HUNTER. Tierra de salvajes #1 [Terminada]

8.

—Necesito alcohol, vendas, algodón... mejor un botiquín de primeros auxilios —empezó a decir Valerie mientras se hacía una coleta de caballo rápidamente y se acercaba al cuerpo de Dante. Hunter le pasó una tijera, que había pedido anteriormente ella y la chica comenzó a cortarle la camiseta al hermano del rubio con mucha dedicación.

Tomó aire con mucho esfuerzo, sintiendo la sangre entrar en su nariz y empezar a sentir las náuseas en su estómago. Había algo que la descomponía de todo eso, pero no llegaba a entender cuál era la razón. Hunter observaba cada movimiento que ella hacía, como si confiara en ella pero estuviera dudando a cada momento. Eso le molestaba a Valerie pero trató de no decir nada y se petrificó cuando Dante comenzó a escupir sangre.

—¡Valerie! —gruñó él logrando que ella se sobresaltara al quedarse muda ante el momento. Ella asintió rápidamente y se acercó a Dante, quien respiraba muy poco. Hunter se posicionó al otro lado de su hermano y llevó una de sus manos al cuerpo desnudo para comprobar su temperatura—. Tiene fiebre, Valerie. Está subiendo la temperatura.

—Es normal que haga eso, es una respuesta del cuerpo —le respondió Valerie repitiendo las lecciones que había vivido en su adolescencia. Estaba tan nerviosa que quería vomitar, sentía las náuseas en su garganta pero trataba de mantenerse fuerte. Miró a las personas a su alrededor sabiendo que todos estaban esperando que ella hiciera algo mágico y solucionara todo lo que había sucedido. El único problema era que Valerie no era bruja, no podía hacer magia y lo que tenía que hacer pedía mucho de ella.

Eso no era un juego, como había dicho Hunter. No era una película en donde mágicamente la persona tenía conocimientos de medicina y podía curarlos a todos. Ella sabía pero eso no significaba que no estuviera aterrada y no quisiera desmayarse de los nervios. Sobre todo teniendo en cuenta la presión que sentía.

 Raven apareció con el botiquín y una botella de vodka, cosa que hizo enojar a Valerie. ¿No tenían alcohol o alcohol en gel? ¿Esas personas no vivían constantemente curando sus heridas o recibiendo visitas médicas? Por un momento quiso rogarles que llevaran a Dante al hospital, que su padre taparía todo con dinero pero comprendió que esa no era la solución para todo. Durante muchos años ella había vivido con esas soluciones, su padre le había demostrado que con dinero se callaban bocas pero ella quería ser diferente. Tenía que aceptar la realidad y enfrentarla.

Tomó la botella de vodka para derramarla en sus manos y luego se la alcanzó a Hunter. Él la imitó a la chica y luego dio un largo trago a la botella, dejando a Valerie sorprendida por eso. Era un hombre enorme y fuerte, nunca creyó que estuviera asustado por todo lo que sucedía. Comprendió que él también tenía miedos y que seguramente su abdomen dolía del mismo modo. Cuando le devolvió la botella, ella terminó dando un largo trago y obligándose a tragarlo con dificultades. ¡Sabía tan mal! Era como quemarse la garganta pero, sin saber porque, lo necesitaba.

—Hicieron bien al envolver la herida —comentó ella mientras observaba como se encontraba la herida en ese momento. Habían colocado vendas alrededor de la daga antes de tocar el mango, eso servía mucho para lograr que no se moviera. Se acercó mucho más a la herida, agradeciendo la negligencia por parte del atacante al clavar la daga en ese lado. Valerie se quedó en silencio al comprender que había sido demasiado estúpido lo que había hecho y algo pasó por su mente pero lo dejó estar. Se distrajo cuando vio como Hunter envolvía unas vendas en su brazo, tratando de detener la sangre caer—. ¿No necesitas atención tú también?

—No, la bala golpeó el auto y a mí sólo me rozó. Estoy bien...

Ella no estaba de acuerdo del todo con su confesión pero trató de no pensar en eso. Observó nuevamente a su paciente y notó que habían clavado la daga entre la sexta y séptima costilla pero no podía ver cuán profundo era el corte.