4.

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                A pesar de hacer bastante calor, Rebecca se encontraba helada y temblaba sin poder evitarlo en ese momento. Nadie se dignaba a mirarla, por el aspecto que daba pero cuando alguien lo hacía les llamaba mucho la atención verla en chaqueta de cuero con esas temperaturas. Pocos notaban que estaba sucediendo en ella y se unían a la larga lista de ignorante, liderada por sus padres.

                Rebecca, mejor conocida como Becca, se drogaba desde su adolescencia y no tenía motivos realmente importantes para hacerlo. Simplemente se sentía la típica niña rebelde que quería ser un desastre y mandar entre sus conocidos. Comenzó con cosas simples como marihuana, fumando con sus compañeros de instituto y riéndose en las terrazas de aquel lugar que la encerraba. Pero terminó volviéndose adicta a la sensación de perder el control y la cocaína comenzó a ser su mejor amiga. Estaba perdida y al borde del colapso, pero aún así se mantenía de pie y buscando como morir.

                 Odiaba Auburn, pero no podía quejarse ante sus padres al ser dependiente de ellos y tener que vivir bajo sus mandos. Desde hacia tiempo había perdido las facultades que solía tener y era manejada por ellos mientras trataban de esconderla del mundo. A ella no le importaba, desde que había nacido Valerie la vida había cambiado para ellos.

                Becca siempre fue una niña conflictiva y nunca hacia lo que le pedían, sus padres estaban muy enfadados y decepcionados por la hija que habían tenido. Se suponía que ella debía seguir sus ordenes, que debía comportarse y ser el ejemplo de niña perfecta. Pero en cambio Becca se rebelaba sin saber realmente el significado de una palabra como esa.

                Fue un alivio para sus padres cuando Valerie llegó al mundo y se comportó como la niña que debía ser. Desde ese momento se olvidaron de Becca y decidieron comenzar a crear un camino para Valerie. A ella realmente nunca le importó, aunque era una lastima que quisieran jugar con su hermana cuando ella tenía una personalidad a pesar de ser un simple títere.

                Pero Becca tenía intenciones de hacerle ver la verdad, de hacerle notar que estaba creándole un camino que iba a matarla. Sergei estaba cerca y estaba casi segura que su padre había vendido a su hija por estabilidad en Auburn, por no morir en manos de aquel mafioso. Valerie ya era mayor de edad y podía hacer lo que quisiera, como pensar.

                Era una verdadera lastima que no siempre estuviera lucida para ayudar a su hermana, la mayoría del tiempo se encontraba desesperada por volver a consumir y sobrevivir. Muy pocas veces se encontraba firme,  aunque esa vez era una excepción. Tenía que soportarlo un poco más si quería ganar esa batalla.

                Luke Williams la esperaba en los callejones que dividían el bar de su hermano con una casa abandonada. Lo había conocido cuando vivían en Chicago, una de las tantas noches que había perdido el control de su vida. Él estaba sentado en la mesa que solían usar sus amigos y ella, por lo tanto comenzó con una discusión sobre quien tenía el poder. Duró poco, porque ya estaban besándose tirados en el sofá. Le causó algo de desaprobación saber que Luke vendía, sintiéndose en la mira de un vendedor. Solía suceder eso, ellos notaban que consumía y que era una niña rica. Se acercaban a venderle todo tipo de drogas, pero esa noche el chico Williams le ofreció algo que jamás olvidó.

                Le vendió por un buen tiempo y ella no sólo se obsesionó con la droga, sino con Luke. Su vida dependía de él y en varias oportunidades las cosas terminaron mal. La droga se terminó y Luke desapareció dejándola sola con más problemas de los que imaginaba tener. Lo siguiente que había sucedido, Becca trataba de olvidarlo.

                —Te ves bien —la saludó Luke cuando se encontraron en el pasillo, lo suficientemente a oscuras para no ser vistos pero lo bastante iluminado para verse los rostros. Becca seguía maravillada por su atractivo y seguía amando su barba con locura. Ella había perdido kilos y lucía demacrada, mientras que él seguía viéndose tan guapo como de costumbre—. Si no fuera por tu padre, creería que me estás siguiendo.

HUNTER. Tierra de salvajes #1 [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora