Toda Una Eternidad (Lawliet y Tú)

Capítulo 26

-Hay que irnos- me dijo L mientras se levantaba del sillón y me tomaba en brazos.

Ahogue una expresión de susto por la impresión; habían cosas a las que no me acostumbraria, luego miré a L sonrojada, él besó mi frente, se le veía feliz y sabía la razón, pero no entendía porqué ponerse tan feliz por mi aceptación de una relación seria.
Sólo era una Diosa de la Vida, nada fuera de lo normal.

Espera...L no lo sabe.

-¿Que no se qué?- me preguntó mirándome a los ojos mientras caminaba por el pasillo llevándonos a la habitación.

-Lo que soy, aunque igualmente ya sabes que no soy alguien normal- dije mientras acariciaba su cabeza enredando mis dedos en su cabello.

L cerró los ojos ante mi tacto y luego suspiró, al abrir los ojos se detuvo frente a la puerta y yo extendí la mano para abrirla, al entrar L cerró la puerta con el pié y me depositó en la cama para luego acostarse alado mío.

-¿No vamos a meternos en las cobijas?- le pregunté recargando la cabeza en la palma de mi mano mientras me volteaba de lado hacia él.

-Me gustaría dormir así, siento un poco de calor- levanté una ceja, aún estábamos en tiempo de frío así que me extrañaba lo que decía.

Antes de que pudiera decir algo L se acercó a mi y me abrazó, abrí un poco los ojos de la impresión, él estaba bastante feliz aún si su rostro no decía nada.
Me recargue en su pecho y calmando los latidos de mi corazón me abracé a L cerrando mis ojos, no habíamos encendido la luz así que lo único que debíamos hacer era dormir.

-Algún día me lo dirás ¿verdad? Lo que eres en realidad- dijo L entre el silencio.

-Algún día- le prometí mientras aspiraba aire.

Aún no estaba segura de decirle ahora mismo ni de cuál sería su reacción, pero algún día podría, sólo necesitaba tiempo, acaricie la cabeza de L y me acomode mejor entre sus brazos para poder dormir.

El sonido de mi teléfono me hizo abrir los ojos de a poco, cuando me acostumbré a la luz que salía de mi teléfono me percaté de que seguia abrazando a L, ambos acurrucados en la cama, me estire un poco sobre el hombro de L sin dejar de abrazarlo para alcanzar el teléfono, era Watari.

-Hola Watari ¿Qué sucede?- pregunté al contestar, eran las tres de la mañana, me extrañaba que llamara a una hora tan temprana.

-Sólo quería avisarte de que las cámaras ya están listas y que a las once de la mañana la familia Yagami completa deja la casa sola, así podrán ir a instalar las cámaras, me pidieron que una mujer fuera con el equipo de instalación para los cuartos de las señoritas, parece que en Japón se tiene un respeto más amplio así que por favor acompaña al equipo, sino es mucha molestia- parpadee varias veces y solté un bostezo.

-Claro, estaré con el equipo a tiempo para ir a instalar las cámaras- contesté mientras acariciaba a L para no despertarlo moderando mi voz para que no fuera muy alta.

-Muchas gracias Eli, por favor cuida de Ryuzaki- dijo finalmente Watari para después colgar.

Suspire y deje el teléfono en la mesita, me acomode en los brazos de L y lo observé por unos instantes, pase la yema de mi dedo índice por el puente de su nariz con delicadeza como si de un bebé se tratara, me acerqué a él más y deposite un beso en su mejilla, después me acomode en su pecho y cerré los ojos para dormir otro poco.

***

-Así que vas a ir- se repitió para si mismo L mientras me veía cambiarme la pijama por una ropa más cómoda para trabajar, vi que pensaba por unos instantes y luego levantaba la vista para mirarme -No me agrada la idea- dijo él sin cambiar la expresión neutra de su rostro.