Final.

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Los ojos de Valerie se abrieron rápidamente cuando escuchó la voz de su padre, algo que no esperaba en ese momento. El hombre que le dio la miraba preocupado y comprendió que había sucedido algo que no esperaba. Junto a él estaba Alaska, quien se había quitado la chaqueta y lucía mucho más delgada sin ella. Le sorprendió pensar en esas cosas, sobre todo en un momento como ese.

—Tienes que levantarte, Valerie...

La chica observó a su padre con una gran confusión en su mente y trato de analizar lo que estaba diciéndole. Lentamente comprendió que no estaban en aquel lugar helado, sino en una bodega y lejos había quedado el peligro de morir congelados. Morir. Al pensar en eso buscó desesperadamente a Hunter y lo encontró cerca de ella, con la espalda apoyada en la pared del lugar. Se arrastró sin pensarlo, asustada por su estado y pudo observar que alguien lo había cubierto de mantas.

—Está mejor... al menos tiene color —comentó Alaska mientras Valerie se acercaba al rubio para quitarle todas las mantas y abrazarlo. Su calor corporal no era el mejor pero por lo menos pudo sentir el corazón del chico latiendo contra su piel. Volvió a respirar, comprendiendo que estaba vivo. Como ella—. Tenemos que irnos de este lugar, Valerie, no podemos quedarnos por mucho tiempo.

—No lo haré con Hunter de este modo —se quejó Valerie al instante, frunciendo el ceño y enfrentando a la mujer. Su padre chasqueó la lengua enfadado y eso molestó aún más a Valerie—. ¿Qué haces aquí? ¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué salvas nuestra vida? No has hecho otra cosa más que hacernos daño. ¿Qué quieres?

Su padre mostró enojo al escuchar sus palabras pero Valerie no pudo responder porque Hunter se movía entre sus brazos. Lo observó desesperada por una demostración de conciencia y soltó un par de lágrimas al escucharlo gruñir en su oído. Era un mínimo sonido, pero lo estaba haciendo para ella. Para demostrarle que estaba vivo. Su barba le dio cosquillas en su hombro y sintió como apoyaba sus labios en su oreja.

—No llores, princesa —le susurró en voz baja y ella no pudo evitar llorar con más fuerza. Su padre y Alaska no soltaron una palabra más, dejando que ellos vivieran juntos ese momento.

—Pensé que iba a perderte —sollozó sin poder evitarlo, volviéndose una nena insegura a punto de perder lo que más quería. Amaba a Hunter y no se imaginaba una vida a su lado, una vida que valiera la pena. Odiaba sentir que su vida no iba a tener sentido sin un hombre pero no era eso lo que sucedía cuando estaba con Hunter. Ellos eran una fuerza que nadie iba a poder explicar. Una unión que no se explicaba con palabras, que solo se entendía cuando se vivía—. No quiero una vida sin ti, no quiero ni imaginármelo.

—No seas ridícula, eso no va a pasar.

Se estaba burlando de ella. Casi habían muerto congelados y ahí estaban, en el suelo abrazados tratando de volver a la vida. Valerie soltó un sollozo más y él movió lentamente sus manos heladas por su cuerpo para abrazarla. No quiso pensar en otra cosa, Valerie quería que ese momento se detuviera para siempre. Quería dejar de pensar en toda la traición que los rodeaba. Solo cerrar los ojos y tratar de pensar en una vida lejos de eso.

—Prométeme que cuando salgamos de esto nuestra vida cambiara —soltó Valerie alejándose un poco de él para mirarlo. Los ojos azules de Hunter la observaron cuando se alejó y asintió con lentitud—. Prométeme que no volveremos a ver a esta gente, que comenzaremos de nuevo y lejos de este mundo horrible. Quemaremos el cuartel y... no lo sé, haremos de las cenizas un mejor lugar. Un lugar por el que valga la pena pelear.

—Te lo prometo.

La promesa fue sin dudas, sin titubear y con la mayor sinceridad que vio en Hunter. Ella sonrió, a pesar del momento y aquella promesa fue la fuerza para continuar. Se acercó para besar con suavidad los labios helados del chico y se rieron de eso. Estaban violetas, pero la sonrisa podía iluminar cualquier cosa y Valerie lo sabía.

HUNTER. Tierra de salvajes #1 [Terminada]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz