1.

4.7K 296 60
                                    

Tres años después

 

                La televisión estaba encendida cuando Hunter entró al bar, pero ignoró por completo aquello como de costumbre. A lo lejos se escuchaba el ruido de la rockola, aunque era simplemente un sonido olvidado y destruido, como una radio que ya no funcionaba. Siempre que la escuchaba recordaba que debía comprar una nueva, luego recordaba que no tenía dinero para esas cosas. El bar se caía abajo y a Hunter las deudas le llegaban hasta la nariz. Y él era una persona alta.

                Sus hermanos se encontraban en la barra, ambos con una chica para cada uno mientras jugaban a emborracharse un día de semana. Luke y Dante eran los dos solteros más solicitados de la ciudad y tenían a todas las mujeres en sus pies. Las dos chicas que se encontraban con ellos esa noche, eran guapas pero Hunter perdió el interés en ellas cuando vio lo poco vestidas que iban. ¿Qué les pasaba a las mujeres en Auburn? Quiso comprobar la fecha en la que estaba, porque estaba seguro que afuera era invierno.

                No les prestó demasiada atención mientras se quitaba la cazadora y la dejaba junto a los chalecos de sus compañeros del club. Ellos no lo saludaron, estaban todos bastante concentrados en la televisión. Hunter entrecerró los ojos para tratar de observar aquel aparato negro cuadrado que colgaba del techo pero se estaba quedando ciego y no observaba demasiado a la hora de leer. Esperaba que nadie notara aquello o iba a tener problemas con el club.

                Raven, la chica que atendía el bar, lo saludó con un movimiento de cabeza que Hunter devolvió sin problemas. Cabello negro y piercings en todos lados, no lucía exactamente como una barista de aquel bar, pero la necesitaba. Él podía manejar solo el bar, pero cuando conoció a esa chica y su actitud tan gruñona como la de él, supo que necesitaba a una mujer en la barra. No se quejaba de ella, casi deseaba que todas las mujeres fueran de ese modo.

                —¿Qué es lo que todos miran? —le preguntó Hunter mientras se acercaba a ella, observando las cosas de la barra. La chica sabía preparar bebidas y limpiar pero era un desastre a la hora de los números, por eso Hunter seguía encargándose de eso. Alzó una ceja al observar el poco ingreso que habían tenido esa noche, el bar estaba cayendo lentamente y con suerte podían pagarle a la chica y a los impuestos.

                —Pasaran la grabación del alcalde hablando, hermanito —le respondió Dante, con aquella sonrisa de niño que tenía desde hacía años y Hunter odiaba. Aquel niño rubio le daba dolor de cabeza, sobre todo porque no cumplía ninguna de sus obligaciones. Él no le pedía mucho, solamente que estudiara y en cambio se la pasaba borracho o en peleas callejeras—. Dicen que sus hijas son la gloria.

                —Por más que sean la gloria dudo que vayan a mirarte a ti —comentó Hunter lo obvio, mientras tomaba un paño y limpiaba la barra. Raven seguramente ya lo había hecho pero él necesitaba limpiar para quitarse los nervios de encima—. No creo ni siquiera que salgan de su casa de cristal, eso es más que obvio. Se han metido en el peor lugar.

                Auburn era una tierra de salvajes, desde hacía muchos años que había vuelto un lugar peligroso para todo tipo de personas. Muchos decían que era un agujero negro en donde caía todo lo malo y lo prohibido. No sólo se encontraban los Williams, aquel grupo de motoqueros que aún distribuían armas sino la mafia rusa que atormentaba por las noches a más de una persona. No se podía caminar de noche sin miedo, a solo que fueras a cobrar por tus servicios. Auburn era una ciudad fría y cruel, como la vida misma.

                Pensar en eso le hizo recordar a su madre, sin poder evitarlo Hunter miró el cuadro que tenían de ella colgado en la entrada del bar. "Por ella" rezaba y se encontraba su madre congelada con una sonrisa. Hacía tres años que Hunter había tomado su lugar, que había ganado respeto y se había vuelto el jefe del club. Aun así no estaba contento con aquel grupo y quería terminarlo, pero no encontraba el modo para hacerlo. No sólo habían jóvenes en aquel club, sino también hombres que habían nacido para eso, que lo único que habían conocido desde que nacieron fueron la sed de los Williams.

HUNTER. Tierra de salvajes #1 [Terminada]Where stories live. Discover now