Toda Una Eternidad (Lawliet y Tú)

Capítulo 32

-¿Cómo se siente señor Yagami?- pregunté mientras giraba el mando del auto en una esquina.

-Sólo estoy cansado.

-No se preocupe, llegando a su casa le administrare un poco de suero para que mañana esté como nuevo- dije sin quitar la vista de la calle dando otra vuelta.

-Eli.

-¿Si?

-¿Puedo hacerte una pregunta?- miré a través del retrovisor hasta donde estaba el Jefe sentado en la parte de atrás.

-Claro.

-¿Qué son Ryuzaki y tú?- parpadee varias veces ante la pregunta del Jefe.

-Pues...

-Oh tranquila, no tienes que preocuparte por lo que pensaré- sonreí de lado.

-Usted me recuerda un poco a mi padre- dije con voz apacible -Se podría decir que Ryuzaki y yo somos pareja, claro que ahora que trabajamos en este caso no nos damos el tiempo para hacerlo muy público- explique mientras miraba las calles para no perderme.

-Comprendo ¿Y desde cuando lo conoces?- me detuve frente a un semáforo en rojo.

-Nos conocimos hace varios años cuando ambos nos graduamos de la Universidad, él tenía...dieciocho años y yo diecisiete si no me equivoco, mis padres ya lo conocían de tiempo antes- sonreí levemente recordando la joven mirada de L.

-¿Dónde están tus padres ahora?- me preguntó el Jefe.

-Ellos murieron ese mismo día, fueron asesinados- dije desvaneciendo mi sonrisa.

-Lo lamento.

-No tiene porqué, fue hace mucho tiempo ya- dije lo más animada que pude para calmar al Jefe dejando de lado mis pensamientos -Y tal vez si eso no hubiera pasado yo no estaría aquí, no digo que sea bueno pero hay ciertas cosas que simplemente así debían de ser- hice avanzar el auto cuando el rojo se quitó.

-Eres una chica peculiar Eli, ¿Qué estudiaste?- me reí un poco.

-Me han dicho eso varias veces, estudié distintas cosas, Química, medicina, tambien soy bióloga, entre otras- dije dando vuelta en otra esquina.

-Te vez bastante joven como para haber estudiado tantas cosas-

Es que en realidad no lo soy.

-L dijo que habían cosas de mi que con el tiempo y cuando estuvieran preparados ustedes sabrían, L tampoco lo sabe todo aún, por el momento puedo decirle que tuve mucho tiempo para aprender lo necesario- dije tratado de sonar tranquila.

-Es bastante interesante ¿Eres algo así como un Vampiro inmortal?- me reí por lo bajo.

-Sabe esa no es una mala opción, pero no, soy...algo más puro- trate de explicar.

-¿Algo de lo que no tengo que temer?- miré al Jefe por el retrovisor, su rostro se veía tranquilo y su voz era curiosa, sabía que él no estaba confundido y eso era una buena señal.

-Exactamente, sólo vengo a ayudar.

-¿Por cuanto tiempo?- analice su pregunta, nunca me había puesto a pensar en ello.

-En realidad no lo sé, tal vez hasta que haya vivido lo mejor posible humanamente, cuando tenga una familia y esté satisfecha de mi vida, o al menos así me gustaría verlo- dije al cambiar la velocidad.

No quiero pasarme la vida sola.

-Es un buen deseo, Oh es aquí...- dijo el Jefe Yagami justo después de que yo me estacionara frente a su casa.