y comenzó a quitarse la ropa lentamente. Camila miraba cada pequeña parte de su desnudez con devoción, como si fuese el ser más perfecto del mundo, y nadie que hubiese conocido a la pintora tiempo atrás habría creído que está se sonrojó ante el gesto y que sus manos realmente estaban temblando- Voy a tatuarte... -Le notificó una vez que toda su ropa estuvo tirada en el suelo. Los ojos de la tatuadora intentaron concentrarse en sus ojos- No hablo de tinta y máquinas. Eres tú quien sabe de eso... Voy a hacerte un tatuaje con algo mucho más permanente que la tinta.

Camila: ¿Qué... cosa? -Tartamudeó.

Lauren: Voy a tatuarte mi amor, Camz,... y no habrá manera de que te deshagas de él.

***

Eran las 5 a.m. cuándo Camila llegó a casa. Procuró cerrar la puerta lentamente y quitarse los zapatos para no hacer ruido. También intentó no tropezarse con los juguetes esparcidos por toda la sala, pero no tuvo suerte en eso. Lo positivo es que nadie pareció escucharla.

Milika no la estaba esperando en medio de la oscuridad, y Gordon no la había seguido. Entró a su habitación dando un gran suspiro, creyendo que nadie había notado su ausencia... Se equivocaba, por supuesto... De repente, la luz de la habitación se encendió y quedó completamente cegada por unos momentos. Luego, cuando por fin se adaptó, se encontró con los rostros de Ally, Normani y Dinah mirándola con nada más que seriedad.

Ally: ¿Dónde estuviste? -Si hay algo a lo que debes tenerle miedo es a una Ally enojada.

Camila: ¿Qué haces en esta habitación, Ally? Se supone que duermes con Troy y Brooke...

Ally: ¡No me cambies de tema, Camila! ¡¿Qué estabas haciendo?!

Camila: Chicas, puedo explicarlo... Yo...

Normani: ¿Por qué traes ropa que no es tuya? -Luego de que su ropa quedara destrozada a causa de su increíble noche con Lauren, no le había quedado más opción que tomar su ropa prestada.

Dinah: ¿Eso es... un chupón? -Preguntó mientras la sujetaba contra su cuerpo y revisaba el área de su cuello. -Camila intentó cubrirse. Lo negativo de la ropa que llevaba puesta es que no ocultaba su cuello repleto de marcas a sus hermanas.

Normani: No puedo creerlo... -Murmuró mientras se cubría la boca- ¿Lauren y tú...?

Ally: Es obvio, Mani.

Dinah: ¿Estas segura de que fue, Lauren? Esto parece el ataque de una fiera salvaje...

Camila: Dinah,... me lastimas... -Lo cierto es que la chica había colocado su cabeza en un ángulo extraño y ahora le costaba respirar- ¿Pueden no decirle a Milika? Me matará....

Ally: Tienes casi 23 años. Eres libre de acostarte con quien quieras.

Camila: Sí, lo sé; pero Milika dijo claramente que mientras vivamos bajo su techo, se hace lo que ella diga...

Normani: Y así fue como Brooke, nació... -Murmuró con cierto toque de diversión.

Ally: Brooke no se hizo bajo este techo. -Dijo con picardía. Dinah simplemente se alejó de Camila y se cubrió la boca con las manos.

Dinah: Ve a lavarte esa boca pecadora.

***

Al siguiente mes, todo cambió.    

La Tatuadora De Libélulas - Versión PeruanaWhere stories live. Discover now